En que paz estamos pensando
Enviado por aurisrous • 26 de Febrero de 2016 • Ensayo • 627 Palabras (3 Páginas) • 190 Visitas
¿EN QUÉ PAZ ESTAMOS PENSANDO?
…Sobre Opiniones y reflexiones.
Paz, quizá no hay palabra más relativa y efímera para nuestro país. Cuando en Colombia se cumplen dos años de diálogos de “Paz” entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, las frases de cajón y las opiniones de todo tipo suman tal vez más comentarios que los que haya habido sobre la alcoba de Cleopatra; cada quién señala su punto de vista y expresa su opinión sobre lo que a su juicio debería ser la tan anhelada paz, desde magistrados y altos mandos del ejército hasta el zapatero del parque o el albañil que trabaja en la construcción de la esquina. Y es que sí, la paz es un asunto de todos, de participación y construcción colectiva, lo que no significa que todo lo dicho al respecto esté en concordancia con el enfoque de paz que se maneja en Colombia.
Es oportuno recordar desde cuándo estamos hablando de paz en este país de guerras incesantes, y es desde su misma constitución como estado social de derecho. Colombia ha vivido bajo la idea de paz como una utopía, una fantasía extraída de novelas extranjeras, un punto relegado sólo a la imaginación y un privilegio que en algún momento se pensó que no merecíamos, pero lo cierto es que hoy la sola idea de acabar con un conflicto armado interno de más de cincuenta años, hace soñar a jóvenes y a viejos. Esto lleva a la inevitable pregunta ¿será que acabando con el conflicto armado interno, los colombianos tendremos paz?, quizá la respuesta no sea tan agradable como la idea misma de la paz.
Según el Dalai Lama, “la verdadera paz nace del interior de la personas, se construye desde adentro y luego se comparte con los semejantes”, esto lo hace bajo reflexiones bastante profundas sobre el significado de estar en paz, cosa que no abordaremos en el momento, pero a las que me refiero con el ánimo de establecer un punto de referencia sobre un hecho innegable, y es que es necesario tener conciencia de que la paz no está sujeta al fin de una guerra, está sujeta a un cambio de actitudes y sistemas, pues en un país en el que en cualquier esquina matan a las personas ya sea por robarlas o por tener una discusión de tragos, estaríamos muy lejos de alcanzar la paz aún si no se vuelve a disparar una sola bala en el monte. Esta macabra realidad que vivimos en Colombia es mucho más compleja que las diferencias ideológicas entre los gobiernos y un grupo armado, va más allá de quienes disparan ráfagas de fusil y ponen bombas, la violencia y la ausencia de paz reside en nuestra forma de pensarnos en sociedad, en el miedo con el que andamos por las calles y la prevención con cada persona. En Colombia, la gente solamente espera una excusa para hacerle daño al vecino, ya sea porque le subió mucho al volumen de su equipo de sonido o porque miró más de la cuenta a la otra vecina; vivimos en un peligroso nivel de estrés colectivo, y para colmo con la idea de que los traumas y daños que hemos sufrido justifican el hecho de querer hacerle daño al otro.
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