ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Enamorarse de una profesora a muchas personas les puede parecer algo realmente enfermo.


Enviado por   •  29 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  10.033 Palabras (41 Páginas)  •  273 Visitas

Página 1 de 41

                      SINOPSIS.

Enamorarse de una profesora a muchas personas les puede parecer algo realmente enfermo, un error, una estupidez, muchas cosas en realidad.
¿Cómo podemos ser responsables de eso? ¿Quién decide de quién enamorarse? Nosotros no mandamos en nuestros sentimientos por más que queramos, eso jamás pasa, ni siquiera en los cuentos de hadas podríamos controlar lo que sentimos hacia una persona.

No es un típico amor, no es un amor platónico como sale en algunas novelas o libros, no, no es así.

Es algo que le pasó a una chica, a mí.

Fuera del tabú sobre la homosexualidad, también está el tabú sobre estudiante-profesora.
La sociedad no lo ha aceptado, no lo acepta, y no lo aceptara jamás.

Un amor que puede durar años, pero que jamás será posible, un amor entre una estudiante y su profesora.



           CAPITULO UNO.

 -- Te quiero.

Al fin me lo había dicho, ¿Cuánto tiempo espere por esto? Tal vez bastante tiempo… Pero al fin esas palabras salieron de su boca.

Pero a veces las personas dicen las cosas, sin antes pensar lo que puede pasar luego de eso, unas palabras tan simples para algunos, pueden ser muy comprometedoras para otros, unas palabras tan pesadas, tan dolorosas, tan alegres, unas palabras que pueden hacer sentir a alguien miles de emociones.

La única emoción que causó en mí, fue la tristeza.


* HACE TRES AÑOS*

-- ¡Lucia! – Escuche que alguien decía detrás de mí – Espérame por amor a Cristo.

Voltee para ver quién era.
Este idiota jamás se cansa de hacer el ridículo, era mi amigo Ángel, estaba corriendo hacia mí, mientras muchas personas lo veían mientras susurraban.
Muy típico de él, llamar la atención con su personalidad tan entusiasta.

Solo articule una sonrisa para el mientras esperaba que me alcanzara.

-- ¿Acaso no me oyes? Llevo gritándote desde hace varios minutos que me esperases, quería entrar contigo a clases. – Empezaba a regañarme mientras caminábamos hacia nuestro salón.

-- No te oí, estaba en mi mundo – Empecé a reír un poco. – Disculpa.

-- Debes de estar pensando en tus “amiguitas” – Hizo comillas con sus dedos cuando dijo AMIGAS.

-- Nada de eso, pienso cambiar mi promedio este año, nuevo año escolar, nuevas notas.

-- No lo creo, seguirás siendo la floja de la clase, además de que tú promedio esta por el sub suelo. – Se empezó a burlar de mí. – Aunque tratare de ayudarte, para algo soy el mejor de la clase. – Empezaba a hacer muecas como muestra de su ego.

-- Basta ya, idiota. – Le di un leve golpe en su hombro. – Aunque eres el mejor de la clase, tu reputación esta por el piso por ser el mejor amigo de la peor alumna de la clase.

-- Tu amistad es más importante que lo que piensen de mí. – Me brindo una sonrisa de su parte.

Éramos amigos desde hace unos cinco años, solo que cuando llegamos a la segundaria él se volvió todo un cerebrito, y yo a causa de mi flojera y sueño, termine siendo la mala conducta, aunque en si yo no me comporto mal con los profesores, me llaman la mala conducta solo porque saco las peores calificaciones, pero en realidad soy muy tranquila.

Cuando llegamos al salón, como apenas empezaba el cuarto año de segundaria, podíamos sentarnos en cualquiera de las mesas, hasta que llegase un instructor y nos colocase en asientos predeterminados para todo el año.

Ángel y yo fuimos hasta el fondo, no había nadie nuevo en nuestra clase, bueno creía yo.

Empezamos a reír y a reír hablando de puras estupideces mientras llegaba el profesor, cuando este llegó muchos siguieron hablando sin prestarle atención, pero Ángel hacia silencio para conservar su legado de mejor alumno, y como yo no quería dañar ese legado me puse mis audífonos empecé a escuchar música.

Después de un largo rato sentí que me lanzaron una bola de papel hacia la cabeza, así que gire hacia donde Angel y vi que me veía mientras señalaba el profesor.

Me quite los audífonos y mire al profesor, al parecer estaba pasando la asistencia y al yo no contestar se acercó a mí y notó que estaba escuchando música.

-- Supongo que este año será lo mismo con usted señorita Brook , si usted fuera buena alumna , seguramente tendría un promedio de envidiar , ni siquiera se nota en clases. – Me decía mientras me miraba con seriedad.

Solo lo ignore y me puse de nuevo los audífonos.

No sé cuánto tiempo pasó, pero ya era hora de ver otra materia, geografía.

-- EL PROXIMO QUE HABLE TIENE UNA CITA. – Habló con tono alto mientras entraba al salón la profesora de geografía.

Ya yo me había quitado los audífonos, esta materia me gustaba, pero nunca intervenía para ganar puntos, tampoco hacia los trabajos, simplemente escuchaba para aprender.

Todos estaban en silencio, y prestaban atención a la clase.

Llegó un mensaje a mi celular, sentí cómo vibraba este en el bolsillo de mi pantalón.

Lo saqué de mi bolsillo y  vi que decía
/ ¿Irás a la fiesta de principio de año este viernes? / era un mensaje de Ángel.

L :
Tal vez , seria incomodo estar sentada mientras todos bailan.

A : Yo te enseñaría a bailar , pero es que me pisas mucho los pies JAJAJA!.

L : Idiota , no te burles de mí.

De repente un grito sacó mi mirada del teléfono para después mirar a la profesora.

-- ¡LUCIA! – En su rostro había bastante enojo. – Si no prestaras atención a la clase, al menos respétala y deja de estar en el teléfono, o si no, retírate.

-- Discúlpeme. – Alcance a decir para luego guardar el teléfono y prestar atención a la clase.

Luego de varios cuartos de hora, sonó el timbre, nos tocaba descanso, mientras todos salían, y yo me disponía a hacer lo mismo, una voz me detuvo.

-- Lucia. – Hizo una pausa la profesora. – Quédate un momento.

Me acerque a su escritorio para ver qué quería, ya no había nadie en el salón.

-- Haz reprobado mi materia durante tres años, ¿Acaso no estas cansada de eso?

-- Realmente sí, pero, no sé cómo ser buena estudiante.

-- Si prometo ayudarte, al menos ¿lo intentaras?

-- ¡LUCIA! – Escuche que gritaban a mis espaldas, y de nuevo, era Ángel – La cola para comprar el desayuno se hará muy larga, ven ya. – Sonaba desesperado.

Voltee y le dije con señas que ya iba.
Volví a mirar a la profesora. – Lo intentare. – Dije mientras salía corriendo para alcanzar a Ángel.

Tal vez era idea mía, pero sentía un calor en mi cuerpo, una sensación de felicidad.
Los profesores conmigo no eran esa clase de persona que se preocupan por sus alumnos y quieren que mejoren, pero ella era diferente, al menos se estaba preocupando por mí.

-- ¿Qué estabas hablando con ella? – Preguntó Ángel mientras agarrábamos bandejas para el desayuno.

-- Nada importante. Simplemente dice que intente ser mejor alumna.

-- Al menos quiere ayudarte, a casi todos suele reprobarles con 09 y no los ayuda, tu que repruebas con 02 te está ofreciendo ayuda. – Decía en tono burlón. – A mí no me tiene por qué ofrecer ayuda porque siempre la apruebo con 18-20

-- Eres muy nerd. – Empezaba a burlarme de él.

-- Tal vez un poco, pero me gusta.

Luego de eso hablábamos sobre que nos pondríamos juntos para algunos trabajos para así yo mejorar mis notas, ya que él quería ayudarme, iba intentar ser buena alumna a ver qué tal me iba.

Cuando volvimos del receso, entramos de nuevo a clase de geografía, ya que teníamos una hora más con ella, y en esa hora ella se dedicó a hacer preguntas sobre el tema que había dado la clase anterior para ganar puntos positivos.

Yo mientras tanto estaba chateando a escondidas con mi teléfono con Angel sobre la fiesta del viernes, y de mi serio problema con el baile.

-- Lucia. – Alcance a oír. Y levante la mirada. -- ¿Cuáles son los principales minerales que se dan en nuestro país? ¿Cuál es el más importante y a qué se debe? – Empezó a lanzar pregunta tras pregunta.

Todos tenían la mirada fija en mí, pensando que yo no contestaría como lo hacía usualmente.

Le dije que intentaría ser buena alumna, y cuando yo digo algo, lo cumplo.

Me levante de mi asiento, y como yo escuchaba sus clases la mayoría de veces sin intervenir, sabía muy bien sobre el tema.

Empecé a responder una de cada sus preguntas y luego volví a tomar asiento.
Admirando como casi todos se quedaban con la boca abierta.

No deberían juzgar a alguien sin conocerlo, tontos.   Pensé.

-- Buena respuesta señorita Brook , al fin puede contestar algunas preguntas con facilidad. – Me decía la profesora con una sonrisa apenas notable en su rostro.

-- Tal vez será la primera y última vez. – Dijo alguien en tono burlón, haciendo que media clase se riera.

Yo simplemente no les preste atención, no me interesaba si alguien se burlaba de mí, si alguien hablaba de mí, porque ¿Saben qué? La que está viviendo día a día soy yo, no ellos, es mi vida, y no la voy a arruinar por personas que son tan estúpidas como para hablar de alguien y hacer comentarios estúpidos sin siquiera darse el tiempo de conocer lo suficiente a esa persona.

-- Sigamos con la clase. – Dijo Mariangel.

Así es, la profesora de geografía se llama Mariangel.

Pude notar como Mariangel se acercó a su escritorio y anotó algo en la planilla de calificaciones de cada año, supongo que me estaba anotando puntos positivos.

Después de un largo rato acabó su clase y dejó un trabajo para la próxima semana, Ángel y yo lo haríamos juntos, lo malo era que llevaba defensa y para yo recordar lo que tenía que decir en las exposiciones era casi imposible, se me hacía demasiado difícil poder grabar conceptos y fechas en mi memoria.

Las siguientes clases transcurrieron normal, aunque también interveni solo un poco en ellas, estaba intentando ser mejor, llegar más alto, alcanzar a Ángel en su promedio, poco a poco, pero seguro.

Los días pasaron lentos, demasiado para mi gusto, hasta que llegó el viernes de fiesta, y me decidí a asistir a ella.

Era una fiesta de toda la segundaria, así que asistirían alumnos como profesores.










CAPITULO DOS.

El ambiente era realmente muy genial , habían luces de colores por todos lados , de color neón , algunos mini fuegos artificiales en la pista que estallaban de vez en cuando encendían mas el lugar , había tanta gente que me atrevo a decir que si alguien te violaba en ese lugar , no sabrías quién fue.

Cada una de las personas bailaban tan pegados que no se podía distinguir quien era quién, Ángel y yo llegamos juntos a eso de las ocho de la noche, y a eso de las nueve el lugar estaba casi a punto de estallar.

Ángel se olvidó completamente de mí , y se lanzó a el montón de personas a bailar , después de unos segundos lo había perdido de vista , habían bebidas con alcohol , pasa palos , postres , dulces , de todo un poco en unas mesas que rodeaban la pista de baile , todo estaba muy bien decorado por lo visto.

Yo decidí tomar un coctel mientras observaba a las personas bailar, había chicos bailando con chicos, chicas bailando con chicas, chicas y chicos bailando, era todo un revoltijo de personas.

Había tanta bulla que a cada rato sentía que me llamaban, sentía que mi nombre lo decían, pero era algo subconsciente porque eso en realidad no estaba pasando.

Luego de varios minutos sentí que alguien me jalo del brazo, y entre a la pista de baile, todas las personas me empujaban mutuamente por su ritmo al bailar, termine casi en la mitad de la pista sin salida.

Miraba hacia todos lados, las luces me deslumbraban, estaban lanzando las bebidas por los aires, los gritos, las risas, las voces, todo se mezclaba.

Hubo alguien que me agarro de las dos manos y sentí que quería que empezase  a bailar con él, yo solo trataba de seguir el ritmo, luego otra persona me agarro de las manos, al parecer cada cierto tiempo cambiaban de pareja, pero jamás reconocí rostro alguno por las luces y la obscuridad a la vez.

Solo sé que pisé muchos pies esa noche, una gran vergüenza si las demás personas sabían que era yo y luego en la segundaria se burlarían de mí, pero al parecer nadie allí sabia con quién estaba bailando.

Llegó un punto donde sentí que los talones me dolían, las piernas, todo.

De alguna extraña manera Salí de la pista de baile, saqué mi teléfono y vi la hora.

¡LAS TRES DE LA MAÑANA!
¿Pueden creerlo? Estuve bailando alrededor de seis horas seguidas, tal vez cinco.

Un gran logro para mis señores, un gran logro.
A pesar de lo que hice fue pisar pies, me sentía orgullosa, orgullosa y ebria.

De vez en cuando mientras bailaba con las personas, ellos tenían bebidas en sus manos, y me hacían tomar, tomaban ellos, tomaban TODOS.

No había nadie en esa fiesta que no estuviese ebrio. Era un total caos.

Yo me dirigí a la salida del salón de fiesta donde se organizó todo. Afuera había policías para la protección de todos, así que Salí en busca de un poco de aire.

Todo me daba vueltas.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (57 Kb) pdf (353 Kb) docx (31 Kb)
Leer 40 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com