Enfoque De Los Problemas De La Educación
Enviado por rafael.rondon69 • 23 de Septiembre de 2013 • 2.835 Palabras (12 Páginas) • 519 Visitas
ENFOQUES Y PROBLEMAS DE LA EDUCACION
El término "Academia" incorpora a lo largo de la historia múltiples significados. Proviene del jardín de Academos, donde enseñaba Platón; designa por extensión, a toda agrupación intelectual o artística; se denomina posteriormente así a las escuelas o talleres dedicados a la enseñanza y al estudio del arte en los que el desnudo constituye la materia básica. Se llama "académica" a la obra de arte que en su ejecución acata los mandatos y el formalismo impuestos por una Academia, y califica de esta manera a las copias de escultura y pinturas de la Antigüedad. La primera orientación implicaría trabajar a la "manera" de los gigantes del pasado. Nacen de esta forma, a fines del S XVI, una serie de "academias" para transmitir las técnicas tradicionales a los jóvenes artistas, reduciendo el trabajo de los colosos a una serie de reglas. Se incorporan la enriquecida paleta veneciana y su empleo de la luz para enfocar dramáticamente algunas figuras.
La mala calidad de la educación pública implica que existe una brecha muy grande entre las capacidades de la gente no-calificada que solo tiene una educación primaria pública y la gente calificada que tiene una educación superior y probablemente privada.
La abundancia de gente con poca calificación significa que los salarios que comandan en el mercado de trabajo son muy bajos e incluso bajo de la línea de pobreza. Por otro lado, la escasez de gente bien calificada (frecuentemente educada en el exterior) significa que ellos pueden demandar salarios muy altos a comparando con el costos de vida en Bolivia.
Esta situación crea gran desigualdad y mucha pobreza. También implica que la movilidad social es muy baja ya que los pobres no pueden pagar una educación de alto nivel para sus hijos y por eso tienen una desventaja grande en el mercado de trabajo, lo que hace que la pobreza se mantiene generación tras generación.
Si se mejorara la calidad de la educación pública, se disminuiría la brecha de calificaciones haciendo que la gente con educación pública más útiles y la gente con educación alta y privada menos escasas. Esto, a su vez, reduciría la brecha en salarios mejorando la distribución de ingresos. Un buen sistema educativo también ayudaría a hacer más iguales las oportunidades de los estudiantes de diferentes niveles socioeconómicos.
En los albores del nuevo siglo, se observan una demanda de educación superior sin precedentes, acompañada de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el desarrollo sociocultural y económico y para la construcción del futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos conocimientos e ideales. La educación superior comprende "todo tipo de estudios, de formación o de formación para la investigación en el nivel post secundario, impartidos por una universidad u otros establecimientos de enseñanza que estén acreditados por las autoridades competentes del Estado como centros de enseñanza superior"*. La educación superior se enfrenta en todas partes a desafíos y dificultades relativos a la financiación, la igualdad de condiciones de acceso a los estudios y en el transcurso de los mismos, una mejor capacitación del personal, la formación basada en las competencias, la mejora y conservación de la calidad de la enseñanza, la investigación y los servicios, la pertinencia de los planes de estudios, las posibilidades de empleo de los diplomados, el establecimiento de acuerdos de cooperación eficaces y la igualdad de acceso a los beneficios que reporta la cooperación internacional. La educación superior debe hacer frente a la vez a los retos que suponen las nuevas oportunidades que abren las tecnologías, que mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar el saber y de acceder al mismo. Deberá garantizarse un acceso equitativo a estas tecnologías en todos los niveles de los sistemas de enseñanza.
La segunda mitad de nuestro siglo pasará a la historia de la educación superior como la época de expansión más espectacular; a escala mundial, el número de estudiantes matriculados se multiplicó por más de seis entre 1960 (13 millones) y 1995 (82 millones). Pero también es la época en que se ha agudizado aún más la disparidad, que ya era enorme, entre los países industrialmente desarrollados, los países en desarrollo y en particular los países menos adelantados en lo que respecta al acceso a la educación superior y la investigación y los recursos de que disponen. Ha sido igualmente una época de mayor estratificación socioeconómica y de aumento de las diferencias de oportunidades de enseñanza dentro de los propios países, incluso en algunos de los más desarrollados y más ricos. Si carece de instituciones de educación superior e investigación adecuadas que formen a una masa crítica de personas cualificadas y cultas, ningún país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno y sostenible; los países en desarrollo y los países pobres, en particular, no podrán acortar la distancia que los separa de los países desarrollados industrializados. El intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las nuevas tecnologías pueden brindar nuevas oportunidades de reducir esta disparidad.
La educación superior ha dado sobradas pruebas de su viabilidad a lo largo de los siglos y de su capacidad para transformarse y propiciar el cambio y el progreso de la sociedad. Dado el alcance y el ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende más a fundarse en el conocimiento, razón de que la educación superior y la investigación formen hoy en día parte fundamental del desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las comunidades y las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes desafíos, la propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más radicales que jamás haya tenido por delante, de forma que la sociedad contemporánea, que en la actualidad vive una profunda crisis de valores, pueda trascender las consideraciones meramente económicas y asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas.
Con la intención de encontrar soluciones para estos desafíos y de poner en marcha un proceso de profunda reforma de la educación superior, la UNESCO ha convocado una Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y acción. Como parte de los preparativos de la Conferencia, la UNESCO publicó en 1995 su documento de orientación sobre Cambio y desarrollo en la educación superior. Ulteriormente se celebraron cinco consultas regionales (La Habana, noviembre
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