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Enfoque Normativo


Enviado por   •  18 de Abril de 2020  •  Resumen  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  357 Visitas

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Enfoque Normativo

La teoría política normativa supone, en palabras de IsaiaJa Berlin: «El descubrimiento o la aplicación de principios morales a la esfera de las relaciones políticas». El pensamiento político normativo se expresa a través de razonamientos morales abstractos pero también a través de un análisis más detallado de las instituciones y de las políticas.

Cuestiones y métodos clave

La teoría política normativa es una forma de analizar tanto las instituciones socia les, especialmente aquellas vinculadas al ejercicio del poder, como las relaciones de los individuos con ellas, y examina a fondo de qué modo se justifican los acuerdos políticos existentes y cómo se justificarían otros posibles. Los seguidores de esta teoría utilizan varios métodos, de los cuales tres son los más habituales.1 COHERENCIA INTERNA, 2  DISCIPLINAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES, 3  INTUICIONES MORALES. Los teóricos normativos se diferencian entre sí por la importancia relativa que otorgan a estos tres elementos: Ja lógica abstracta, los datos científico-sociales e históricos y la intuición.

Principales comentes de la teoría política normativa: Ha habido tres corrientes generales en la teoría política normativa, Estas tres corrientes son el utilitarismo, el liberalismo deontológico y el comunitarismo.

  1. Utilitarismo

El utilitarismo es una filosofía moral y política vinculada, como es sabido, a Jeremy Bentha el recelaba de los principios de la acción política que se basaran en afirmaciones abstractas o especulativas sobre los derechos y deberes naturales. Por su parte, este autor recurría a lo que consideraba las características elementales de la naturaleza humana reveladas por la observación empírica y afirmaba que los seres humanos estaban motivados por el deseo de alcanzar la “felicidad” y de no sufrir. Creía, por consiguiente, que las decisiones políticas moral mente correctas eran aquellas que buscaban más felicidad para un mayor número de personas en la sociedad. Esta felicidad podía medirse como una “utilidad”. Cada individuo debía definir su «bien» y, en un proceso de decisión social, los intereses de cada uno debían contar de igual modo en el «cálculo» de la utilidad.

  1. El liberalismo deontológico

Autores conocidos como liberales deontológicos o kantiano. Contrastan la deontología (ética de los derechos y las obligaciones) con la teleología (ética de los fines), siendo Immanuel Kant el principal punto de referencia de la ética deontológica. Kant era contrario a toda concepción de la política que sacrificara a los individuos a un propósito superior. Para él los individuos no eran medios sino fines y, por tanto, inviolables. Los liberales kantianos creen que los individuos deben ser libres para decidir y perseguir sus propios fines, sin que se les impongan los de otros. Aunque los deontologistas tienen una idea plural de los fines humanos no son relativistas: el comportamiento humano debe tener ciertos condicionantes, que han de convertirse en derechos. Los individuos son seres libres y autónomos pero no para vulnerar la libertad y la autonomía de otros. Pueden per seguir diferentes «bienes» pero deben hacerlo siempre dentro de un marco de «derechos». El papel del Estado resulta más controvertido para los liberales deontológicos, quienes indican que pretende satisfacer tanto el derecho al bienestar como el derecho al libre albedrío.

  1. Comunitarismo

Los comunitaristas parten de una crítica del concepto liberal del yo individual. El yo liberal, según Michael Sandel, «no tiene trabas», es capaz de situarse en una posición privilegiada fuera de la comunidad de la que forma parte y definir y redefinir sus propósitos y compromisos sin ampararse en tradiciones heredadas u objetivos compartidos. Está dotado de derechos y deberes definidos de forma puramente abstracta y universal, que no tienen en cuenta los propósitos y obligaciones que surgen de nuestros propios lazos personales y sociales. Prefieren hablar de un yo «situado» que se encuentra enraizado en una comunidad y se define en función de dos factores que la configuran: Los derechos y deberes específicos que con forman nuestra «particularidad moral» provienen de nuestra comunidad. En una comunidad existe la posibilidad de que todos puedan trabajar juntos en pos de un bien común moralmente aceptable. Hoy en día el comunitarismo atrae a un nuevo grupo de pensadores políticos que quieren revivir en el individuo el sentido de obligación para con la comunidad. En cualquier caso, el comunitarismo ofrece algunos juiciosos argumentos ya que nos hace conscientes de hasta qué punto las tradiciones heredadas configuran nuestra forma de razonar en términos morales, nacemos con obligaciones morales hacia una comunidad de la que sólo podemos renegar a costa de parecer insensibles hacia aquellos con quienes nuestros antepasados contrajeron una deuda moral.

Principales objeciones a la teoría normativa

  1. El positivismo lógico

El positivismo lógico es una escuela de la filosofía analítica que en parte se inspira en los primeros escritos de Wittgenstein. El Tractatiis estudia la lógica del lenguaje, es decir, lo que le da significado o hace posible que comunique la verdad. Los objetos a los que se refieren las proposiciones verdaderas pero otros positivistas lógicos han insistido en que éstos deben ser objetos materiales o experiencias sensoriales directas, Tanto los conductistas como los analistas lingüísticos se esforzaron por separar, en función de los hechos o lógicamente, las proposiciones verdaderas de los «valores» que, según ellos, eran fruto de las emociones, de los sentimientos y de las actitudes. La teoría normativa puede hacer uso de los «hechos» o, en cualquier caso, de los datos y argumentos que proceden de las disciplinas descriptivas de las ciencias sociales. La naturaleza de la realidad «tal como es».

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