Ensayo Sobre La Modernidad, Algunas Consideraciones
Enviado por gabriela10 • 2 de Agosto de 2011 • 2.099 Palabras (9 Páginas) • 1.963 Visitas
“Ensayo sobre los aspectos fundamentales de la modernidad”
Definiendo modernidad
No podemos concebir la elaboración de teorías sin la utilización de conceptos formados desde la modernidad; cabe destacar que este pensamiento intelectual –Europeo, en gran medida- es de suma importancia por ser una de las aportaciones teóricas mas antigua, por consiguiente, la influencia que ha tenido y tiene sobre los teóricos y científicos es ha gran escala y sus repercusiones las vivimos en la vida diaria.
Primeramente aclaremos el principal punto para después comenzar con otras ideas en los siguientes párrafos ¿Qué es la modernidad? La modernidad surge al final del siglo XVII y se cristaliza a principios del siglo XVIII, como un proyecto innovador de libertad, felicidad y abundancia, eran los principales lemas que prometía el discurso bajo las layes de la razón. Conlleva todas las connotaciones de la ilustración, que está caracterizada por instituciones como el estado-nación, y los aparatos administrativos modernos. Sustituye principalmente el sentimiento por la razón o la razón instrumental, les quita a los dioses su fuerza divina sobre los hombres. El hombre adquiere confianza en si mismo y en su pensamiento, cobra conciencia de su voluntad y capacidad.
El siglo XVII, marca con la Ilustración el triunfo del racionalismo, de la razón propagando sus luces, de la creencia en la evolución y el progreso. Los filósofos de este siglo exponen los principios del nuevo orden que se está gestando y que se encuentra en abierta oposición al ideal autoritario que habían impuesto la Iglesia y el Estado en el siglo XVII. La crítica de la religión y del régimen absolutista se hace en nombre de la razón.
Fue un acontecimiento que vino a dar un giro en todos los aspectos y en las estructuras de la sociedad, económicas, sociales, ideológicas, laborales, políticos, etc. En el terreno de las ideas, la razón va a presidir el nacimiento del mundo moderno y a constituir su elemento de base. En la efervescente sociedad del siglo XVII, una racionalidad en un primer tiempo difusa y confusa -que se ha ido desprendiendo de la práctica capitalista desde sus inicios y que va a servir de fundamento a su pensamiento- se propaga, emerge de las urbes, de los diversos sectores de la burguesía. Nace del mundo de la mercancía que comienza a expandirse, del valor de cambio que sustituye poco a poco al valor de uso, del dinero que reemplaza con su poder a la propiedad y renta de la tierra.
En todos los dominios, ya se trate de la ciencia, de las creencias, de la moral o de la organización política y social, el principio de la razón va a sustituir a los principios que regían hasta ese momento, a saber, los de autoridad y tradición fundamentados religiosamente. El individuo quiere servirse de la razón en todo, desea examinar y conocer por medio de la razón. El terror en que transformó la Revolución francesa comenzó a quebrantar esta idea de la modernidad, que fue reemplazada por una concepción más modesta, puramente instrumental de la razón al servicio de las demandas y necesidades que escapaban a las reglas de una racionalidad sólo correspondiente a una sociedad de producción basada en la acumulación.
Giddens y Habermas señalan dos procesos importantes que trae consigo la modernidad uno seria la autorreflexividad; en donde la modernidad es ese primer momento en la historia donde el conocimiento teórico, el conocimiento experto se retroalimenta la sociedad para transformar tanto su conocimiento como a la sociedad.
Un ejemplo seria la diferenciación que existe entre sociedad tradicional y sociedad moderna. En la sociedad tradicional – una comunidad zapatista en Chiapas- las normas que rigen la vida son generadas endógenamente a través de relaciones cara a cara, en el día a día. En la sociedad moderna las normas que rigen la vida cotidiana, que determinan como significamos, como interpretamos y como vivimos nuestra vida, no están producidas a ese nivel de la relación cara a cara, sino que están producidas por mecanismos expertos, impersonales que parten del conocimiento experto en relación con el estado.
El segundo seria la característica que Giddens llama descontextualización, que es el despegar, arrancar la vida local de su contexto, y que la vida local cada vez es más producida por lo translocal.
Alan Touraine nos señala que Tradicionalmente el ser humano se hallaba sometido a un destino que escapaba a su voluntad, su acción solamente podía tender a acoplarse al orden establecido, entendiéndolo como un orden racional que debía conocer. La modernidad rompe con esto, pero el desencantamiento del mundo no es una obra exclusiva de la razón, sino de la ruptura entre un sujeto divino y un orden natural, esto es «la separación del orden del conocimiento objetivo y del orden del sujeto». Al avanzar lo moderno, se va abriendo una mayor separación entre el sujeto y los objetos; pero la modernidad no es solamente la percepción exacta y real del mundo y su dominio mediante la ciencia, sino que además a esta racionalización hay que añadirle la subjetivación, pues «los éxitos de la acción técnica no deben hacer olvidar la creatividad del ser humano». El hombre, está en la naturaleza, y en tanto que tal es objeto de un conocimiento objetivo, pero a la vez es sujeto y subjetividad.
Por otra parte la modernidad implica la creciente diferenciación de los diversos sectores de la vida social: política, economía, vida familiar, religión, arte. La modernidad excluye todo finalismo. Implica la secularización y el desencanto a la realización completa del proyecto de lo divino. La idea de modernidad remplaza, en el centro de la sociedad, a dios por la ciencia y, en el mejor de los casos deja las creencias religiosas para el seno de la vida privada.
El mundo actual se compone de variaciones múltiples de la modernidad, resultantes de la infinidad de encuentros entre la modernidad y las tradiciones. De ahora en adelante (y desde antes), nos vemos abocados a la existencia de modernidades “híbridas”, “locales”, “mutantes”, “alternativas”, o “múltiples”. Esta es la posición posestructuralista, en gran medida derivada de la antropología.
La modernidad Como proceso histórico
La modernidad ha sido el resultado de diversos procesos tanto de continuidad como de ruptura, lo que significa que su formación y consolidación se realizaron atreves de un complejo proceso que duro siglos e implico la acumulación de técnicas,
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