Ensayo sobre la eutanasia en Colombia
Enviado por Andres Triana • 20 de Octubre de 2021 • Ensayo • 687 Palabras (3 Páginas) • 986 Visitas
Ensayo sobre la eutanasia
La eutanasia pretende evitar el sufrimiento y la prolongación artificial de la vida de un enfermo, por petición propia, de un familiar o por determinación de un profesional de la salud, con o sin el consentimiento de esta persona, para evitar el sufrimiento del paciente ya que la muerte se produce sin dolor.
La eutanasia ha creado un gran conflicto sobre si es o no, un acto bueno o malo, de acuerdo con la posición moral y ética de la sociedad, ya que se decide sobre la vida o el padecimiento prolongado de una persona por causa de una enfermedad. De todas maneras no resulta posible dejar de lado el aspecto social, jurídico y sentimental de las personas.
La Constitución establece que el Estado colombiano está fundado en el respeto a la dignidad de la persona humana; esto significa que, como valor supremo, la dignidad irradia el conjunto de derechos fundamentales reconocidos, los cuales encuentran en el libre desarrollo de la personalidad su máxima expresión. El principio de la dignidad humana atiende necesariamente a la superación de la persona, respetando en todo momento su autonomía e identidad.
Llegado al caso entonces en el artículo 1 de la Constitución, en concordancia con el artículo 95, consagra la solidaridad como uno de los postulados básicos del Estado Colombiano, principio que envuelve el deber positivo de todo ciudadano de socorrer a quien se encuentra en una situación de necesidad, con medidas humanitarias. Además no es difícil descubrir el móvil altruista y solidario de quien obra movido por el impulso de suprimir el sufrimiento ajeno, venciendo seguramente su propia inhibición y repugnancia frente a un acto encaminado a aniquilar una existencia cuya protección es justificativa de todo el ordenamiento, cuando las circunstancias que la dignifican la constituyen en el valor fundamental de todas las demás.
Sabemos entonces que la Constitución no sólo protege la vida como un derecho, sino que además la incorpora como un valor del ordenamiento, que implica competencias de intervención, e incluso deberes para el Estado y para los particulares. El deber del Estado para proteger la vida debe ser entonces compatible con el respeto a la dignidad humana y al libre desarrollo de la personalidad.
El derecho fundamental a vivir en forma digna implica entonces el derecho a morir dignamente, pues condenar a una persona a prolongar por un tiempo escaso su existencia, cuando no lo desea y padece profundas aflicciones, equivale no sólo a un trato cruel e inhumano, prohibido por la Constitución, sino a una anulación de su dignidad y de su autonomía como sujeto moral.
El Estado no puede oponerse a la decisión del individuo que no desea seguir viviendo y que solicita le ayuden a morir, cuando sufre una enfermedad terminal que le produce dolores insoportables, incompatibles con su idea de dignidad.
La voluntad del sujeto pasivo obraba como una causal de atenuación de la sanción. Conjuntamente con este tipo, se estableció el homicidio pietístico, caracterizado porque en él el autor obraba motivado por el deseo de acelerar una muerte inminente o poner fin a graves padecimientos o lesiones corporales reputadas incurables. Al autor de este hecho podía el juez atenuarle la pena prevista para el homicidio, cambiarle el presidio por prisión, y aún concederle el perdón judicial, lo que en la práctica ocurría cuando mediaban, además de la piedad, la voluntad del sujeto pasivo del hecho.
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