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Ensayo valore y virtudes


Enviado por   •  26 de Julio de 2018  •  Ensayo  •  1.983 Palabras (8 Páginas)  •  233 Visitas

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UNIVERSIDAD ALFA LAMBDA

ENSAYO

VIRTUDES, VALORES Y EDUCACIÓN MORAL

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Díaz Corona Miguel

28/06/2018

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INTRODUCCIÓN.

En el presente trabajo se explicará la importancia de reflexionar sobre los valores que impulsaban tanto la escuela, pero también los maestros en esa lucha por el cambio social en una sociedad desigual, donde el elemento transformador de la escuela eran los propios docentes, pero con el pasar de los años la escuela se ha transformado por factores externos, mismos que a su vez orillan a los maestros a olvidar ese espíritu de transformación.

Desarrollo del Ensayo.


Es común en nuestros días reflexionar sobre los males de la sociedad, somos testigos de cómo esta se enfrenta a problemas para los que pareciera que no estamos preparados o por el contrario, nos es muy fácil aceptar las distintas situaciones, ya sean de violencia, pobreza, desinterés o la pérdida de valores. Es evidente que hoy la sociedad está en una crítica constante ante estas situaciones pero poco o nada estamos dispuestos a hacer, anteriormente como lo plantea Samuel  Arrían los maestros sentían el compromiso y tenían la autoridad para ejercer la tarea de alzar la voz por las que no la alzaban, hoy podemos hablar de minorías en la clase baja, mas anteriormente este sector de la población era el más numeroso.

Otro aspecto a resaltar que no puso en evidencia el autor es el aspecto de que en el pasado esta gran mayoría también reconocía el saber de los docentes, por ello es posible que cualquier maestro fuera objeto de admiración, respeto y valía ante los demás. Se dice que el maestro tenía incluso más importancia que el sacerdote de la parroquia ya que los actos del profesor estaban a la vista de todos, además el cura solo pregona por palabra incentivando a otros a que reaccionen ante las desigualdades, pero el maestro desde siempre ha reaccionado ante los problemas, no se mantiene ajeno a lo que pasa o como un mero observador.

La tarea del maestro era una política constante dentro y fuera de la escuela, se daba a la tarea de dar frente a los abusos, se identificaba con las personas que le rodeaban hasta el punto de ser uno más de la comunidad donde trabajaban. Con el cambio del tiempo y las nuevas políticas poco a poco se conquistaron muchas victorias en favor de los más desprotegidos, con esto la proyección de la figura del maestro se volvió aún más respetada. El cambio por diversos ámbitos dejo que la política trasformadora dejara atrás viejos fantasmas para enfrentarse a lo que sería el nuevo reto no solo para la escuela si no para el andamiaje del tejido social, todo a acusa de un fenómeno que las principales potencias habían puesto en práctica como una forma para desvanecer las fronteras del intercambio de bienes e insumos para posicionarse por encima de aquellas que mantenían sus mercados cerrados.

El fenómeno conocido como globalización comenzaba a despertar interés en economías menos desarrolladas, tal vez fue por esto que el gobierno de ese entonces opto por ajustar los planes y porgramas educativos con la finalidad de obtener como productos a personas altamente capacitadas para competir en igualdad de condiciones contra otras naciones, esto es una de las características que definen al neoliberalismo. El autor pareciera coincidir en bastantes puntos con otros pensadores que destacan las ventajas del socialismo de Kant ante una amenaza que redefinía la estructura de la sociedad para hacer que esta dejara de preocuparse por el bienestar común y solo se preocupara por el competir.

Con el neoliberalismo como una etapa más del proceso de dominación y dependencia  a la que ha estado sometida América Latina, la vida cotidiana empezó a ser uniforme, a  formar seres individualistas, solitarios,  sin vínculos con su realidad, con la historia de sus pueblos, rígidos, fríos,  transformado muchas veces, por arte y magia de los mercadólogos,  en "mercancías" o en consumista obsesivo e impulsivo, siempre -"gracias al espectáculo del capitalismo"- al servicio del establecimiento, del orden capitalista.  Esta cultura material de vida, basada en la privacidad, en la vida privada aislada y el consumo de bienes materiales y servicios producidos, fue y es una  cultura,  un modo de vida, orgánicos al capitalismo. Este tipo de individuo empezó a tener los rasgos de la mujer y el hombre unidimensional que visualizara Herbert Marcuse.

Y es que parece ser una realidad, analizando los temas y aportaciones de clase podemos decir que los valores en su sentido más puro no solo para la educación, si no para la formación de personas integras con conciencia hacia sí mismos y hacia los demás, como si de un pasaje religioso se tratara cuando uno piensa en los otros está pensando en el bien colectivo, pero a su vez por causa natural está asegurando su propia estabilidad. La historia es la mejor testigo que tenemos para saber que paulatinamente el espíritu de competitividad en el peor de los sentidos se daba no sólo entre los empresarios y dueños de negocios,  sino abarcó también a gran parte de la sociedad civil, a los profesores, alumnos, artistas, escritores y hasta los trabajadores. Creerse un triunfador, tener éxito caiga quien caiga y sobre todo "hacer dinero", rápido y fácil, parecía ser la "Máxima por regla" personal en el mundo que estaba creando el neoliberalismo, sin saber con certeza a que puerto debían arribar esta legión de seres humanos que se embarcaron  a inicios de los  años 80, en el espectáculo frenético.

Es importante resaltar que la aceptación de este nuevo esquema social demandaba maestros que se alinearan a los estatutos del sistema, donde forzosamente la escuela se adaptó para responder a las demandas de profesionistas forjados en esta realidad. La educación perdió esa autonomía catalizadora de cambios sociales para convertirse en un sistema de adiestramiento formador de mano de obra competitiva con ese espíritu de tener todo lo que se necesita sin tener en cuenta que la ambición ya no era por lograr una trascendencia humanista si no por un impulso materialista que jamás se sacia.

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