Entre Motes, Insultos Y Amenazas
Enviado por OTRALOSERMAS • 15 de Junio de 2013 • 441 Palabras (2 Páginas) • 339 Visitas
Entre motes, insultos y amenazas
La presidenta argentina, Cristina Fernández, utiliza sus discursos dirigidos a la nación para atacar a periodistas, empresarios y ciudadanos anónimos
El lunes 16 de abril, con motivo de la expropiación del 51% YPF que pertenecía a Repsol, la presidenta de Argentina declaró en un discurso televisado: “Yo quiero decirles a todos los argentinos y a todos en general, los que no son argentinos también, que esta presidenta no va a contestar ninguna amenaza, no va a responder a ningún exabrupto, no se va a hacer eco de las faltas de respeto o las frases insolentes que algunos dijeron; primero, porque represento a los argentinos y segundo, porque soy una jefa de Estado, no una patotera. Así que los que esperen que esta presidenta responda a improperios, agravios, descalificaciones, pierden el tiempo. No me han votado para eso ni es mi responsabilidad”.
Sin embargo, a lo largo de los 17 discursos que en lo que va de año ha pronunciado en cadena nacional, es decir, con la obligación de ser emitidos en todos los canales públicos y privados, la presidenta de Argentina ha hecho uso de cámaras y micrófonos para mofarse, atacar o amenazar a estadistas extranjeros, periodistas, empresarios, jubilados, jueces y gobernadores de su propio partido.
En medio de la polémica desatada en España por el viaje del Rey a una cacería de elefantes, durante el discurso del 16 de abril donde Fernández advirtió de que el cargo no le permitía incurrir en la insolencia, la presidenta mostró un gráfico y señaló: “Ahí está la caída de las reservas de petróleo, parece casi la trompa del elefante esa última parte”. Cuatro días después cargaba contra tanto “papagayo suelto” que hay en Argentina, en alusión a los periodistas que criticaron la expropiación de YPF. Y dio a entender que algunos de esos “papagayos” cobraban de Repsol de forma subrepticia.
La alusión al ministro español de Economía, Luis de Guindos, a quien se refirió el 11 de julio como el “pelado [calvo] ese” resultó casi un piropo comparado con las palabras que Fernández ha ido vertiendo contra ciertos argentinos en los últimos meses. El lunes 12 de marzo atacó sin nombrarlos a un columnista de Clarín y a otro de La Nación, en cuya columna, Fernández había detectado “un cierto tufillo antisemita, una cosa de la derecha argentina que siempre fue medio antisemita”.
El 6 de junio se refirió con nombre y apellidos a un jubilado que había denunciado al Estado por las restricciones en la compra de dólares y lo tachó de “abuelo amarrete [miseria]”.
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11/sep/2012
Critica: Creo que aunque sea la presidenta de Argentina no tiene porque amenazar a ni insultar a nadie.
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