Entrevista en trabajo social

La entrevista se constituye como uno de los instrumentales táctico operativos que posee el Trabajador Social para el desarrollo de la intervención profesional.

La misma para Manuel Mallardi se define como “una instancia dialógica entre el profesional y el/los usuario/s” que se desarrolla en dos momentos dialecticos:

• El primero implica la reconstrucción de las manifestaciones de la cuestión social que se objetivan en la vida cotidiana de los sujetos y la comprensión que de la misma tengan éstos.
• El segundo refiere al ejercicio de una acción socio- educativa que implique una desnaturalización y una problematización de la situación por parte del entrevistado.

El primer momento, entonces, hace referencia al proceso de conocimiento de la realidad del sujeto entrevistado. Durante la entrevista el  mismo pone en palabras una situación de su vida que considera problemática  y el profesional funda su intervención a partir de la mediación entre lo planteado por el individuo y el bagaje teórico que posee.  Esto significa que el profesional  pueda comprender los enunciados planteados por el sujeto y  profundizar en una reflexión conjunta acerca de cómo las grandes determinaciones de la sociedad se concretizan en la vida cotidiana del entrevistado, es decir, pensar  la situación como una manifestación de la cuestión social,  entendida ésta como “la expresión de las desigualdades inherentes al desarrollo del sistema capitalista”.  Para ello el Trabajador Social debe mantener una comprensión activa que implique hacer partícipe al sujeto en la reflexión y problematización constante de la situación, dándose entre ambos una lucha de significados. Por ejemplo, una determinada situación, se produce un encuentro que no implica solo a dos personas sino también, dos posturas diferentes frente a una misma situación, que poniéndose en tensión logran construir una nueva, resignificada y más crítica.

El segundo momento refiere a la intervención socioeducativa profesional la cual consiste en promover en el sujeto entrevistado una actitud crítica frente a su realidad.  Esto implica que el profesional  pueda promover  en el individuo un rol activo a partir de una reflexión crítica que le permita entender su problema en relación con las causas estructurales que lo generan y  también en la resolución del mismo.

A modo de reflexión puede establecerse entonces, que la entrevista es un instrumental profesional que se construye constantemente a partir de cada situación problemática, de la concepción que cada sujeto tenga de la misma y de la coyuntura socio histórica en la cual se inscribe. Y además, teniendo en cuenta que el Trabajador Social actúa bajo la lógica de la reivindicación de derechos, es indispensable incorporar al otro en el proceso de definición, comprensión y resolución del problema que lo atraviesa.

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