Escrito - educación colombiana

Asesinatos, magnicidios, desapariciones, amenazas de muerte, hambre, desplazamientos forzosos, viudas y también huérfanos, madres “cabeza de familia”, pobreza, violencia sin importar el lugar donde te encuentres, ya sea el campo o la ciudad, no importa, no te salvas ni en la selva más remota del país; esto y mucho más, son las problemáticas que abarcan y se puede decir que son el “pan de cada día” en la sociedad Colombiana, y en medio de todo el caos, una pequeña puerta que puede ser, no una salvación, pero sí una solución y es la educación.

Todas estas problemáticas y toda esta violencia que se vive día a día en Colombia, de una u otra manera (directa o indirecta), trae grandes consecuencias como la insensibilidad, ya es tan común que no genera asombro, o quizás tristeza por las familias y personas afectadas directamente por la violencia, como es una costumbre de todos los días, el hecho de recibir malas noticias o escuchar acerca de ellas, ya no genera nada en la sociedad, ya simplemente estamos tan acostumbrados que pensamos que no hay forma de cambiarlo, que no importa lo que se haga, o el político que se escoja, la situación siempre va a seguir igual.

Por lo anterior, y muchísimo más, da lástima y mucha tristeza, pensar que en medio de esta sociedad llena de problemáticas sociales, acostumbrada a la violencia, y gran parte de las personas sin interés alguno de cambiarlo o aún peor, creyendo ignorarlo, crecen y se “forman” las nuevas generaciones de colombianos y colombianas; generaciones de niños y jóvenes que quizás continúen con esa misma forma de percibir todo a su alrededor, pero una forma de luchar en contra de esa mala costumbre, sería a través de una buena educación. Optando a través de la enseñanza a estas generaciones para generar un cambio de mentalidad, luchando y dándose la difícil pelea para que estas generaciones puedan buscar maneras de no recaer en ese pensamiento, buscar sensibilización de las atrocidades que suceden todos los días en su comunidad, dándoles herramientas y mostrándoles caminos para que ellos tomen dicha bandera de querer cambiar y transformar su país volcado en la violencia.

En este preciso momento, donde se busca un cambio en la sociedad a través de la educación, es donde entra en escena dicho guiador, los maestros o profesores, hombres y mujeres llenos de ternura y amor, desbordados de pasión por lo que hacen, a lo que le dedican todo su tiempo, sus vidas, sin importar si les toca ir a los lugares más olvidados por el estado, lugares donde las guerrillas son la autoridad, pero van con todas las ganas de querer “amasar el futuro de la patria”, con todo el entusiasmo de querer aportar un pequeño granito para intentar una transformación y lograr un impacto en la personas.  Dichos maestros deben vivir, actuar la pedagogía, la cual debe ir de la mano con la realidad. El maestro debe estar consciente de todo a su alrededor, debe saber leer y entender a sus alumnos, para así, de la mejor manera poder transmitir lo que se le quiere enseñar a su estudiante.

Según Araceli de Tezanos “El sistema está caído … pero hace muchísimos años”, claramente un sistema educativo, lo cual se podría decir que es el panorama no solo en Chile o Colombia, sino en toda Latinoamérica. Un sistema que podríamos decir que encasilla y condiciona al maestro en qué enseñar y de qué manera enseñarlo, solo para evaluarlo a través de un examen y así determinar si ha aprendido o no. Como los eventos y hechos del 9 de Abril de 1948, lo cual solamente se reserva para clase de historia o ciencias sociales, donde al alumno solamente se le cuenta lo que sucedió, sin entrar en muchos detalles, de una manera muy superficial, sin mostrarle el impacto tan grande que tuvo en la sociedad colombiana el hecho del asesinato de Gaitán, de qué forma trajo cambios de pensamientos en los jóvenes, en los seguidores de dicho candidato, y como la muerte de este hombre desencadenó tanta violencia y tragedias en el país. Donde no solo se debe reservar a dichas asignaturas, sino también lo podríamos aplicar en asignaturas como Artes, ética o Lengua castellana, donde no solo se puede enseñar desde un punto netamente histórico, sino también analizarlo desde un punto más moral y ético, yendo más allá, sumergiéndonos más en el pasado para entenderlo y de una u otra manera entender el presente. Así como sucedió en Chile con el asesinato masivo de los obreros, lo cual condujo a la sociedad a grandes cambios de pensamiento; estallidos sociales y culturales que no solo deben reservarse a la clase de historia o ciencias sociales, porque son hechos que siempre seguirán teniendo impacto en la sociedad, a pesar que pasen los años.

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