Escuela Socialista, las escuelas rurales y comunidades
Enviado por L E T R I T AS D E A M O R • 26 de Septiembre de 2020 • Ensayo • 2.553 Palabras (11 Páginas) • 343 Visitas
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Escuela Socialista, las escuelas rurales y comunidades.
Angel Luz Medina Uc
Tanya Torres Quijano
Profesor: Juan Ramón
Licenciatura en Pedagogía, Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 31-A
Índice
Introducción…………………………………………...…..3
Reforma 1930……………………………………………..4
Organizaciones populares………………………..……..4
Organizaciones obreras genuinas………………………5
Enseñanza laica………………………………….…….…6
Lázaro cárdenas, escuela socialista…………………....7
Integración a la educación pública……………………...8
Escuela rural………………………………………………8
El maestro Rafael Ramírez……………………...………9
Conclusión………………………………………………11
Introducción
En este trabajo podemos analizar, no a fondo, pero si pequeños detalles acerca de la escuela socialista y como se implementó. Me refiero a inicios de los 90, que tiene pequeños enlaces con sucesos previos que dieron origen a que esto se pueda dar, de la forma en cómo se planeó, que se necesitó, quien lo dirigió, en qué lugares se dieron, algún impedimento, todo esto lo veremos más adelante, se explicara brevemente con palabras sencilla y concretas, para no complicar o generar más dudas de las que hay, un aspecto importante a señalar es que hay un personaje importante que participa mucho en esta travesía es nada más y menos que Cárdenas quien dirige cierto plan, por decirlo de esta manera, todo esto porque México pasaba por ciertos contratiempos, pero para poder restablecer esto, necesito generar unas estrategias para el equilibrio.
La reforma de la década de 1930 que implantó la educación socialista en México ejerció una transformación completa del sistema educativo mexicano. La idea era crear una escuela que cumpliera una función específicamente social, según una "nueva cultura del saber",1 que se alejara de las ideas religiosas que hasta el momento formaban parte de los programas educativos y que adoptara contextos de mayor alcance e interacción social, para tener un fuerte impacto en las zonas rurales y más atrasadas del México posrevolucionario. Las reformas constitucionales con las que se echó a andar el modelo de educación socialista llegaron unos meses antes de que iniciara la presidencia del general Lázaro Cárdenas, cuando se retomaron los ideales de justicia social que en las etapas posteriores a la revolución habían perdido credibilidad y fuerza. " Esos ideales acompañaron a Cárdenas en la gubernatura de Michoacán y en su campaña por la presidencia de la República, y encontraron en el proyecto de la educación socialista un locus ideológico que enarboló la política y la gestión social que im pulsó su gobierno en la década de 1930.3 Se trató de una educación que, lejos "de marcar un solo camino, daba cabida a diversas propuestas pedagógicas, siempre y cuando privilegiaran a la comunidad, la propiedad colectiva, al trabajo y al conocimiento útil.
El resultado fue la formación de organizaciones populares, que, como explica Gilberto Guevara, se sumaban a los esfuerzos anteriores por crear la educación técnica y la de las escuelas campesinas y rurales, el impulso de becas de corte también popular, así como la formación de centros de educación indígena,5 que dieron un nuevo giro a la idea de la responsabilidad civil de la escuela en el cambio y la transformación del México posrevolucionario. De este modo, la escuela ampliará sus actividades, constituyéndose como la mejor colaboradora del sindicato, de la cooperativa, de la comunidad agraria, y combatiendo, hasta destruirlos, todos los obstáculos que se oponen a la marcha liberadora de los trabajadores.
Los orígenes de la educación socialista están en los ideales que había forjado la Revolución Mexicana casi dos décadas atrás, aunque su antecesor más inmediato fue el proyecto que el general Plutarco Elías Calles había echado a andar en la década de 1920 con la premisa de que el país necesitaba un periodo prolongado de progreso social y desarrollo económico.
Las organizaciones obreras genuinas, las que son producto del esfuerzo y la lucha de los trabajadores, las que se agrupan dentro de la Confederación General de Trabajadores y no son organismos artificiales hechos para defender intereses de políticos a base de componendas de las Juntas de Conciliación y Arbitraje y en los Departamentos del Trabajo, no pueden menos de tener una enorme desconfianza en el sentido de que los políticos burgueses intenten defraudar como siempre los intereses del proletariado, mixtificando lo que dentro del presente régimen capitalista y en esta etapa de transición debe ser la escuela con tendencias hacia el socialismo, que se ha venido llamando escuela socialista.
La escuela socialista genuina, como todas las instituciones humanas será evolutiva, pero seguramente no podrá existir en toda su pureza sino cuando haya desaparecido el régimen de propiedad privada y se hayan socializado los instrumentos de producción, circulación y distribución de riqueza. En las presentes condiciones sociales, todo lo más que podemos aspirar será sin duda a que nuestro sistema educativo, que hasta ahora ha sido un enorme lastre conservador de prejuicios y tradiciones económicas, políticas y religiosas, se oriente por nuevos y fructíferos rumbos.
Como explica Arce, la modernización se convirtió, no solo durante el gobierno callista, sino también en los siguientes, en el proyecto que debía llevar a México a la consolidación en todos sus niveles, político, económico y social; además, se pensaba que con la modernización llegaría la era de la abundancia y se aliviaría la pobreza del campo, porque la historia de la educación rural y campesina del México de las primeras décadas del siglo xx no solo refleja un intento por alfabetizar al pueblo mexicano sino, ante todo, es un esfuerzo por organizar el campo económicamente "y sentar las bases de un nacionalismo político de integración que perduraría durante la segunda mitad del siglo xx.
La diversidad escolar en los programas de enseñanza, muchos de los cuales son antónimos entre sí, impiden concretar las orientaciones certeras que debe dar el Estado. No basta con que en los planteles educativos se impartan las nociones generales de las ciencias.
El Estado se halla en condiciones de renovar constantemente su programa de enseñanza conforme lo vayan determinando las nuevas modalidades de la vida; pero el problema se complica y se alzan los obstáculos frente a los planteles particulares de la educación, cuyas resistencias a las corrientes modernas hacen que se prolongue en la conciencia colectiva una condición nefasta de anarquía.
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