Esping andersen resumen
Enviado por SANTANA HERNAN • 30 de Junio de 2019 • Apuntes • 6.735 Palabras (27 Páginas) • 217 Visitas
Esping Andersen (resumen)
CAP 3
El estado del bienestar es una de las tres fuentes de gestión de los
riesgos sociales; las otras dos son la familia y el mercado.
El estado del bienestar es una construcción histórica
concreta que empezó a desarrollarse entre las décadas de 1930 y
1960. Su promesa no era meramente una política social que aliviara
los males sociales y redistribuyera los riesgos básicos, sino un esfuerzo
para reescribir el contrato social entre el gobierno y la ciudadanía.
El estado del bienestar de la posguerra se basaba en una serie de
presupuestos relativos a la estructura familiar y el comportamiento del
mercado de trabajo que hoy, en gran parte, ya no resultan válidos. Los
riesgos que en las décadas de 1950 y 1960 se suponía desaparecidos
hoy están pasando a ser predominantes. Y a la inversa: al ser el estado
del bienestar de la posguerra hijo de la depresión de la década de 1930
y de la «cuestión obrera», se moldeó en una sociedad en la que el cliente
prototípico era el trabajador industrial masculino. Hoy, este cliente
resulta más bien difícil de encontrar. Un primer paso hacia la comprensión
de la crisis del estado del bienestar contemporáneo debe empezar
por: a) una diagnóstico del cambio en la distribución y la intensidad
de los riesgos sociales, y b) un exhaustivo examen de cómo se
comparten y distribuyen los riesgos entre el estado, el mercado y la familia.
……
La investigación sobre el estado del bienestar suele adolecer de
confusión conceptual. Algunos hablan de estados del bienestar; otro,
de regímenes del bienestar, y otros, simplemente de política social,
como si el contenido fuera el mismo. Pero no lo es. Puede haber política
social sin estados del bienestar, aunque no al revés. La política social
ha existido en tanto ha habido algún tipo de acción política colectiva
a la hora de abordar los riesgos sociales.
normalmente tendemos a
equiparar el estado del bienestar con el capitalismo de la posguerra:
desde el final de la guerra vivimos en un «estado del bienestar». El té:i;-mino
llevó a un nuevo compromiso político, a una reescritura del contrato
social entre el estado y el pueblo. Como señala T. H. Marshall
(1950), esto implicaba el reconocimiento de los derechos sociales de
los ciudadanos y la promesa de acortar las divisiones de clase. No pod.
e mos separar el ideal del est' ado del bienestar de su contexto histó- neo.
El «New Deal» de Roosevelt y la «Patria de los Pueblos» de la socialdemocracia
sueca fueron intentos paralelos de reescribir la relación
entre el ciudadano y el estado, una afirmación de que el bienestar
y el capitalismo no tenían por qué ser incompatibles. Los países occidentales
pasaron a autoproclamarse estados del bienestar en las décadas
de la posguerra quizás para subrayar el entusiasmo de su reformismo
social, pero, ciertamente, también porque las rivalidades de la
guerra fría requerían prestar una visible atención a la igualdad, el pleno
empleo y el bienestar social.
LA TRÍADA DEL BIENESTAR
Así, no se puede dejar a un lado la familia, considerándola meramente
un refugio de intimidad y un lugar de consumo. Es, más bien,
un actor de suma importancia, cuyas decisiones y comportamiento influyen
directamente en el estado del bienestar y el mercado de trabajo,
al tiempo que se ven influidos por ellos. Los regímenes del bienestar se
deben identificar, de manera mucho más sistemática, en términos de
la tríada interrelacionada del estado, el mercado y la familia.
En la familia, el método
de asignación predominante es, presumiblemente, el de la reciprocidad.
Sin duda, esto no implica necesariamente una «igualdad» plena
en la asignación de recursos en el seno de la unidad familiar. 4 Los mercados,
en cambio, están gobernados por la distribución a través del
nexo monetario; y en el estado, el principio de asignación predominante
adopta la forma de la redistribución autorizada (la cual tampoco
implica el igualitarismo).
Jlundamentos de los regímenes del bienestar:
gestión de los riesgos
SS
Política social significa gestión pública de los riesgos sociales. Algunos
riesgos son perennes; otros vienen y van con el flujo de la historia.
En toda la civilización moderna, la gente se ha enfrentado a la pobreza,
la falta de techo, las discapacidades, la violencia y la muerte
súbita, pero no siempre al desempleo o la radiación nuclear. Algunos
riesgos, como los achaques de la vejez, son «democráticos» debido a
que nos afectarán a todos; otros, como el desempleo y la pobreza, se
hallan estratificados socialmente; y aún otros son específicos de las diversas
fases de la vida, como, por ejemplo, la pérdida de ingresos en la
vejez.
No hace falta ser funcionalista para reconocer por qué la gestión
de los riesgos se ha hecho cada vez más colectiva. Un riesgo individual
se convierte en «social» por tres razones. En primer lugar, ocurre
cuando el destino de un individuo (o, mejor, de muchos individuos)
tiene consecuencias colectivas;
En segundo término, los riesgos se hacen sociales simplemente
porque la sociedad los reconoce como merecedores de atención pública.
Y en tercer lugar, la creciente complejidad de la propia sociedad
significa que una parte aún mayor de los riesgos se originan en fuentes
que escapan al control de cualquier individuo.
La dependencia de los ingresos del mercado constituye un importante
catalizador de los riesgos generalizados, ya que la propia supervivencia
se halla a merced de condiciones sobre las que los individuos
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