Estudiar y trabajar: el desafío de todo joven
Enviado por julie.tandil25 • 4 de Abril de 2017 • Trabajo • 1.124 Palabras (5 Páginas) • 245 Visitas
Estudiar y trabajar: el desafío de todo joven
El trabajo es una actividad que cualquier estudiante anhela después de obtener el tan ansiado título; otorga un ingreso monetario que hace de la vida algo más simple, fortalece el autoestima, desafía las propias habilidades, da independencia y seguridad. Trabajar significa adentrarse en un terreno desconocido donde se desafía la capacidad personal para poner en práctica recursos. Muchos están de acuerdo en trabajar luego de recibirse, pero hay otros que, por distintos motivos, se motivan a buscar un empleo mientras están cursando sus estudios superiores. Estos con frecuencia se enfrentan al reto de la organización, la perseverancia y por sobre todas las cosas a conseguir un empleo que los satisfaga. Compatibilizar el trabajo y el estudio es el resultado de cubrir gastos personales, pagar adicionales de la carrera, ayudar en los gastos del hogar y adquirir habilidades sociales propias de la cultura laboral: como la responsabilidad, la autonomía y el esfuerzo. Además, los jóvenes no se consideran como cargas para sus padres, y se sienten autorrealizados al ver que sus metas académicas, laborales y personales se están cumpliendo paralelamente.
Sin embargo trabajar y estudiar tiene sus efectos negativos. Entre las más reconocidas se encuentran las desventajas de tener menos tiempo para estudiar, carecer de tiempo libre y la más probable y frecuente: el estrés. En este sentido, las exigencias a las que están expuestos los estudiantes que trabajan, el fuerte desgaste mental y físico termina por afectar su rendimiento académico, ya que el tiempo para estudiar fuera del horario de clases es escaso. En el ámbito de las carreras diurnas, se complica al momento de la distribución adecuada de los tiempos a lo largo del día. Donde por un lado, deben responder a sus obligaciones en el ámbito laboral, pero también cumplir con sus responsabilidades académicas.
Adicionalmente, América Latina se encuentra afrontando el grave problema del desempleo juvenil. Miguel Jaramillo Baanante señala “El proceso de liberación y el incremento de la inversión extranjera han tenido como consecuencia la incorporación de nuevas tecnologías que generan un incremento de la demanda de trabajadores calificados, con niveles de educación superiores. En un contexto donde la educación estatal es deficiente, las nuevas exigencias de la demanda se convirtieron en un obstáculo para la gran mayoría de los jóvenes, que no desarrollan las calificaciones necesarias para satisfacerlas, teniendo que conformarse con empleos de baja calidad o subempleos.”[1] El desempleo juvenil es un fuerte inconveniente que genera preocupaciones en los gobiernos, ya que los fenómenos sociales de delincuencia, prostitución, drogadicción y crimen se presentan con mayor frecuencia en ámbitos de marginalidad y desocupación. Según la UNDESA los jóvenes representan el 18% de la población mundial; sin embargo constituyen el 41% de la población desempleada. Se pueden conocer dos grandes motivos de porque el desempleo es mayor en los jóvenes. Por un lado, las empresas prefieren contratar a trabajadores con mayores conocimientos y experiencias, algo que los jóvenes carecen ya que conocen menos el mercado laboral. Por el otro lado, los jóvenes egresan del sistema educativo sin las habilidades necesarias para desempeñarse en un empleo: disciplina, constancia, responsabilidad, capacidad de solucionar problemas, facilidad para el trabajo en equipo, iniciativa, etc.
Frente a esta perspectiva de desempleo juvenil, el Estado se ve obligado a intervenir en el mercado laboral para resolver los problemas que generan esta problemática cada vez más presente. En términos generales, las acciones de intervención del estado se pueden clasificar en tres tipos de políticas que son aplicadas de acuerdo al contexto económico, social y político de cada país: de empleo a escala macroeconómica, de regulación del mercado de trabajo y en políticas del mercado laboral. La primera política se orienta a mejorar, a nivel nacional, en materia de educación, salud y protección social. Las políticas del mercado laboral regulan las relaciones que afectan al empleador y al empleado y buscan influir en esa relación laboral, tratando de evitar casos de maltrato y discriminación. Finalmente las políticas de mercado de trabajo se refieren al conjunto de programas y demás instrumentos que intervienen en el mercado laboral para apoyar a los jóvenes en busca de trabajos. Este último tipo de políticas son las más presentes en la vida de los jóvenes desempleados. A través de los programas de ayuda estatal se busca: otorgar prestaciones a la población desempleada para aliviar la pérdida de ingresos, ayudar a encontrar trabajo rápidamente, brindar información para la inserción al mercado laboral y dar capacitaciones para empleos prácticos.
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