Etica Ambiental

La revolución mexicana es un evento histórico que a todos nos han enseñado en la escuela como EL evento que define un nuevo comienzo, una superación como nación, un crecimiento político y económico. Pero lo que este libro en sostiene es que nada de esto fue como nos lo habían metido en la cabeza.

Según el libro, la enseñanza de la revolución mexicana y sus consecuencias es construida a partir de su resultado final, y no de los hechos que realmente la conformaron. Según lo que hasta ahora se nos había enseñado, el centro de nuestro avance, crecimiento y desarrollo como nación gira entorno a la nacionalización de la industria petrolera por Lázaro Cárdenas.

Para una nación es indispensable tener como base un hecho o estructura cultural e histórica en cuál basarse y de la cuál sentirse orgullosos, y es característica de los regímenes brindar este tipo de sustento a la sociedad, aunque este sea imaginario, pues este tipo de cosas trae como consecuencia una legitimidad del régimen y solidez a la cultura política de la sociedad. Es decir, un nacionalismo revolucionario conformado por prejuicios, creencias y conceptos formados para hacer sentir mejor al país.

El régimen revolucionario es en realidad un retroceso al liberalismo porque se forja una estructura política que no ofrece ningún cambio verdadero ni avance.

Otra mentira que nos han enseñado en la escuela es aquella sobre el “milagro mexicano”, todo mundo lo cree porque durante ese siglo el mexicano aumento su calidad de vida, pero la realidad es que durante este siglo todo mundo en todos los países vivieron mejor en general, solamente por eso nuestra calidad de vida mejoro, no por ningún avance como país. La realidad es que si en el siglo XX las empresas aumentaron y dieron frutos fue porque estas estaban creadas, amparadas y en algunos casos rescatadas por el estado.

El régimen revolucionario ha clavado en nuestras vidas una cultura de subordinación donde no son aceptadas ideas nuevas, donde nos asusta la competencia, y esta carga la llevamos la mayoría de los países latinoamericanos.

La secuencia de conflictos armados a los que se les denominó revolución comienzan en 1911 con Francisco I. Madero al poder, y terminan con Lázaro Cárdenas en 1938 considerándolo ganador definitivo de la Revolución.

Lo que ocurre durante este periodo son diferentes etapas de la revolución en la que se crean adversarios unos y otros entre etapas. Durante la tercera etapa de la revolución, se crea una visión de la revolución muy distinta a la que Lázaro Cárdenas había impuesto durante los años 30s. Para cuando llega la Segunda Guerra Mundial, esta mentira que todos los mexicanos nos hemos creado, alcanzó ya una buena solidez y los conflictos por quienes ocuparían la presidencia ya no eran de importancia.

Lo que en realidad pasó dentro de este intervalo de años, es mucho

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