¿Existe La Igualdad Para Los Pobres O Es Exclusivamente Para Los Ricos?... Qué Tanto Se Puede Discriminar.
Enviado por mrandy • 21 de Septiembre de 2014 • 3.547 Palabras (15 Páginas) • 309 Visitas
UNIAGUSTINIANA
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS NOVENO SEMESTRE
HUMANIDADES III / LUNES 9:30 A 11:30 AM
ANDRÉS FELIPE VEGA PARRA / COD: 420101192
¿Existe la igualdad para los pobres o es exclusivamente para los ricos?... Qué tanto se puede discriminar.
La injusticia social es un problema latente de todos los días, esto aparece en casi todas las situaciones en forma de discriminación hacia las personas más humildes de la sociedad, coloquemos un ejemplo claro: al ver a una persona de diferente etnia intentando vendernos algo, ¿qué hacemos?, seguramente no ponerles atención o sencillamente decirles de forma tajante que ahora no, sin ni siquiera ver lo que nos va a vender. Esta situación se repite a diario, por lo cual nosotros exigimos, que la injusticia o la discriminación paren definitivamente, pero si nosotros no vemos estas pequeñas circunstancias que podamos aplicar esa conciencia hacia la igualdad, es imposible que esto suceda.
Esto acontece por la simple razón de que algunas personas adineradas, no todas, tienen un egoísmo individual descomunal que solo piensan en ellos y miran como sacar provecho de su condición acaparando todo a su alrededor y de esta forma el más perjudicado va ser la población más necesitada ya que no habrá recursos disponibles para ellos y de esta manera se venderán al mejor postor, es decir vivirán por unas cuantas migajas.
En nuestro país existe mucha desigualdad entre personas y esto pasa lo mismo con las clases sociales, discriminación por el factor monetario, donde la más perjudicada va ser la población más necesitada, por el solo hecho de no tener dinero en sus bolsillos y es por esto que hay tantos atropellos contra ellos sin que nadie haga nada para remediarlo, un ejemplo claro y lo hemos escuchado diariamente por varios medios ya sea televisivo, radio, periódico entre otros, que mueren en promedio 8 de cada 10 personas en las puertas de los hospitales.
“En el barrio La Victoria, por ejemplo, es uno de los sectores populares más pobres y vulnerables del sur de Bogotá. El 4 de enero pasado, en el Hospital de La Victoria, le extirparon un cáncer de colon a un paciente de doce años. No fue posible cerrarle la herida quirúrgicamente. A los tres días, su padre, el ciudadano Oswaldo Torres Hormaza, imploró con angustia que examinaran a su hijo porque expedía mal olor.
Los médicos ordenaron su traslado inmediato a una unidad de cuidados intensivos pediátricos, pero nadie les hizo caso…”
Es triste escuchar esta clase de noticias que hoy por hoy vale más tener dinero que preservar una vida humana y me atrevo a decir, que en cierta medida es culpa del sistema capitalista mal llevado por los grandes gobernantes de este mundo que solo quieren sacar provecho para sí mismo, dejando a la suerte los más desprotegidos del Estado y en este mismo lineamiento se puede presumir que el hombre haya asumido el lugar de Dios y Dios el lugar del hombre, puesto que han convertido a este sistema en un agente homicida, suicida y etnocidio de la población más vulnerable. Entonces la pregunta es ¿estamos para salvaguardar este sistema agonizante o para salvaguardar la humanidad entera, bajo un sistema de unión y progreso para todos?
Si ambicionamos cambiar el mundo de tantas injusticias que se presentan hoy en día en nuestro alrededor, lo primero que tenemos que hacer es cambiar nuestra actitud de indiferencia hacia los demás, donde la mejor manera de hacerlo es ponernos en los zapatos del otro, de tal manera conocer a la perfección la necesidad que está padeciendo y así mismo encontrar la forma de aliviar o mejor de los casos eliminar dicha injusticia. Es por esto que hay que hacer efectivos los gritos de los pueblos que están padeciendo de las injusticias del Estado para eliminar tanta desigualdad que hay entre “pobre y rico” y de esta forma que ellos proclamen sus derechos que tienen como ciudadano en común. Para lograrlo se debe construir propuestas de valor para grandes transformaciones sociales, económicas y políticas con el objetivo de obtener una democracia transparente y por ultimo participar proactivamente en campañas, foros, movimientos entre otros que tengan como fin la solidaridad comunitaria. Todo esto tiene como meta principal la equidad entre todos, siempre para sumar y no para restar, siempre para multiplicar y no para dividir, dejando a un lado los intereses individuales.
Esto es un ejemplo claro de lo que hizo tanto el Monseñor Oscar Romero como el Padre Héctor Gallego, que lucharon sin cesar para una transformación de los más necesitados sin importar exponer sus propias vidas a cambio de conseguir la justicia social, que tanto anhelaban sus comunidades (panamá y san salvador). Y al poner en relieve sus actuaciones, nos damos cuenta de la capacidad que tiene cada ser humano para transformar la realidad en la que se vive. Capacidad que en muchas ocasiones se lleva dentro y no la demostramos como debiera ser y esto es debido a que existen varios factores predominantes que pueden incidir para que nosotros cambiemos nuestra forma de pensar y actuar y esto es la realidad ficticia que el Estado nos quiere vender como real. Por tal razón es primordial conocer los hechos de primera mano para así comprender la realidad en que se vive y eso fue una enseñanza que nos dejo tanto el Monseñor Oscar Romero como el Padre Héctor Gallego; estar donde está el pueblo que estar con los ricos y ser cómplice de un sufrimiento con el silencio de los más desfavorecidos. Se puede decir en cierta medida que el entorno social puede influir considerablemente en la forma de actuar y de pensar de algunas personas que buscan transformar la realidad, y esto fue lo que sucedió con el Monseñor Oscar Romero que cambio totalmente su personalidad para proteger los derechos de los más vulnerables, paso de ser tímido e inseguro a ser una persona segura de sí misma y decidido en salvaguardar los derechos del más necesitado.
La única arma de estos próceres de la justicia social fue su palabra, su arma principal, que para unos fue su mayor pecado y por eso terminaron asesinados. Ellos defendieron hasta las últimas consecuencias los derechos de los más desprotegidos de la sociedad por el simple hecho de usar su palabra frente a las autoridades competentes de esa época. Pero no estamos muy lejanos a esta realidad un ejemplo de ello, es lo que está sucediendo en Venezuela, el Gobierno quiere frenar toda rebelión contra el actual sistema sin importar los medios que utilice para frenar la opresión del pueblo venezolano.
“Venezuela vive una ola de protestas desde hace más de un mes contra el Gobierno de Maduro que se han cobrado hasta el momento 28 muertos, centenares de heridos y más de un millar de detenidos, en su mayor parte liberados con medidas
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