FALSA ALEGRÍA, CRUDA REALIDAD.

FALSA ALEGRÍA, CRUDA REALIDAD.

Luego de un largo día de trabajo, mientras bajaba del bus, camino a su casa, todos sus pensamientos caracoleaban en torno a su trabajo sobre los diferentes paros nacionales que debía realizar para presentarlo en la universidad al día siguiente; su preocupación aumentaba a causa de las pocas ideas que tenía para iniciarlo, pues se encontraba muy cansado dado que su oficio de medio tiempo como bodeguero en uno de los tantos almacenes de cadena ubicado en el sur de la ciudad, era bastante agotador.

Empero Juan, levanta su rostro y toma aire como usualmente lo hace y sube los escalones y recorre los callejones que finalmente lo llevan hasta su casa, pero esta vez un poco más lento de lo normal, todo el camino está colmado de gente gritando, cantando, consumiendo licor; todas las personas se encontraban eufóricas, pero Juan desconocía el motivo al cual se debía la catarsis, a los pocos segundos identificó las miles de banderas verdes y blancas con el tan conocido escudo “verdolaga”, las camisetas y todo lo alusivo al equipo antioqueño que acababa de ganar su doceava estrella.

Entre todas las cosas que pensaba Juan, lo único que quería en ese preciso momento era llegar a su casa, saludar con un beso en la mejilla a su madre quien seguramente lo esperaba con un apetitoso plato de sopa; y lograr realizar su trabajo, que tanto esfuerzo le estaba costando, no porque quisiera obtener una buena nota, sino porque realmente sentía que las condiciones tan paupérrimas que el Gobierno Nacional le estaba dando a los miles de mineros, campesinos, camioneros, y en efecto, también los cafeteros, debían ser analizadas y por supuesto compartidas.

Por fin llega a su casa y disfruta del grato recibimiento por parte de su madre, se alimenta un poco y se dispone a plasmar sus ideas en la pantalla del ordenador, días antes había realizado algunos apuntes reticentes frente al paro cafetero en lo que iba del año y al releer los datos encontrados nuevamente lo indignaban, pese a que algunos medios de comunicación y el Gobierno mismo informaran de buenas cifras de exportaciones cafeteras, lo mismo no sucedía con los pagos a quienes lo cultivan, estaba manifiesto que a los caficultores no se les estaba remunerando de manera justa su producción y seguramente la situación sería la misma debido a la actitud negligente de los líderes nacionales; más aún cuando no era una problemática actual, sino más bien una bomba de tiempo que se fue construyendo desde el 2011 con la “pequeña caída” de los indicadores.

Cuando más concentrado estaba Juan, de repente un fuerte estruendo hace que él sufra una gran exaltación, se trataba de los zambombazos que daban en el cielo los juegos pirotécnicos y como acto seguido se levanta de su silla para ver desde su pequeño balcón lo que estaba sucediendo, de inmediato sus ojos en primer lugar fueron testigos de la mayúscula “marea verde” que todos los hinchas de su barrio formaban, haciendo también que sus oídos se estremecieran por la cantidad de cantos impetuosos en honor al Atlético Nacional.

El acto no causó mayor impresión en Juan, nada más allá de una leve curiosidad, por lo cual continuó con sus responsabilidades; en el intento de hacer una visión medianamente completa de la crisis del país, se vio en la necesidad de traer a colación algunos informes y noticias sobre lo que estaba sucediendo

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