FILOSOFÍA DE LA TOLERANCIA
Enviado por MelanieRodalv • 18 de Mayo de 2019 • Ensayo • 927 Palabras (4 Páginas) • 500 Visitas
Universidad Simón Bolívar
Competencias Comunicativas II - 2018 – 2
Taller
Programa: Microbiología
Nombre del estudiante: Melanie Rodríguez Alvarado
Grupo: T23
ATENCIÓN: Lee cuidadosamente el texto de manera individual. Luego responde las siguientes preguntas:
¿Cuál es la función del primer párrafo en el texto Filosofía de la tolerancia?
¿Cuál es la intención comunicativa del autor?
¿Cuál es la idea central del texto?
¿El autor recurre a otras voces para respaldar su propuesta?
Identifica la idea con la que concluye el texto
FILOSOFÍA DE LA TOLERANCIA
Mi abuela Hersilia —a quien todos los nietos llamábamos Lila— fue una católica militante, de misa diaria, defensora de los obispos y de los sacerdotes de Pasto y muy devota a la Virgen de las Mercedes, patrona de la ciudad. Cuando yo tenía trece o catorce años, una tarde en que llegaba a la casa después de cerrar su pequeño almacén en el cual trabajó hasta los noventa y dos años de edad, en un arranque mocoso malcriado e impertinente, por fastidiarla le salí al paso y antes de saludarla le dije: “Lila: me voy a volver protestante”. Sin inmutarse, y dándome un beso en la frente, me respondió: “Mijo, si va a ser un protestante bueno, no importa, vuélvase protestante”.
Creo que pocas veces en la vida he recibido una lección más contundente. Esta lección retorna a mi memoria recorriendo las calles de mi ciudad natal (…). Esa sencilla respuesta fue la primera lección de filosofía política que recibí, y muchos años y libros después el mensaje fundamentalmente es el mismo: no existe un solo camino para llegar a la verdad. Son muchas las vías que conducen a entender y solucionar los problemas y los interrogantes de la sociedad y de las cosas. Contrario a un principio que el pensamiento romántico comenzó a resquebrajar el siglo pasado en el mundo en el cual nos ha sido dado vivir, existen, no solo una, sino muchas verdades y valores, algunos de ellos contradictorios entre sí. Por ejemplo, entre dos objetivos igualmente deseables, ¿se debe preferir la igualdad a costa de la libertad? ¿O la libertad a la igualdad? ¿Cómo escoger entre la aplicación de la justicia y el perdón? ¿Es preferible el conocimiento a la tranquilidad, y quizás, a la felicidad? ¿O es preferible la ignorancia al conocimiento de cosas que nos intranquilizan y nos oprimen?
Por más profetas y gurús que nos prometen y aseguran lo contrario, y por más angustia que les cause a muchos, no existe método racional que permita en forma unívoca resolver estos interrogantes. Según Karl Popper, la sociedad puede ser científica, no porque se hayan descubierto las leyes que determinan su curso, sino porque puede avanzar aprendiendo de sus errores. En la sociedad, como en la ciencia, las teorías, las “verdades”, son tan solo transitorias, hasta que alguna nueva derrumba la anterior. Por eso, el conocimiento no está compuesto de triunfadores sino de sobrevivientes, siempre a la espera de la aparición de un nuevo paradigma, también transitorio. Para Popper, la clave está en adoptar lo que él llama el principio de la racionalidad. Este es un principio muy simple que dice: “Yo puedo estar equivocado, usted puede estar en lo cierto, y haciendo un esfuerzo, juntos podemos acercarnos un poco más a la verdad”. El espacio donde florece este espíritu es del pluralismo, de la tolerancia, de la crítica. Ese es el espacio al cual nos deben conducir las negociaciones con la guerrilla. No a creer que vamos a encontrar la varita mágica que logrará la felicidad y la solución final a todos nuestros problemas, sino a un espacio en el cual, sin exclusiones, encontremos las instituciones que nos permitan solucionar nuestros conflictos y diferencias —que existirán siempre en forma no violenta— De hecho, eso, precisamente eso, es lo que diferencia a los seres humanos de las bestias, las cuales solo solucionan sus conflictos con la violencia. Solo cuando encontremos ese espacio de tolerancia, pluralismo y crítica nos graduaremos como seres humanos.
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