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FORMULARIO DE PRESENTACIÓN DE NUEVOS PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN PARA SU EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN DURANTE EL AÑO 2011


Enviado por   •  8 de Octubre de 2016  •  Documentos de Investigación  •  8.953 Palabras (36 Páginas)  •  308 Visitas

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Universidad Nacional de Rosario
Secretaría de Ciencia y Tecnología

ACREDITACIÓN DE PROYECTOS DE
INVESTIGACIÓN - AÑO 2011

 

FORMULARIO DE PRESENTACIÓN DE NUEVOS PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN
PARA SU EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN DURANTE EL AÑO  2011

 

1. IDENTIFICACIÓN DEL PROYECTO

1.1.CÓDIGO DEL PROYECTO

 

 

1.2.DENOMINACIÓN DEL PROYECTO

 ¿Qué representación social de la muerte en la ciudad de Rosario de la segunda mitad del siglo XIX (1856 – 1900) puede brindarnos la disposición del espacio y la particular arquitectura del Cementerio “El Salvador”? ¿Indicios de control social, de ordenamiento, marcas de desigualdad social o mecanismos aleatorios puestos en marcha por el aumento demográfico?

 

1.3.DIRECTOR DEL PROYECTO

 

Apellido y Nombre:  María Rosa Oliver

Tipo y Nro. Doc: 

Domicilio particular: 

Domicilio laboral: 

Teléfono: 

FAX: 

E-mail: 

 

1.4. RADICACIÓN DEL PROYECTO

 

DEPENDENCIA: Instituto de Educación Superior Nº 28

 

UNIDAD EJECUTORA: Cátedra de Metodología de la Investigación Histórica

 

1.5.TIPO DE INVESTIGACIÓN

 

Básica

 

1.6.DISCIPLINA, INTERDISCIPLINA Y ESPECIALIDAD

 Historia, Ciencias Sociales

TIPO DE ACTIVIDAD

 

 

DISCIPLINA

ESPECIALIDAD

Historia   

Historia social   

   

   

  

 

1.7. RESUMEN TÉCNICO

El desarrollo de este trabajo tiene como objetivo realizar una aproximación al estudio del Cementerio El Salvador de la ciudad de Rosario en la segunda mitad del siglo XIX desde su inauguración en 1856. Estudiaremos las jerarquías / desigualdades sociales y las marcas de control social durante el período a través de la forma estética de los enterramientos y su distribución en el espacio del cementerio. Analizaremos desde una perspectiva socio-histórica el micro espacio del cementerio como expresión de la existencia de dos esferas, la humana y la extra-humana. Para ello proponemos hacer énfasis en la organización espacial y en las características arquitectónicas del cementerio como escenario en el que tal vez se reproduciría y se reforzaría el orden jerarquizado de la sociedad, es decir, proponemos interpretar un espacio construido socialmente desde las prácticas y significados que guardan los distintos sectores sociales sobre la muerte en ese período histórico. Analizaremos el ordenamiento del cementerio como la forma en que la ciudad de los muertos representa la ciudad de los vivos, para comprender de qué forma la identidad, las divisiones y las tensiones sociales se manifiestan en la manera en que manejan a sus muertos a través de los tipos de entierro, y apreciar la forma en que se representa la separación entre los sectores más ricos y pobres.

1.8. PALABRAS CLAVES

 MUERTE SOCIAL – REPRESENTACIÓN – ESPACIO COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL – DESIGUALDAD Y CONTROL SOCIAL

2. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO

El análisis de la problemática planteada en este proyecto se encuentra motivado por el deseo de comprender uno de los aspectos menos abordados (y quizás mas complejos) de la historia de nuestra ciudad, relacionado directamente con las formas de vida y de sociabilidad que Rosario ha sabido desarrollar desde sus orígenes, y con los tensiones que tales formas han producido en torno a la muerte. Tiene que ver también con la necesidad de comprender en tal perspectiva las marcas de desigualdad y desarrollos sociales complejos que se han producido en nuestra comunidad y cómo ha afectado - y afecta de alguna manera todavía hoy - nuestras identidades y representaciones. Por ello creemos que la investigación nos posibilitará una nueva valoración crítica de la historia de la ciudad y el cementerio como espacio social.

2.1. ESTADO ACTUAL DE LOS CONOCIMIENTOS SOBRE EL TEMA

  • Estado de la cuestión

Desde el año 1856, El Salvador se erige como un cementerio monumental por influencia de tradiciones arquitectónicas y urbanísticas europeas, ocupa unas 11 hectáreas comprendidas por las calles Ov. Lagos, Av. Pellegrini, Av. Perón y Av. Francia, de la ciudad de Rosario, donde se emplazan más de 32.000 tumbas; en el mismo se popularizó la construcción de panteones familiares de gran valor arquitectónico. De esta forma el cementerio ofrece un recorrido que permite explorar una ciudad del silencio y la memoria, donde se fusionan la historia, el arte y la arquitectura, y muestran de alguna forma la historia de una ciudad naciente que trataremos de abordar ubicándonos en la segunda mitad del siglo XIX.

   El proceso de urbanización de rosario a mediados del S XIX que es en el que surge El salvador como cementerio  fue peculiar dentro de Argentina. Una pequeña villa  se transformara en pocas décadas en uno de los centros urbanos más importantes del país. En esta ciudad, mejor que en cualquier otra, la imagen de la aluvialidad parece aplicarse con mayor justicia.      

   Lo que nos interesa analizar es  el febril crecimiento demográfico y el desarrollo urbano, que se realiza a partir de una previa existencia insuficiente para sobrellevar ese aluvión que estaba por recibir. Esto se reflejara en  el espacio de la ciudad  que, como  construcción social, los conflictos y las luchas  de los actores por el control del mismo lo ira configurando,  estableciéndose espacios clasistas (Falcón 2001) es decir lugares que le son propios a cada uno de estos sectores. El cementerio Del Salvador emerge  en este contexto en el año 1856 como respuesta al crecimiento demográfico y dentro de un proceso de modernización urbana,  gestionada  por la elite. Si bien en un principio estaba bajo control eclesiástico, se llevara adelante su secularización en la década del sesenta (1869)  erigiéndose,  como el lugar de reposo final  preferido por el sector hegemónico. Su aparición es consecuencia de una sociedad que se complejiza  y diversifica en  varios aspectos, pero sobre todo en lo que  respecta  a la representación que tiene cada sector, cada grupo étnico de la muerte. La cuestión  que se trabaja en este proyecto   es , si  esta organización del espacio urbano llevada adelante por el sector dominante  se traslada (o no) al espacio físico del cementerio, donde la ciudad de los vivos se ve a si misma reflejada en la necrópolis: la formas de organización, el sistema de relaciones, las costumbres, las creencias y los valores puestos en juego que esa sociedad adopta en su desarrollo cotidiano y, también como esto se manifiesta en la muerte.(Plan maestro para la mejora y modernización de los cementerios y crematorio municipal 2010)

   Rosario nace en 1852, cuando es elevada a “ciudad” y al mismo tiempo se abre el puerto al comercio mundial y, salvo  retardos accidentales, no ha dejado de prosperar desde esa fecha (Juan Álvarez 1943), al compás de las inversiones ferroviarias y el comercio. La presencia desde el inicio de este proceso de propietarios de la tierra que preferían el arriendo, aporta un componente social diferente, ya que, como sistema aporta una extraordinaria flexibilidad, lo que le dota al arrendador de una rapidísima capacidad de reacción a las fluctuaciones del mercado y a las oportunidades de obtener ganancia (Hourcade  1993). Al mismo tiempo  dentro de la ciudad se generaba una “distribución espacial de los precios de la tierra” (Falcón 2001; cap 2; pag 57) , el valor del suelo urbano configuraba  una geografía   basada en el desigual acceso a la misma con la intención de delimitar áreas que le pertenecía a la elite (manzanas céntricas, boulevard Oroño) con la explicita intención de erradicar de sus “lugares” a los sectores subalternos (Falcón 2001). ¿Es posible que, el  desigual acceso al espacio urbano  basado en los precios también se vea dentro de la distribución de las tumbas en el cementerio, como un elemento más de control u ordenamiento social impuesto por la elite? ¿O su ubicación es aleatoria y solo se diferencian en cuanto al tipo de construcción mortuoria, creencias,  manifestaciones artísticas, etc. en torno a la muerte que se realiza sobre el mismo? Son cuestiones a las que intentaremos darle respuesta. Cabe aclarar para intentar responder dichas  preguntas, que la ubicación de los panteones y mausoleos pertenecientes a familias de la elite local y  de alto valor artístico se localizan en la calle central (donde se encuentra el pórtico) y en la primera transversal. Allí se ven esculturas realizadas por el famoso escultor Luigi Fontana (más adelante breve referencia en nota 1) y otros artistas y arquitectos de renombre mundial. Lo que podría darnos a priori, un acercamiento a las posibles respuestas.

   La constitución de la vida urbana, y de sus actores característicos (elite y sectores populares)  se dará en un corto periodo, por lo que, la “cuestión del orden” será una política central que abordara la elite a partir de los años 60 a pesar de que dicha elite no tiene una larga tradición dirigente en la sociedad  y existe un  alto grado de heterogeneidad social, étnica y cultural que presentan los sectores populares (Falcón, 2001).

   Si tenemos en cuenta que Rosario para 1851 tenia 3000 habitantes y en 1858 la misma se a triplicado, hasta alcanzar en 1900 112.461. Estas cifras nos dan un acercamiento a las problemáticas espaciales  a las que debió enfrentarse dicho sector. También para constituirse a si misma como la dirigente natural de la ciudad, cimentando un orden social que sea acatado por los distintos  sectores. Es a  partir de los años sesenta, que la elite tendrá como eje principal  la construcción de un orden social, no exento de resistencia por parte de los sectores populares y la implementación de dicho orden  ira acompañado por una fuerte coerción por parte del gobierno (el Estado será constructor y garante del orden necesario para el desarrollo capitalista) y sobre todo delimitara los espacios de ambos grupos (centro y periferia) que hasta ese momento se encontraban confusos. Estas adquirirán mayor carácter institucional y envergadura a partir del ochenta. Se darán en tres planos: el urbano, el social y el laboral. (Falcón, 2001). Nos limitaremos a analizar los dos primeros como aspectos relevantes para la investigación.

   Algunas características centrales de la elite y  elementos sustanciales de su proceso de formación  tienen que ver con que son un sector cuyo origen  era fundamentalmente comercial y una composición dominantemente extranjera y a partir de 1860 se ira consolidando  en el poder municipal. Con el tiempo irán diversificando sus actividades, sobre todo hacia la especulación inmobiliaria e “industrial” (molinos harineros, carpinterías, etc.) como así también el financiamiento de  empresas de colonización y la inversión en compañías de obras publicas y transporte (Falcón, 2001).

   En cuanto a los sectores populares,  cuyo término engloba a todo sector que no pertenece a la elite, es tan vasto y heterogéneo que no podría clasificarse de otra manera más que dentro de dicho termino, lo que manifiesta el grado de escisión social que reinaba en la sociedad rosarina de mitad del siglo XIX (Falcón, 2001).

   La diferenciación en los tipos de entierro en el cementerio, es decir la distribución  y  manifestaciones artísticas y arquitectónicas de las tumbas  se acentuara desde la década del ochenta, momento en que las políticas de ordenamiento se institucionalizan y las relaciones capitalistas de producción se afianzan (Gonzales Day, 2009).

   En cuanto a la configuración del espacio urbano, hacia 1870 la mayoría de la población (tanto la elite como los sectores populares) vivía en el estrecho radio céntrico, lo que provocaba conflictos, por el vertiginoso crecimiento urbano  y  la inexistencia de una mínima infraestructura. La salud publica también tuvo características intensas hasta llegados principios del nuevo siglo, pues se registraban altísimos índices de mortalidad y morbilidad, sobre todo en los momentos de epidemias (Falcón, 2001).

   Es  en este punto  donde  habría una problemática mas para analizar ¿la alta mortandad causada por las epidemias provoca lo rápida expansión del cementerio sin mediar ningún elemento diferenciador entre los sectores sociales? Para responder deberíamos tener  en cuenta  la evidencia de las fechas de los decesos y ver si coinciden con dichos acontecimientos y su lugar dentro del mismo.

    Si uno de los principales problemas que enfrenta la elite en lo que hace a un ordenamiento social es el de la regulación del proceso de urbanización, es decir crear un nuevo orden urbano, que responda a la lógica de la época, una de sus  principales preocupaciones  será delimitar los espacios clasistas La construcción de nuevas plazas e incluso del Parque independencia (que completaba el exclusivo Boulevard Oroño) son medidas  para dar respuesta a esa confusión de los espacios.

   La política de ordenamiento social será uno de los ejes fundamentales de acción de la elite. Ahora, el “orden deseado” responde, obviamente, a la lógica del progreso, es decir, esto supone disciplinar a esa masa heterogénea de trabajadores que suponen los sectores populares, inculcándoles los valores de la sociedad capitalista. Tarea poco fácil, pues suponía modificar hábitos sociales y culturales. Para ello, la elite va a golpear en distintos frentes al mismo tiempo, además se encontrara con resistencias de origen diverso étnicos, culturales y sociales.

   En los comienzos del periodo, lo más importante será disciplinar a los migrantes de la campaña, ya que eran vistos como “portadores de barbarie”. Era necesario imponer obediencia y generar un sentimiento positivo hacia el trabajo. La educación de los pobres debería necesariamente incluir aspectos coercitivos. Persecución, castigo, encarcelamiento e incluso destierro fueron los mecanismos aplicados a este grupo.

   Otro de los aspectos donde la elite pondrá sus mayores esfuerzos ordenadores será en torno del ocio de los sectores populares y sus males sociales para lo que cuales la vivienda de los sectores populares fue uno de los focos privilegiados de su atención y  las políticas ordenadoras se orientan a mejorar las condiciones de vida de los sectores populares ya que la erradicación de esos focos no se pudo lograr cuales la vivienda de los sectores populares fue uno de los focos privilegiados de su atención y  las políticas ordenadoras se orientan a mejorar las condiciones de vida de los sectores populares ya que la erradicación de esos focos no se pudo lograr (Falcón 2001). En este cambio de concepción se manifiesta la preocupación por  institucionalizar los mecanismos de control social.


   A partir de la comprensión del período seleccionado y en correspondencia con la perspectiva señalada en la descripción del proyecto intentaremos analizar la sociedad rosarina y sus mecanismos de control social en un tiempo y espacio determinado y mediante un análisis de la organización espacial del Cementerio.

   Encontramos que se han realizado numerosas investigaciones sobre la muerte como objeto, o sobre los aspectos artísticos en los cementerios en nuestro país, pero observamos un área aún no analizada, o por lo menos no profundamente, que tiene que ver con la distribución espacial de las tumbas y una posible relación con ciertos mecanismos de control social. Esta zona de vacancia lo hayamos en la exploración de trabajos realizados en base a cementerios tanto  de nuestro país  como de otros países.

   A partir de un análisis de la organización espacial del Cementerio de Usaquén  en Bogotá (J.C. Gonzalez Vargas, 2007), se propone que, el espacio del cementerio funciona como un escenario en el que se refuerza y se reproduce el orden jerarquizado de la sociedad. Nos parece significativo para nuestro proyecto el planteo del autor. Entre otras cosas podemos tener en cuenta las siguientes referencias: “Este orden, sin embargo, no es admitido e interiorizado totalmente por los usuarios del cementerio. A través de prácticas como el culto a las Almas Benditas, el orden social jerarquizado es anulado” es decir no es reconocido y admitido por la sociedad. Tal apreciación será a puesta a prueba en nuestra investigación aunque, por supuesto, en un marco histórico y social diferente. Por otro lado en el trabajo que estamos reseñando se considera que “con la exploración de este estudio de caso se propone que las investigaciones referidas a las prácticas sociales relacionadas con la muerte resultan de gran utilidad para comprender a las sociedades que las producen” (J.C. Gonzalez Vargas op. cit.) apreciación que resulta útil para nuestra propuesta.

   Partimos de una hipótesis tentativa de que el estudio del mundo de los muertos reflejaría el mundo de los vivos; en relación a ésto David Esteban Molina Castaño realiza un trabajo al que denomina ”Metrópolis vs necrópolis” y rescatamos algunas apreciaciones que desde una perspectiva antropológica y etnográfica, se focaliza en el imaginario, es decir una ciudad imaginada y recordada por los habitantes de la ciudad como lugar donde se construye la memoria de la misma en el periodo que le interesa. El articulo presenta como referentes centrales de análisis “la disposición espacial de los diversos bienes localizados en el cementerio, las practicas rituales asociadas al culto de los muertos en los campos santos y las manifestaciones lingüistas asociadas a estos espacios” (Molina Castaño, 2007, pag 27) A través de estos referentes y tomando como objeto de estudio las tumbas significativas, establece como a partir de ellas se organiza el espacio no desde su ubicación dentro del mismo sino utilizándolas como referentes de los individuos que visitan el cementerio, para organizar el espacio en cuanto rutas de arribo y partida. Desde esta perspectiva los cementerios son lugares donde se construyen y recrean símbolos alrededor de los muertos para que nunca dejen de pertenecer a un entorno social determinado, para que no muera en la memoria. (Elsa Blair, 2005,en Molina Castaño, 2007 ). En este aspecto su análisis se centra en el imaginario que tienen las personas sobre el espacio donde utilizan referentes visuales, con la finalidad de posicionarse dentro del mismo y dirigirse de un lugar a otro, estableciéndose así lugares y no lugares, desde una perspectiva antropológica (Marc Augé, 2007). Con esta perspectiva, (Molina Castaño), considera o clasifica  el espacio de acuerdo a la significatividad que tiene para cada individuo o grupo el mismo desde la perspectiva de los lugares o no lugares,(hace énfasis en el imaginario) si bien trabaja el espacio y le da un marco interesante, este no es funcional a nuestro proyecto, pues nosotras no analizaremos al cementerio como una entidad transitoria o de memoria para las personas, sino como un espacio de reproducción de las relaciones sociales que existen entre las personas que allí reposan, posicionándose en su muerte de la misma forma que lo hicieron en vida.

   Lo que aquí no se pregunta es porque las tumbas significativas se ubican en ese lugar y no en otro, ya sea en los extremos, cerca de la puerta de entrada, etc. Además, dado que la configuración espacial de dicho cementerio es circular, marca una diferencia fundamental con el cementerio El Salvador, pues la distribución del espacio y de las tumbas es en forma de damero, estableciéndose calles principales (bulevares) y secundarias y a partir de esta diferenciación se pueden marcar las tumbas significativas, pero no tomadas como lugares de arribo y partida para entender el espacio, sino como lugares que permiten visualizar la diferenciación social en cuanto a su ubicación dentro del espacio global del cementerio.

   Molina Castaño, plantea que, dentro de las diferencias entre los ritos y lenguaje, se puede abordar la historia relatada desde las clases hegemónicas y subalternas, que ubica a los difuntos en un orden del mundo, en este caso, asociado a nociones de permanencia de las relaciones sociales previas, los mensajes dejados por sus deudos refleja un orden cultural que asocia al fallecido con la cotidianeidad de los vivos y con las ideas que ellos pueden tener acerca de esa cotidianeidad, análisis de gran relevancia en cuanto al problema que abordaremos en nuestro proyecto, y que concebiría al cementerio no como un espacio pleno y homogéneo, sino como una superposición de ordenamientos a lo largo del tiempo.

   Desde otra perspectiva encontramos a un investigador rosarino, Ernesto del Gesso (2009) y si bien sus trabajos están abordados desde una perspectiva arquitectónica y artística, algunos datos nos serian relevantes a nuestra investigación. En primer lugar en cuanto a la historia del cementerio pero poniendo acento en que la distribución espacial de las tumbas corresponde en general a una cuestión de espacio, es decir que si bien se ve una marcada diferenciación social entre ellas plantea que el objetivo era entonces destacar la estética de los enterramientos encomendando la arquitectura de los panteones y nichos a escultores destacados de la época como fue por ejemplo Luggi Fontana[1] quien se encargaría de realizar diversas esculturas y ornamentos en materiales como mármol o bronce lo que diferenciaría y personalizaría cada tumba, reforzando  las jerarquías sociales de la época. Vemos que este relato coincide con apreciaciones que tienen que ver con que los cementerios son entidades dinámicas cuyos monumentos funerarios tienen alto contenido simbólico, que está sujeto a una re significación permanente por parte de sus usuarios y que al hablar de la sociedad y cementerio se afirma que la composición social de la ciudad estructurada en una pirámide social con una estratificación bien marcada, que en su cúspide presenta una elite propietaria, tiene su contrapartida en la organización por sectores en el cementerio, (Sempé, María Carlota; Rizzo, Antonia y Dubarbier, Virginia, 2001). Observaciones que serian un gran aporte a nuestro proyecto en cuanto a la problemática de un posible tipo de control social representado en el cementerio.

En el cementerio El Salvador se ve una cierta distribución en los enterramientos que respondería a una sociedad jerarquizada, al interior del cementerio el espacio también se organizó de esta manera, aunque es posible que haya sido el crecimiento demográfico de la época y la necesidad de resolver las repercusiones de tal crecimiento dentro del cementerio lo que influyó en la disposición, respondiendo así con una ampliación territorial dentro del mismo  (Del Gesso, op.cit.).

   Todas las investigaciones hasta aquí consideradas coinciden en otro aspecto que puede ser un gran aporte para nosotros. Todos ellos desarrollan una breve y clara historia del lugar la que coincide con otras investigaciones analizadas y sobre todo destacan la relación que tiene la iglesia católica y sus tradiciones en cuanto a la creación de estos espacios para depositar a los muertos de la sociedad (Mikel Nistal, 2008), es tradición del catolicismo el rito de enterrar a sus muertos, lo que implica la creación de cementerios para ello y la administración de los mismos por parte de la iglesia. Todos estos trabajos  aportan además datos sobre las legislaciones que se realizan por parte del estado para regular los cementerios como espacios sociales y observando que, desde finales del siglo XVIII, son regulados los requisitos de creación, ubicación y diseño interno, primando el carácter confesional católico.

   La necesidad de contar con espacio para las sepulturas en propiedad ha motivado la extensión de los cementerios o su traslado a lugares más amplios, lo cual ha podido entrar en conflicto con las necesidades de espacio del municipio, en relación a esto notamos una coincidencia con  aportes realizados en una pre entrevista[2] a la presidenta de ADACES (asociación amigos del cementerio, Mariana Hertz) en la que ella pone de manifiesto que al trasladarse el antiguo cementerio católico de la ciudad al lugar donde se encuentra actualmente para luego municipalizarlo, considera en una apreciación personal que se debe esto también a un trasfondo de motivos económicos ya que el espacio donde funcionaba el antiguo cementerio estaba requerido por el ferrocarril  en plena expansión en esta época abordada.

   En el contexto de estos trabajos, un objetivo que es coincidente en algunos de ellos,  es analizar de qué manera la identidad, las divisiones y las tensiones sociales existentes en el interior de los distintos grupos sociales se manifiestan en la forma en que manejan a sus muertos (JC González Vargas, 2007) y a través del análisis de los diferentes tipos de entierro encontrados en los  cementerios, es posible observar variaciones en la manera en que se concibe la identidad de los individuos según el estatus social que mantenían en vida.

   Además “esta disposición de las tumbas en relación con los caminos resulta de gran importancia, pues la distribución de estos caminos estructura de manera importante la manera en que las personas recorren el cementerio” afirmaba Mariana Hertz en la pre entrevista realizada, mientras que Gonzales. Vargas afirma “Con esto, el cementerio funciona efectivamente como un escenario en el que se manifiestan las divisiones y tensiones sociales en el interior del grupo que lo utiliza y reconstruye constantemente”  y deberíamos indagar si en nuestro caso también se reproduce un cierto tipo de negociación social por el espacio no solo en cuanto a lugar de permanencia, también como lugar de recorrido. (JC González Vargas, 2007;pag 29)

   El  estudio de caso que se propone como eje de la investigación, nos permitirá visualizar en qué medida una representación social de la muerte dentro del cementerio como espacio puede responder a una posible estratificación social o si la organización del espacio dentro del mismo se corresponde con un simple mecanismo aleatorio signado por el crecimiento demográfico.

  • Marco teórico

Los conceptos operativos y subsidiarios que van a aportar a nuestra investigación serán desplegados a continuación.

   

Muerte social

La muerte social, como pretendemos analizarla en relación con la distribución espacial en el cementerio; puede considerarse principalmente de acuerdo a los planteos de Philippe Aries (1984).

   La muerte ha sido siempre caldo de inspiración para producir reflexiones, pensamientos, máximas sobre su manifestación ineludible. En algún punto de la vida de un ser humano, ella estará presente para confirmar su tarea. El nombrarla siempre sacude a pesar de la única evidencia cierta que tenemos es que vamos a morir inexorablemente. La muerte moviliza ritos, homenajes, plegarias, acciones variadas. Marca Ariès (1984) la importancia que ha adquirido el tema de la muerte para percibir  la sociedad y  actitudes ante la misma, aspectos estos del imaginario colectivo  y  que pueden tomarse como hilo conductor las persistencias, los cambios graduales y las transformaciones radicales que interactúan durante largos periodos, y es en el tiempo largo donde pueden percibirse esos cambios que se suscitan y que pasan desapercibidos para la mayoría. Cabe aclarar que estas temáticas son el resultado de cambios profundos en la Historiografía donde la Escuela de Anales y Mentalidades respondieron con una mirada crítica a la Historiografía Positivista, construyendo nuevos objetos de investigación y nuevos protagonistas de la Historia, antes no considerados.  

   El grado de importancia que tiene este trabajo para nuestro proyecto radica en los aportes que hace tomando a Philippe Aries (1984) acerca de los modelos de la muerte, que el autor describe en una de sus obras,  es un importante aporte en cuanto a las representaciones de la muerte en forma de cronología o periodización que realiza teniendo en cuenta las diferentes actitudes ante cambios en la sensibilidad occidental frente a la muerte, ellas son: muerte amaestrada, muerte propia, muerte ajena y muerte prohibida.

   La primera era una muerte sencilla, sin distinciones, sin tener en cuenta el status social, manteniendo a los muertos lejos, al margen, para que los difuntos no regresaran para perturbar a los vivos, y se  honraban los sepulcros.

   La muerte propia comienza a ser vivida como tal alrededor del siglo XIII cuando despunta la noción del juicio final que va unida a la idea de biografía individual. Este individualismo dará paso a los comienzos de la individualización de las sepulturas, en cuanto al duelo será la manifestación reglada de una pena.

   La muerte ajena se va definiendo hacia el siglo XIX; momento de cambios radicales, será una muerte exaltada y dirigida hacia la ausencia del otro, cuya añoranza y recuerdo inspiran durante el siglo XIX y XX el nuevo culto de tumbas y cementerios.

   Luego esta muerte ha dejado de ser una cuestión privada para convertirse en un espacio donde también se hace evidente el cambio de las relaciones familiares y sus nuevos contenidos sentimentales y afectivos.

   Nace una nueva representación de la sociedad a finales del siglo XVIII para desarrollarse en el XIX y encontrar su expresión en el positivismo de Comte, se cree entonces que la sociedad está compuesta  a la vez de muertos y vivos y que los muertos es la otra cara  de la sociedad de los vivos

   Por último tenemos la muerte prohibida es lo que Aries(1984) define como interdicción, expresa que se pasó de una muerte tan familiar para luego esfumarse y convertirse en algo vergonzoso y que es causa de interdicto, es decir aparece como algo de mal gusto, ofensivo para una sociedad que solo tiene que mirar para adelante ya no se muere en familia sino en la soledad del hospital, el mercado funerario se estandariza, el ritual póstumo se deja en manos de empresas especializadas y el duelo excesivo se vuelve vergonzante. (Aries, 1984)

   En el contexto de este tipo de muerte donde la persona muere en sociedad es que se van a organizar los actos funerarios mediante la ornamentación, la representación a través de monumentos y distintos tipos de tumbas,  esta idea de cambio de las sensibilidades  se reflejan en el arte funerario y en la representación de la muerte en el cementerio. Por ello  “la red ornamental de un cementerio es un discurso simbólico sobre la muerte y el mas allá, pero también sobre el orden social, las actividades de los hombres, el poder, la religión, y la visión del mundo predominante” (Andrea Jáuregui,1993)

   El cementerio pasa a ser un lugar de conmemoración, Aries va a decir al respecto que los cambios operados en los comportamientos a la intolerancia ante la muerte del otro y su recuerdo inspiran el nuevo culto de tumbas y cementerios, en cambio Vovelle (1985) los atribuye a una progresiva descristianización desde mediados del siglo XVIII.

   Ya que al desligarse la muerte de su soporte religioso tradicional, va a surgir nuevos anclajes, la familia,  el grupo social, el estado o nación. (Vovelle,1985) Desde estas perspectivas respecto a nuestro objeto de análisis podríamos preguntarnos si ambas concepciones en cuanto a la configuración de los cementerios podrían llegar a confluir para la formación de dichos espacios.

   La concepción colectiva de la muerte a lo largo de buena parte del siglo XIX presenta la particularidad de entenderla como una eventualidad, inevitable prolongación en el ritmo lógico de la vida humana. Su principal escenario, el cementerio, fue hasta bien entrada la segunda mitad del siglo un lugar más de la ciudad, a tal punto que no abundan reglamentaciones en cuanto a construcción y diagramación, las que posteriormente marcaran el  inicio de una nueva etapa en el diseño urbanístico, la muerte no solo se identifica con enterramientos,  también con preanuncios, velatorios, funerales.(Andrea Jauregui,1993)  

  De modo que en concordancia con las construcciones de la muerte planteadas, podríamos analizarla como un hecho social que apunta no sólo al estudio de un sistema de representaciones, sino a toda una amplia gama de expresiones, gestos y modalidades sociales. Y es desde este aspecto, desde un concepto de muerte social y su representación en el cementerio por parte de una sociedad analizada en un tiempo y espacio que proponemos nuestra investigación.

Control social

El complejo sistema de instituciones socioculturales que regula la vida cotidiana de la gente (y el accionar de la organización social), no queda liberado a la buena voluntad de sus actores para ser respetado y mantenido.  Imperceptiblemente, desde lo albores de la humanidad, la especie humana se ha dado, creado y recreado, mecanismos para imponer un determinado orden social con su correspondiente institucionalidad, concepto que al analizar intentaremos comprobar si se refleja en la sociedad de la época a estudiar en nuestro proyecto.  Estos  mecanismos encargados de mantener la "estabilidad del orden social” y las instituciones que la acompañan corresponden al concepto de control social.

   Concepto que se refiere a los esfuerzos de un grupo o de una sociedad por la autorregulación (o por regularse a sí misma). La forma más poderosa de control social es la interiorización de las normas. Cuando la interiorización falla, intervienen los controles sociales informales y, especialmente en las sociedades modernas complejas, las sanciones formales.

   Entonces  seria la presión que la sociedad ejerce sobre sus miembros para que interioricen y asuman reglas de convivencia, mientras que la sanción es la toma de conocimiento (o reconocimiento) que la sociedad hace sobre si se han cumplido las normas de convivencia social o no y en qué grado. Frente al natural valor que se le da a la libertad humana, mucho es lo que se ha escrito en contra de los mecanismos de control social por tratarse de mecanismo que parecen promover la coacción e imponer un curso de acción a las personas (Foucault, 1975) El control social y las sanciones que origina van desde lo micro social (el comportamiento en el grupo pequeño que se encuentra frente a frente) hasta lo macro social (la sociedad nacional y hasta internacional).  Desde el castigo materno, la interiorización de las normas más elementales (como las maneras de mesa), el orden  social o el sentido que se le da a las cosas del mundo (en la cultura), hasta la cárcel, la represión o la guerra. Y desde este punto podríamos analizar si ese control social, ese establecimiento de normas se institucionaliza en la sociedad a analizar y en el cementerio como espacio de representación de la muerte.

  Así nuevamente estamos frente a un proceso socio-cultural porque, por un lado se trata de una fenómeno de la cultura, correspondiente a los significados compartidos que actúan para ejercer cierta presión en la forma de acciones gestos o palabras de un individuo sobre otro y otros, mientras que por otro lado se trata de un fenómeno que institucionaliza mecanismos que abarca a toda la sociedad para mantener el orden social nacional o regional mediante leyes, reglamentos y aparatos de coacción como la policía, las judicaturas u otros sistemas nacionales. (Foucault, 1975)

   De manera que entre los medios de control social están las normas sociales, las instituciones, la religión, las leyes, adoctrinamiento (los medios de comunicación y la propaganda), los comportamientos generalmente aceptados, y los usos y costumbres (sistema informal, que puede incluir prejuicios) y leyes como un sistema formal, que si bien incluye sanciones,  además es aceptado y reproducido. (Foucault, 1975)

Espacio social

 

 Un espacio, una sociedad, una organización del primero por la segunda forman un espacio socialmente construido. La organización del espacio es clara de captar y va a expensas del tratamiento que le demos a la sociedad pero la dificultad es como se expresa esa sociedad en la organización del espacio. Desde esta perspectiva el espacio es punto de partida y de llegada de la acción de la sociedad (García de Cortázar, 2004).

   En el caso del análisis que nos proponemos el espacio de la ciudad y del cementerio será escenario de acción de una sociedad en una época determinada y esta plasmara en el cementerio una imagen y una representación de la muerte en particular.

   De manera que las distintas etapas y características en que la sociedad ocupa el espacio permiten plantear la incidencia que la sociedad tiene en la configuración social del espacio. A su vez la distribución social de ese espacio se realiza a través de formas jurídicas o mecanismos de control social que regulan la adquisición de derechos sociales sobre el, evolucionando las formas de dicha organización social. De modo que no es solo el espacio fisco el objeto de asignación, también lo es el conjunto de derechos sobre el y sobre los hombres asentados en el.”Una cascada de competencias sobre uno y otros es el resultado final del proceso”( García de Cortázar, 2004;pag 26)

   Queda así plasmado que una organización del espacio se produce por acción de una sociedad y pensar en términos de organización social del espacio es realizar una reflexión histórica de un espacio físico. Dado que las sociedades se manifiestan en el reparto desigual de funciones y/o poder entre sus miembros se organiza el espacio de manera que este les proporcione el mayor beneficio posible, lo que equivaldría a la modificación física del espacio y a una jerarquización de la sociedad en cuestión( García de Cortázar, 2004)

   “De esta forma, Estructura social, Atribución social, Organización social del espacio constituyen una secuencia perfectamente  encadenada ( García de Cortázar, 2004;pag 61)

   Así entendida, la organización social del espacio seria la forma de organizar el espacio que tiene una sociedad determinada, en nuestra propuesta de análisis el espacio es el cementerio por parte de una sociedad con un imaginario social determinado acerca de la muerte. Podríamos preguntarnos y analizar si cada sociedad tiene un tipo de organización del espacio o si el análisis de las huellas que deja una sociedad en el espacio ayudaría a la reconstrucción de los perfiles de aquella?

2.2.OBJETIVOS DEL PROYECTO

 

  • Objetivos Generales

  • Describir y analizar la distribución del espacio social y arquitectónico dentro del cementerio.
  • Comprender la relación entre prácticas sociales y culturales en torno a la muerte propia y ajena, y su representación en el cementerio.
  • Analizar el ordenamiento y las jerarquías sociales del período a través de las formas estéticas de los enterramientos y su disposición en el espacio.

  • Objetivos específicos
  • Describir y analizar las prácticas de enterramiento/funerarias para comprender la noción de muerte propia del período y el significado social de la misma.
  • Relacionar la dinámica de crecimiento y urbanización de la ciudad de Rosario con la constitución del cementerio El Salvador como espacio social.
  • Reflexionar sobre las posibilidades y límites del operativo de ordenamiento / disciplinamiento propio del siglo XIX en la estructuración del espacio social en el cementerio y sobre su eficacia en la aceptación de la desigualdad social por parte de los sectores subalternos.

2.3. METODOLOGÍA

Fuentes:

  • Planos
  • Archivos del cementerio
  • Fotografías
  • Entrevistas a personas que integran equipos de trabajo dentro del cementerio

Tratamiento metodológico

Nuestra propuesta metodológica es de tipo cualitativo ya que se orientara a comprender un fenómeno social basada en la observación que generara datos descriptivos. La metodología cualitativa es inductiva porque permite comprender y desarrollar conceptos partiendo de datos para evaluar hipótesis o teorías preconcebidas mediante un diseño flexible comenzando con un interrogante atendiendo al objeto en un contexto. La inducción consiste así en una recogida de datos mediante la observación empírica y a partir de allí construir categorías de análisis que expliquen lo observado al analizar datos subjetivos integrando esos datos obtenidos a la observación.

   En este tipo de metodología el investigador trata de aprehender el proceso interpretativo como un observador  tratando de no dar nada por sobrentendido y valorando todas las perspectivas subrayando la validez de la investigación ante la confiabilidad. Estas investigaciones son consideradas arte en cuanto a que no siguen reglas, si bien la teoría organiza la investigación es posible que durante la misma se redefinan propósitos. La investigación de tipo cualitativa que nos proponemos estudia cualidades y se centra en significados y descripciones.(Quecedo Lecanda, Castaño Garrido, 2002)

La metodología a utilizar para el tratamiento de las fuentes escritas (es decir, archivos del cementerio antes y luego de su municipalización) será el análisis de contenido y el análisis del discurso. Como discursos argumentativos de un procesos histórico delimitado, un discurso analítico con descripciones y narraciones para explorar una realidad. Este discurso argumentativo es por tanto un conjunto de proposiciones demostrables mediante argumentos “una historia no es una narración, es una argumentación, y, en este sentido, es una teoría. De lo contrario seria literario. No historia social.”(Arostegui, 1995, pag 261)

   Nos parece oportuno primero aplicar el análisis de contenido a los archivos pues “se obtiene información “directa” a través de la lectura del contenido de un texto, esta técnica permite organizar conjuntos de datos de estudio y de codificaciones menos aparentes que el texto contiene también: porque la lengua, la semiótica, la semántica de un texto pueden aportarnos contenidos “subyacentes”, ocultos, que la mera lectura primaria no descubre” (Arostegui: 368) por que , el análisis sistemático de un texto  desde el punto de vista de su lengua, de su semántica o sintaxis, de su “mensaje”, necesita ya de la aplicación de ciertas técnicas numéricas: contar tipos de palabras, por ejemplo, clasificar tipos de oraciones o frases, analizar frecuencias de aparición de ciertas formas o ciertas asociaciones de palabras y de ideas, etc. (Arostegui: 369)

   Este método nos permitirá analizar en los libros de defunciones, planos y fotografías del lugar datos que pudieran vislumbrar algún tipo de carga valorativa, sea esta positiva o peyorativa y de éste modo, podríamos llegar a algunas conclusiones preliminares, sobre qué contenidos allí presentes pudieran indicar el por que de la distribución espacial dada dentro del cementerio atendiendo a posibles datos que estén marcados con mayor relevancia o datos que estén ausentes. El análisis de fotografías resulta fundamental como soporte de la memoria para estudios explicativos históricos como el que se pretende realizar, la fotografía es un instrumento eficiente para mostrar un objeto por que esta cargada de memoria histórica, pero es importante también conocer el contexto histórico de la misma como objeto de estudio también.

   La fotografía muestra una realidad  y es a la vez un desafío ya que sobre ella se pueden aplicar diversas miradas que enriquecerían a una investigación.(Beatriz de las Heras Herrero, 1939)

   Para indagar sobre el imaginario social que marca la distribución espacial de las tumbas nos proponemos entrevistar a la presidenta de la Asociación Amigos del Cementerio y a un contratista que allí trabaja en el mantenimiento del lugar con su familia desde hace ya cuatro generaciones.

   Este conjunto de entrevistas constituirá una “muestra” que nos posibilitará realizar conclusiones aproximativas a nuestro objeto de estudio ya que la entrevista es una técnica cuyo objetivo es obtener información de forma oral y personalizada, sobre acontecimientos vividos y aspectos subjetivos de la persona como las creencias, las actitudes, las opiniones, los valores, en relación con la situación que se esté estudiando (Bisquerra, R. (Coord. 2004). Se realizaran entrevistas semiestrucuradas seguidas por un guión elaborado que determinara la información relevante que se quiere obtener, considerando como semiestructurada a una entrevista que si bien será guiada por el entrevistador, permite al entrevistado realizar otros aportes por fuera de estructura de la entrevista. Los interrogantes centrales serán, por un lado acerca de la historia del cementerio, relación arquitectura y representación social y modalidad acerca de adquisición de panteones y nichos.

   Las preguntas  que se realizaran son abiertas permitiendo al entrevistado la realización de matices en sus respuestas, lo que hace que éstas adquieran un valor añadido en torno a la información que den. Las entrevistas que se realizaran serán de carácter exploratorias y permitirán la identificación de aspectos relevantes y una primera impresión del objeto a estudiar.

   Durante el proceso de  investigación se incorporará el uso de testimonios orales, para su realización se tendrá en cuenta una doble dimensión: serán una fuente fundamental de información sobre lo sucedido a lo largo de la historia del lugar y, a la vez  esos relatos de vivencias y experiencias personales –y colectivas, consideramos nos revelarán detalles o matices difíciles de encontrar en otros tipos de fuentes. En la experiencia de la autora: Los testimonios nos han permitido rastrear recuerdos, interpretaciones o reinterpretaciones de sucesos del pasado a través del prisma de la memoria individual, grupal o colectiva, pero también nos proveyeron un aporte factual significativo. No soslayamos aquí los dilemas entre la “verdad histórica” y la fidelidad del recuerdo, o la relación entre testimonio y “verdad…” (AGUILA; 2009: 30-31) pero muchas actividades no se preservan en los archivos, sino que simplemente quedan en la memoria de actores sociales que participaron de un determinado  momento histórico o participan en la realidad del funcionamiento del cementerio como institución. La entrevista nos permitirá realizar “una tarea conjunta de deconstrucción de las explicaciones que el entrevistado ha asumido como definitivas; se puede profundizar en ellas discutiéndolas desde distintos puntos de vistas; completándolas con informaciones adicionales y que anteriormente no habían sido tomadas en cuenta; se puede introducir hipotéticamente un alerta sobre los posibles efectos del paso del tiempo en la estructuración del recuerdo o de una mirada acerca de la realidad del lugar y su actual distribución espacial ; y analizar las posibles alteraciones que provengan de las varias interferencias” (Saltalamacchia; 1992: 85)

   El escaso prestigio del que cuenta la Historia oral, en desmedro de la Historia Documental, tan fielmente defendida por la Historiografía positivista, hace que nos esforcemos por definir las fases en la que se realizarán las mismas y cuál es el rol de los conceptos estructurantes que guiaran la entrevista a fin de aportar a la investigación.

   Las entrevistas que se realizarán a los actores sociales del objeto analizado se orientarán a visualizar en un dialogo abierto, los sentimientos de las personas entrevistadas, su visión, interpretación y reinterpretación sobre la actual disposición del espacio en el lugar y las transformaciones sufridas a  lo largo del tiempo.

   Estas fuentes orales históricas son fuentes narrativas. Por lo tanto, el análisis de los materiales de la historia oral debe valerse de algunas de las categorías generales desarrolladas para comprender y utilizar tales fuentes documentales indirectas, como fuentes de tipo subjetivas, entendiendo así a la investigación de formas culturales y procesos por los que los individuos se expresan y es el investigador quien debe captar esa significación (PORTELLI 2004).

   Esto nos permitirá interpretar no sólo lo que la sociedad en cuestión hizo, sino lo que deseaba hacer, lo que creían estar haciendo o lo que ahora piensan que hicieron.

3. IMPACTO DEL PROYECTO

 

3.1. CONTRIBUCIÓN A LA FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS

En cuanto a la utilización del presente trabajo de investigación, consideramos que  tendrá un notable impacto en la formación de los recursos humanos tanto en lo que hace a la educación formal y no formal por lo que ayudara a la comprensión de la historia del cementerio no solo como institución sino como espacio de construcción social creador y reforzador de un imaginario social en cuanto a la sociedad y su representación de la muerte en un espacio físico como es el cementerio, en especial El Salvador.

. Por último, nos parece que podrá ser utilizado como punto de partida y apoyo de futuras investigaciones referidas a la problemática abordada y permitirá  llenar el vacío existente en cuanto a  investigaciones referidas al tema.

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