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Financiamiento Microempresas


Enviado por   •  24 de Julio de 2011  •  3.906 Palabras (16 Páginas)  •  1.411 Visitas

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Fuentes de financiamiento para la microempresa

El limitado acceso a financiamiento fue señalado por los microempresarios como el segundo problema más importante. Indagando sobre las fuentes de financiamiento para iniciar la microempresa se descubre un panorama interesante.

La mayoría de microempresarios inicia su empresa gracias a sus ahorros personales (67,1%).

La segunda fuente de financiamiento son los préstamos de familiares y amigos, con un 12,6% en promedio. En total las fuentes informales de financiamiento (ahorros, regalos, préstamos familiares, herencia y agiotista) llegan al 90%, mientras que las fuentes de financiamiento formal (bancos, financieras, cooperativas de ahorro y crédito (COAC), otras cooperativas, ONG y fundaciones) apenas alcanzan al 5%. Ver Tabla 1.12 en el Anexo.

Al realizar comparaciones por género, las mujeres financian su microempresa con una mayor proporción de regalos de familiares y amigos (10,5%) que los hombres (4,2%). Los hombres logran un mayor financiamiento a través de la liquidación por terminación de empleo (5,3%, frente a un 2% en las mujeres). En cuanto a las fuentes formales, los hombres financian su microempresa con mayor participación de préstamos a través de bancos, financieras y COAC, mientras que las mujeres tienen mayor acceso a fondos de ONG y fundaciones.

Son notables las diferencias regionales respecto a la fuente de financiamiento para el inicio de la microempresa. La Costa utiliza un alto financiamiento del sector informal (92,6%) en comparación con la Sierra (87,6%) y el Oriente (84,2%). En cuanto al sector económico, las microempresas proveedoras de servicios son las que acceden a un mayor financiamiento formal (7,1%), frente al comercio (4,6%) y la producción (4%). Ver Tabla 1.12 en el Anexo.

Instituciones que financian a la microempresa

Dado el bajo financiamiento a través de fuentes formales, resulta interesante indagar qué tipo de instituciones financieras son reconocidas por los microempresarios. Las COAC fueron las más mencionadas por los microempresarios (32,9%), seguidas por las ONG y fundaciones (22,3%), luego los bancos privados (20,2%), y por último los bancos públicos (12,2%). Ver Tabla 1.13 en el Anexo.

Se destacan algunas diferencias por género; los hombres fueron mucho más propensos a señalar a COAC, bancos privados y públicos en comparación con las mujeres; mientras que éstas se inclinaron más a reconocer las ONG y fundaciones, de las cuales anteriormente reportaron recibir mayor financiamiento que los hombres.

En cuanto a la distribución regional, el Oriente identificó mayoritariamente a las COAC y bancos públicos como la Corporación Financiera Nacional (CFN) o el Banco Nacional de Fomento (BNF); mientras que en la Sierra se destacaron los bancos privados y las financieras, y en la Costa las ONG y fundaciones.

El sector de servicios mencionó a las COAC prioritariamente, el comercio identificó a las ONG y fundaciones en una mayor proporción, y los microempresarios de la producción señalaron con mayor énfasis a los bancos públicos. Ver Tabla 1.13 en el Anexo.

En general, los distintos microempresarios reconocen a las instituciones financieras que atienden directamente a su nicho de mercado. Así las COAC son reconocidas en el Oriente y dan financiamiento principalmente al sector servicios. Los bancos privados muestran una gran concentración en la Sierra y prestan en mayor proporción a los hombres. Los bancos públicos son más reconocidos por el sector productivo, quizás por la mayor antigüedad de las microempresas productivas y los programas históricos que se dedicaban a financiar actividades productivas. Las financieras son más fuertes en la Sierra. Mientras que las ONG y fundaciones son más reconocidas en la Costa, especialmente por las mujeres y la microempresas comerciales.

Servicios de Desarrollo Empresarial para la microempresa

Los servicios de desarrollo empresarial (SDE) son muy amplios, incluyen capacitación, transferencia de tecnología, apoyo en mercadeo y en comercio exterior, asesoramiento empresarial, tutorías en preparación de proyectos, planes de negocios, entre otros. Los SDE están orientados a desarrollar mejoras en cualquier área de la empresa, incrementar las capacidades de los empresarios y de los trabajadores. De esta forma, la presencia de un mercado de SDE resulta sumamente importante para que las micro, pequeñas y medianas empresas sean competitivas.

“Un reciente informe sobre la Competitividad Industrial del Ecuador, elaborado por ONUDI para el MICIP, establece que, al comparar 10 países de la región, el Ecuador está en el puesto nueve en productividad laboral. Los datos señalan que Ecuador tiene 4,9 veces menos productividad que Argentina, 3,5 veces que Costa Rica, 2,8 menos que Colombia, y 1,36 menos que el Salvador. Esto confirma la urgente necesidad de realizar acciones que contribuyan a mejorar la competitividad de las empresas ecuatorianas, atendiendo diversos aspectos, entre ellos el de una mejor calificación laboral” (INSOTEC, Febrero 2005).

A fin de alentar la competitividad, el crecimiento del negocio y la creación de empleo, es indispensable construir una capacidad local y nacional en SDE sostenibles y costo-efectivos.

En Ecuador existen algunos proveedores que tienen una trayectoria de dos o tres décadas; sin embargo, la coordinación entre éstos es mínima o inexistente.

Los actuales espacios de reunión de proveedores de SDE son el Foro de la Microempresa (FOME) y la Red Financiera Rural (RFR). En el FOME participan unas 13 instituciones, que proveen SDE y algunos servicios micro-financieros, mientras que la RFR tiene 37 instituciones socias, la gran mayoría brinda microcréditos, pero entre éstas hay 18 ONG que también ofrecen SDE. Si bien la misión del FOME y la RFR son diferentes, ninguna de las dos instituciones se dedica a coordinar la acción de los proveedores de SDE. Tampoco se han realizado estudios de las necesidades de los microempresarios, que orienten la provisión de SDE a los requerimientos de la demanda. Cada ONG oferta sus servicios en base al conocimiento de sus clientes y los atiende de la mejor manera de acuerdo a sus posibilidades.

La industria de SDE es atomizada y dispersa; no hay coordinación ni espacios de concertación; los microempresarios no están organizados en torno a éste propósito, y por lo tanto resulta complicado juntar la oferta y demanda de SDE para conciliar sus necesidades y capacidades.

Debido a que no se cuenta con una organización que agrupe a las instituciones que brindan SDE y tampoco se tiene una fuente consolidada de datos sobre la provisión de SDE, a

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