Fines de la educacion en colombia

¿DÓNDE QUEDAN LOS FINES DEL SISTEMA EDUCATIVO EN COLOMBIA?

Como bien lo afirma Edgar Morin, en el prólogo del Acuerdo por lo Superior 2034, Colombia es un país con un sistema de educación superior  estructurado y normativizado, pero carente de la articulación necesaria para su funcionamiento adecuado. Por esto se refiere a que no integra y armoniza sus partes en pro de la formación apropiada de los jóvenes colombianos. Una política pública para una educación superior, debería constituirse tanto de los medios o procedimientos, como del objetivo o finalidad que se tiene al educar a un pueblo.

Si bien es cierto, que es la Sociedad, sus tradiciones y el comportamiento de sus individuos, lo que define y organiza los regimientos del sistema educativo, también es cierto que se hace necesario que en Colombia, haya una relación directa y equivalente entre: medios y fines; sujeto y objeto; mente y corazón; o lo que Morin define como Religación.  Problemas como el de la articulación del sistema educativo –que no es el único problema que tenemos- a diario se ve ignorado, pues no se tiene consciencia de sus existencia. La Religación permite una estabilidad y funcionamiento más óptimo en un sistema, y un mejor alcance de las metas propuestas para el futuro.

¿Cuál es realmente la finalidad del Sistema Educativo en Colombia? Según el Ministerio de Educación Nacional, el proceso educativo tiene como meta la “formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes”, todo esto, en aras de garantizar una vida faculta, en la que podamos convivir en sociedad y ganarnos el medio de subsistencia. Sin embargo, educación no significa simplemente aprobar exámenes para que más tarde puedan casarse, tener alguna clase de empleo y continuar en ese empleo, les guste o no, por el resto de sus vidas.

En mi opinión, eso es exactamente lo que le hace falta a la educación en Colombia, porque además de las desigualdades sociales y económicas, la falta de accesibilidad, entre otras; está la cuestión de que se ha distorsionado la finalidad del ser educados. Karl Jaspers afirmaba que en el conocimiento residía la llave de nuestra libertad y por tanto nuestra individualidad; y creo que ese pensamiento no se aleja del de Edgar Morin, que defiende la idea de que “la primera e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento” es decir, enseñar la verdad y la reflexibilidad, y formar individuos críticos.

Las demandas sociales y educacionales actuales reclaman que se analice exactamente si se está tomando la educación como un medio para formar personas integrales y valiosas, o solo individuos enajenados, sin sentimiento de propia identidad, que adoptan la concepción de que son solo un producto o un medio alienante de la sociedad. En donde entra la propuesta de Edgar Morin de enseñar identidad a los estudiantes. Es necesario, pues, un mayor impulso de la investigación y la reflexión, para complementar los saberes y conocimientos impartidos a los colombianos, y así enfrentar los desafíos que enfrenta la institución universitaria para situar el pensamiento crítico y la toma de acciones frente a las diferentes problemáticas sociales.

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