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Fiscal


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2014  •  Tesis  •  8.888 Palabras (36 Páginas)  •  172 Visitas

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En términos generales, podemos advertir que las siete explicaciones sobre la crisis desembocan, al final de cuentas, en tres vertientes paradigmáticas (véase tabla 2). La primera corriente agrupa la visión convencional u ortodoxa desde la óptica neoclásico y neoliberal, el llamado pensamiento único, y se ampara en la idea de que la crisis es un fenómeno localizado, sectorizado y de corto plazo, con la atenuante de que su respuesta plantea el rescate de los grandes capitales por el Estado, sin importar que esta disposición contravenga su ideología neoconservadora, pero sin que esto signifique una confesión de parte sobre la invalidez de sus proclamas políticas. La segunda corriente, que aglutina a la perspectiva heterodoxa, brinda cobijo a posiciones neokeynesianas y socialdemócratas, es decir, cubre el espectro político de centro izquierda, aunque tiene puntos de coincidencia en la caracterización de la crisis con la visión dominante en el sentido de que se trata de un fenómeno localizado, sectorizado y coyuntural, sólo que achaca la responsabilidad a la desregulación neoliberal y a la codicia de los financistas, por lo que reclama la implementación de nuevas regulaciones y una mayor participación del Estado en las tareas de la promoción del desarrollo, pese a que hace una crítica matizada al neoliberalismo no cuestiona los fundamentos del capitalismo. Su propuesta, en todo caso, pretende rescatar o reformar al capitalismo neoliberal. La tercer vertiente analítica es crítica por antonomasia y caracteriza a la crisis, desde distintos ángulos, como estructura, sistémica y civilizatoria, además de que le coloca los atributos de global, multidimensional y de largo plazo. Si bien admite que el gran capital y el Estado tienen mano en la aplicación de políticas de rescate, advierte sobre el hecho de que éstas no hacen más que postergar el advenimiento de nuevas y quizá más profundas crisis. La única salida real sería un cambio estructural y sistémico, una nueva civilización. No obstante, reconoce que a la fecha no existe un agente colectivo alternativo capaz de confrontar el poderío del gran capital y sus agentes que dan cuerpo al llamado imperialismo colectivo.

Tabla 2. Enfoques sobre la crisis

Enfoque/ Características

Convencional

Heterodoxo

Crítico

Ubicación

Estados Unidos

Estados Unidos

Sistema capitalista mundial

Definición

Financiera

Financiera

Estructural, sistémica y civilizatoria

Causa

Especulación y codicia

Desregulación, especulación y codicia

Neoliberalización, sobreproducción, superexplotación laboral y depredación ambiental

Detonador

Burbuja hipotecaria

Burbuja hipotecaria

Financiarización

Sobreacumulación, financiarización y declive de hegemonía de Estados Unidos

Sector

Financiero-hipotecario

Financiero-hipotecario

Capital ficticio

Capital transnacional

Amplitud

Sistema financiero

Sistema financiero con repercusiones en economía real

Economía mundial

Temporalidad

Corto plazo (2008-2009)

Corto plazo (2008-2009)

Largo plazo, se remonta a la década de los 70s

Respuesta

Rescate de grandes capitales

Política neoliberal

Flexibilidad laboral

Regulación

Participación del Estado

Programas de inversión y empleo

Cambio estructural y sistémico

Nueva civilización

8El análisis predominante de la crisis contemporánea está orientado a preservar al sistema capitalista y a rescatar a los grandes capitales centrales. La visión dominante presenta a la globalización como un fenómeno de alcance mundial inevitable, sin alternativas, y al cual hay que asumir como un reto. Para ello hay que abrir los mercados, ofrecer condiciones idóneas a la inversión extranjera y afrontar el reto de la competitividad, donde el Estado debe generar un clima favorable a los negocios, particularmente a las grandes corporaciones multinacionales, abaratar la fuerza de trabaja barata, transferir recursos públicos al sector privado, además de implementar una estrategia de venta de las ciudad y el territorio, donde priman los intereses del capital, y no los de la población. Este tipo de políticas se aplican indistintamente por gobiernos de derecha, centroizquierda e izquierda, salvo algunas excepciones de gobiernos que intentan resistirse al neoliberalismo y ejecutan políticas que pueden ser designadas bajo el concepto de nacionalismo radical. Desde esta concepción, la crisis actual del capitalismo es de tipo financiero o de la política neoliberal, por lo que el Estado puede jugar un rol más activo para revertir el ciclo recesivo de la economía y recomponer el rumbo. Entre las políticas planteadas, de corte neokeynesiano, se contempla el rescate de empresas, aunque más bien sea de empresarios, no de empleos ni deudores de las clases populares. No obstante, no se pone en tela de juicio la llamada globalización que, se dice, es un fenómeno que llegó para quedarse.

9No obstante, la actual crisis no es un tema de coyuntura (“un catarrito”, dijera un funcionario del gobierno mexicano), o una externalidad (“la crisis que viene de fuera”) o un problema localizado (en Estados Unidos) o sectorizado (“crisis financiera”). Desde nuestra perspectiva se trata no sólo de una crisis de valorización de capital sino también del deterioro de las bases económicas, sociales y ambientales que le dan sustento. Es decir, una crisis de la estrategia de reestructuración y expansión neoliberal que se presenta como crisis general del capitalismo mundial, la tercera en su género, después de las acaecidas en las décadas de los treinta y setenta del siglo pasado. Se presenta como una depresión económica mundial porque representa una fractura colosal de los procesos de financiamiento, inversión, producción, crecimiento y distribución, que además de propiciar una caída de la tasa de ganancia, trae consigo una crisis de realización y un complejo proceso de destrucción de capitales (concentración y centralización de capital). Además, exhibe una de las principales contradicciones del sistema: la sobreproducción. El neoliberalismo ha generado una enorme capacidad de producir mercancía, al expandir la órbita del mercado, la privatización, la explotación de trabajo barato y la devastación ambiental, pero lo ha hecho a costa de deprimir los salarios, desmantelar la economía de subsistencia, cancelar o menguar los apoyos a la economía social. El resultado ha sido un deterioro del consumo masivo, merced al abaratamiento laboral y a la proliferación del crédito masivo moroso, y una abundancia de mercaderías

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