Formación ciudadana en la primera infancia

Ciudadanía infantil: Un reto social

El tema de la participación Infantil y  ciudadanía infantil son nuevos en nuestro contexto, pues los niños y las niñas han sido reconocidos como personas del futuro más no del presente y en este sentido su lugar en la sociedad no había sido pensado, los niños no eran ciudadanos aún. La ciudadanía infantil es un tema polémico en nuestra época ya que se busca trascender sobre la representación que se tiene sobre la infancia como minoría de edad para dar lugar a una visión donde niños y niñas sean vistos desde su condición como sujetos de derechos. Sin embargo la ciudadanía Infantil es cuestionada constantemente por las capacidades y las competencias que los niños tienen para ser ciudadanos, es por esto que este tipo de propuestas tienen mucho que ver con los marcos legales, jurídicos, social y cultural puesto los cambios pocos o muchos que ha habido con respecto a la infancia hacen parte de nuevas posibilidades y creencias y retos para la Ciudadanía en general. En este sentido y gracias a la Convención de los Derechos de los niños y las niñas, se vio la necesidad de pensar en la primera infancia como sujetos de derechos para de esta manera, ver al niño y a la niña en su condición de ciudadano, es decir, como un miembro activo de la sociedad, lo anterior desligándose  de la idea que se tiene de que la finalidad o característica principal de la ciudadanía es el voto.

Este cambio de perspectiva demandó que la visión sobre el niño y niña se fuera personificando aún más y aunque no se desconoce la importancia del cuidado y de la protección, ahora se ve al niño más allá de su contexto familiar para de esta manera reconocerlo como un sujeto que hace parte de la sociedad. Mediante este reconocimiento se crea la necesidad de analizar la idea de otros derechos que específicamente corresponden a los menores de edad, tales como el derechos a estar informado, a la asociación, a tener una ideología propia, los anteriores y otros más son derechos que apuntan al desarrollo de la subjetividad del menor de edad donde la necesidad de protección pero también el reconocimiento de sus decisiones personales está ligado a su madurez.

Darle la oportunidad a los niños y las niñas de hacer parte de la toma de decisiones, de opinar, de elegir son pequeños pasos que van teniendo sentido cuando en realidad se cree en la idea de que los niños y las niñas hacen parte del ahora y que su posición frente a las situaciones es significativa. Teniendo en cuenta lo anterior se puede decir que la ciudadanía y en este sentido la participación en la primera infancia son un beneficio tanto para los niños y las niñas como para la cultura y la democracia, pues con el ejercicio de estos dos derechos se adquiere la capacidad de imaginar el mundo desde la perspectiva de los otros, de sentir un interés genuino por los demás, de reconocer y disfrutar las diferencias, de desarrollar el sentido de la responsabilidad individual de sus actos, de desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades para la expresión del mismo, pese al disenso con los demás (Castañeda & Estrada, S/A; 13).

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