Fracaso del canal francés por Panamá
Enviado por Valentin Rios • 24 de Febrero de 2020 • Documentos de Investigación • 9.087 Palabras (37 Páginas) • 1.103 Visitas
Fracaso del canal francés por Panamá sección 1
En este año 2016 el gobierno de Panamá inauguró la extraordinaria ampliación del canal de Panamá, poco más de 100 años de la puesta en marcha de una de las obras de ingeniería más impresionantes de la historia. Su construcción permitió recortar sobremanera los viajes entre ambos océanos permitiendo una nueva edad de oro para el comercio internacional. Pero lo que mucha gente no conoce es que el primer intento serio de construir el canal de Panamá vino de la mano del gobierno francés unas décadas antes de que los estadounidenses acometieran tamaña obra de ingeniería. El proyecto francés, de una magnitud también impresionante, fue un fracaso mayúsculo que costó la vida a más de 22.000 personas. Una historia olvidada que puso en jaque la credibilidad del orgulloso país de la tricolor.
Francia venía de construir de la mano de Ferdinand de Lesseps el canal de Suez que unía el Mediterráneo con el Mar Rojo y el Índico y que abrió Europa a los mercados asiáticos de un modo extraordinario, sin tener que bordear todo el enorme continente africano como habían hecho durante siglos. El prestigio adquirido por esa impresionante obra de ingeniería civil permitió al gobierno francés conseguir una importante suma inicial para iniciar el proyecto americano, nada más y nada menos que 400 millones de dólares de la época, una fortuna.
El istmo de Panamá parece que ya era utilizado por los nativos americanos como un punto de unión entre el Pacífico y el Atlántico antes de la llegada de los españoles y fueron éstos en los primeros años de conquista quienes transformaron en Camino real esta misma ruta. Por ella desplazaban todo el oro y acarreaban los buques para facilitar la circulación de las mercancías hacia España. Pese algún intento de españoles e incluso escoceses, la tecnología de la época dificultaba la construcción de un canal que conectará ambas costas, la solución más revolucionaria fue la construcción de una línea de ferrocarril por el istmo que se acometió con éxito entre 1850 y 1855. Está obra de vital importancia sería muy importante para fijar a Panamá como la principal opción para construir el futuro Canal de Panamá.
Tras el éxito de la construcción del Canal de Suez en 1869 los franceses acometieron con entusiasmo este nuevo proyecto que había de revolucionar de nuevo el transporte mercantil mundial y encomendaron tamaña tarea al nuevo héroe nacional Ferdinand de Lesseps. Durante las décadas anteriores diversos estudios habían confirmado dos rutas principales para emplazar el canal: a través de Panamá (por aquel entonces parte de Colombia) o por Nicaragua. Para dilucidar las dudas y poner en marcha el proyecto final, los franceses organizaron en 1876 un comité internacional para desarrollar profundas investigaciones en la zona a través de una compañía limitada, la Société Civile Internationale du Canal Interocéanique de Darien, presidida por el mismo Ferdinand de Lesseps.
El teniente de la Armada francesa, Lucien N.B. Wyse, nieto de Lucien Bonaparte, fue el encargado de explorar la zona. Tras una primera exploración Wyse arribó a París con diversos planos y proyectos que acabaron en la basura ante la negativa rotunda de Lesseps porque incluían la construcción de costosos túneles y esclusas (hay que recordar que Lesseps era diplomático y no ingeniero). Wyse inició una segunda exploración en la zona determinando dos nuevas opciones para la construcción del canal: la ruta de San Blas y la ruta desde Bahía Limón a la ciudad de Panamá, que es la actual ruta del Canal y la que finalmente se escogió para el proyecto. Pero en este caso por esta ruta, que correría casi paralela al Ferrocarril de Panamá y requeriría de un túnel de 7,720 metros de largo, se había optado por construir un canal a nivel del mar, sin esclusas. Una vez escogido el plan definitivo Wyse negoció en nombre de la sociedad un tratado, la Concesión Wyse, que otorgaba a la Société Civile derecho exclusivo para construir un canal interoceánico por Panamá.
Para articular y definir técnicamente el proyecto la sociedad impulsará organizó en 1879 el Congrès International d’Etudes du Canal Interocéanique (Congreso Internacional para Estudios de un Canal Interoceánico), aunque en realidad la finalidad última de este congreso era fortalecer y dar legitimidad al proyecto de cara a los inversores. Pese a todo, dentro del congreso surgieron voces críticas con el proyecto de Wyse y Lesseps entre las que destaca principalmente la del Barón Godin de Lépinay (Nicholas-Joseph-Adolphe Godin de Lépinay, Barón de Brusly), el ingeniero jefe del Departamento de Puentes y Carreteras de Francia, que apostaba enérgicamente por un sistema de esclusas como el que finalmente llevarían a cabo los norteamericanos. Si los franceses hubiesen seguido su plan posiblemente hubiesen sido podido acometer el proyecto del canal con éxito.
La falta de conocimientos técnicos, Lesseps la suplía con un dominio total de las artes de la persuasión, logró convencer de su plan al Comité Técnico del congreso e inició una extraordinaria labor de financiación que se cerró con casi 400 millones de dólares recolectados gracias al entusiasmo de especuladores y ciudadanos de a pie.
El proyecto, apresurado y técnicamente mal planificado, se inició en 1881 con la empresa Couvreux y Herselt, la misma que había realizado las obras del canal de Suez, a la cabeza de esta primera fase. La construcción del canal de Suez fue un proyecto que contó con muchas dificultades pero que discurría por un desierto plano y arenoso, en cambio en el caso de Panamá se requería una excavación prodigiosa, y pasar a través de diversas áreas donde el suelo era de roca en lugar de la arena fácil de Suez.
Para desarrollar el proyecto se reclutó una enorme fuerza trabajadora que en su momento álgido en 1888 llegó a reunir a 20.000 trabajadores, principalmente provenientes de Jamaica. Según los últimos estudios se calcula que durante los años de construcción de este primer canal perecieron cerca de 22.000 trabajadores, desde ingenieros y directivos a miles de trabajadores. Las enfermedades tropicales, de las que entonces no se conocía su origen, fueron la principal causa de muerte: principalmente por malaria y fiebre amarilla, aunque también de pulmonía, tuberculosis y otros males por mala alimentación y condiciones sanitarias.
La dureza de las obras unida a la peligrosidad del terreno y las constantes lluvias fomentaban el desarrollo de aguas estancadas donde se reproducían los mosquitos que transmitían las enfermedades.
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