Función social e histórica de la escuela

¿Para qué sirve la escuela?

La escuela principalmente sirve para tener una buena educación donde los docentes enseñan los valores como parte fundamental de la vida, motivándolo a desarrollar ideas innovadoras, haciéndole ver al niño que del error se obtiene un aprendizaje, el cual será muy enriquecedor para el futuro y el transcurso de nuestra vida cotidiana, creando en él la idea de que los errores no son malos.

Así mismo, hay ciertos conocimientos que en casa no se obtienen y los docentes tienen que complementar esta parte, puesto que debemos recordar que la educación debe ser de forma triangular; es así como en la escuela donde el niño puede socializar y se le enseña a convivir, es aquí donde aprenderá a vivir en la realidad del mundo actual, observando todo lo que lo rodea y es donde irá construyendo su identidad, logrando una nueva perspectiva del mundo.

¿Cuál es la función social e histórica que ha cumplido?

Históricamente la función de la escuela ha cumplido con su deber, desde tiempos muy antiguos y por ello ha sido como un segundo hogar. Como bien sabemos en la época prehispánica, como lo sigue siendo hoy en día, la educación comienza desde el hogar posteriormente se asiste a la escuela, por lo cual tiene un rol formativo, en donde en cada institución se prepara a las personas para ser adultos “libres” y capaces para el día de mañana. Pero en la escuela hay etapas, una de las más importantes es la educación inicial (0-6 años de edad), que desde el año 1883 se dan las primeras escuelas de párvulos con el propósito de despertar, animar y fortalecer las facultades del hombre, esto comenzó con el profesor Froebel y  en México con Laubscher. Posteriormente desde el año 1921 a 1941, el jardín de niño toma más formalidad e importancia para el gobierno debido a que consideraban que algunos padres no tenían el tiempo para preparar y atender a sus hijos, de esta manera los jardines de niños era y son una extensión del hogar. En la actualidad con respecto a las leyes federales, estar en los jardines de niños es un derecho y una obligación, por lo cual forma parte de la educación de todo ciudadano.

A lo largo de estos dos semestres (1° y 2° semestre), nos hemos percatado de la gran función social que tiene los jardines de niños y todas las demás etapas escolares, para generalizar digamos la escuela. Primeramente la escuela, desde un punto externo es vista como una “guardería”, en donde en el siglo XXI Papá y Mamá tienen que salir a trabajar, otros piensan que la escuela es para educar y dejan la responsabilidad completa a la escuela, pero realmente ¿cuál es su función social?, la escuela forma a personas que tiene la capacidad de hablar y de pensar. La escuela está inmersa al contextos social, ambas unidas una a la otra y no pueden ser separadas, en donde cada niño, maestro, y padre de familia cumple una función social dentro de ella, en donde existe una socialización dentro de la escuela, desde el conserje, la directora, el maestro, alumno, padre de familia, hasta el que vende los desayunos fuera de la escuela, por lo cual hay  una adaptación social a la vida escolar y por ende se vuelve una costumbre. La transmisión de los valores y cultura no pueden faltar. Cada escuela es una huella digital encargada de compartir sus conocimientos, rutinas escolares, ambientes de aprendizajes, el horario de salida, de entrada, el recreo, el material didáctico, entre otros aspectos. Sobre todo la cultura que rodea a dicha escuela es muy importante porque de ello influye como dice Vygotsky el pensar y el hablar de cada individuo. Por lo tanto también en la escuela los niños aprenden a construir su identidad, la función de esta es despertar los talentos  y cualidades personales de los educandos. Otros de los aspectos más importantes es recordar quienes somos como individuos, como pueblo mexicano y por ende como humanidad, recordar y hacer memoria que los hechos pasados son importantes y que son un paradigma para nosotros porque aportan un modelo de vida. De esta forma la función de la escuela es formar, hacer recordar, transmitir valores y cultura, conocimientos, hábitos, reglas, formar a ciudadanos que sirvan de bien para la sociedad, que sean personas autónomas, responsables y sobre todo personas que amen lo que hacen por vocación a su oficio o a una profesión.

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