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Fundamentos del enfoque centrado de la persona.


Enviado por   •  26 de Mayo de 2016  •  Reseña  •  6.271 Palabras (26 Páginas)  •  488 Visitas

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Copyright 1979, Carl R. Rogers[1]

Los fundamentos del Enfoque Centrado en la Persona

(Para escribir este texto me he apoyado bastante en dos artículos míos previos, separados por cierto número de años; Rogers (1963, 1978)).

Por Carl R. Rogers, Ph.D.

Compañeros residentes, Centro de Estudios de la Persona, La Jolla, California

Quiero hacer hincapié en dos tendencias que han adquirido más y más importancia en mi pensamiento a medida que van pasando los años. Una de ellas es una tendencia actualizante, una característica de la vida orgánica. La otra es una tendencia formativa en el universo como un todo. Si tomamos a ambas tendencias ellas son, yo creo, los cimientos del enfoque centrado en la persona.

Sus características

Pero, ¿qué quiero decir con un enfoque centrado en la persona? Para mí esto expresa el tema principal de mi vida profesional entera, siendo que he podido clarificar este tema a partir de la experiencia, interacción con otros, e investigación. Sonrío al pensar en las variadas etiquetas que le he dado a este tema a lo largo de mi carrera – acompañamiento no directivo- terapia centrada en el cliente, enseñanza centrada en el estudiante, liderazgo centrado en el grupo. Como los campos de aplicación han crecido en numero y variedad, la etiqueta “Enfoque Centrado en la Persona” me parece la más descriptiva.

La hipótesis central de este enfoque pude ser brevemente señalada (Ver Rogers, 1959, para una versión completa). Es que el individuo tiene dentro de sí vastos recursos para el autoentendimiento, para cambiar las actitudes básicas del auto concepto, y la autodirección de su comportamiento –y que estos recursos se pueden encontrar si tan solo se puede proveer un clima de actitudes psicológicas facilitadoras.

Hay tres condiciones que constituyen este crecimiento – promover el clima, ya sea si hablamos de la relación entre terapeuta y cliente, padre e hijo, líder y grupo, maestro y estudiante, o administrador y personal. Las condiciones se aplican, de hecho, en cualquier situación donde el desarrollo de la persona sea una meta. Yo he descrito estas condiciones en textos anteriores; presento aquí un breve resumen de mi punto de vista de la psicoterapia, pero la descripción aplica a todas las relaciones conocidas.  

El primer componente es tener autenticidad, realismo, o congruencia. Cuanto más el terapeuta es él o ella misma en la relación, poniendo un frente no profesional o una  fachada personal, mayor es la probabilidad de que el cliente cambie y crezca en una manera constructiva. Significa que el terapeuta está viviendo abiertamente los sentimientos y actitudes que se le presentan dentro en ese momento. El término transparente atrapa el sabor de esta condición – el terapeuta se hace transparente ante el cliente; el cliente puede ver a través de lo que el terapeuta es en la relación; el cliente no experimenta algo escondido por parte del terapeuta. En cuanto al terapeuta, lo que él o ella experimenta es accesible a su conciencia, puede ser vivenciado en la relación, y puede ser comunicado si se considera apropiado. De esta manera, hay una identificación o congruencia, entre lo que es experimentado en la entrañas, lo que esta presente en la conciencia y lo que es expresado al cliente.

La segunda actitud importante para crear un clima para el cambio es la aceptación, o comprensión o valoración – mirada positiva incondicional. Significa que cuando el terapeuta experimenta una actitud positiva, de aceptación hacia lo que sea que el cliente es en ese momento, el movimiento terapéutico o cambio es más posible. Envuelve la voluntad del terapeuta para que el cliente viva cualquier sentimiento inmediato que suceda – confusión, resentimiento, temor, enojo, valor, amor u orgullo. Es una comprensión no posesiva. El terapeuta aprecia al cliente en forma total, en vez de en una manera condicional.  

El tercer aspecto facilitador de la relación es la comprensión empática. Esto significa que el terapeuta siente con precisión los sentimientos y significados personales que están siendo experimentados por el cliente y comunica este entendimiento al cliente. En su mejor momento, el terapeuta está tan adentro del mundo privado del otro que él o ella puede aclarar no solo los significados de aquello de lo que el cliente es consciente sino también de aquello que está apenas por debajo del nivel conciente. Esta clase de escucha sensible y activa es extremadamente rara en nuestras vidas. Creemos que escuchamos, pero rara vez escuchamos con comprensión real, empatía verdadera. Sin embargo la escucha de esta forma especial, es una de las más potentes fuerzas para el cambio que conozco.

¿Cómo es que el clima que acabo de describir conduce al cambio? Brevemente, a medida que la persona es aceptada y apreciada, él o ella tiende a desarrollar una actitud más comprensiva hacia sí mismo o sí misma. A medida que la persona es escuchada empáticamente, se vuelve posible para él o ella escuchar con más precisión al flujo de experiencias interiores. Pero a medida que la persona entiende y se valora a sí misma, hay un desarrollo de su “yo” mas congruente con las experiencias. El o ella se vuelve entonces más real, más genuino. Estas tendencias, recíprocas a las actitudes del terapeuta, significan que la persona tiene un efecto de crecimiento potenciador de sí mismo más efectivo. Hay una mayor libertad para ser la persona entera que él o ella es internamente. (Rogers, 1962)

La evidencia

Hay un corpus de evidencia incrementándose constantemente que demuestra ampliamente el punto de vista de que cuando estas condiciones facilitadoras están presentes, de hecho se producen cambios en la personalidad y el comportamiento. Tal investigación ha sido llevada a cabo desde 1949 hasta la fecha. Se han hecho estudios de psicoterapias a personas con problemas; con esquizofrénicos; con la facilitación del aprendizaje en las escuelas; con otras relaciones interpersonales. Alguna investigación reciente, excelente y poco conocida, ha sido hecha por Aspy, Roebuck y otros en educación (1972, 1976) y por Tausch y sus colegas en Alemania en muchos campos diferentes (resumen, 1978).

Un proceso con dirección

La practica, teoría e investigación aclaran que todo el Enfoque Centrado en la Persona descansa en una confianza básica en el organismo.  Hay evidencia de muchas disciplinas que sustentan y hasta enuncian esta declaración. Podemos decir que hay en cada organismo, a cualquier nivel, un flujo subyacente de movimiento hacia la realización constructiva de sus posibilidades inherentes. En el hombre, también, hay una tendencia natural hacia un más complejo y completo desarrollo. El termino usado más frecuentemente para esto es la tendencia actualizante, y está presente en todos los organismos vivos.

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