Genocidio De Ruanda

El Genocidio es por mucho la muestra más infame de la no tolerancia, hacia lo diferente, la palabra misma nos trae recuerdos grotescos. Cuando la escuchamos inmediatamente vienen a nuestra mente imágenes de atrocidades cometidas por personas inhumanas, imágenes que superan la ficción del cine y nos llevan más allá de nuestra comprensión; la conmoción, el temor y el horror causado por tales imágenes dependerá de cuanto hayamos sido expuestos a una realidad como esta. Con mucha frecuencia solemos pensar que esta clase de circunstancias son raras en la historia de la humanidad, momentos en los que sale una mancha oscura, manejada por personas sin alma con propósitos perversos o simplemente motivos racistas.

Pero eso no llega hacer ni la mitad de la verdad. De hecho, el genocidio suele sucede más constantemente de lo que creemos, cada vez más sanguinario y despiadado, como el sucedido en Ruanda, genocidio que sufrió la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu de Ruanda en Abril de año 1994, desencadenado por el asesinato del general y en ese entonces presidente de Ruanda Juvénal Habyarimana junto con el avance del Frente Patriótico Ruandés.

En esta masacre se cree que fallecieron alrededor de ocho cientos mil a un millón doscientas mil personas en tan solo 100 días y casi todas las mujeres que sobrevivieron al genocidio fueron violadas, naciendo con esto cerca de cinco mil, niños frutos de esas violaciones. También quedaron huérfanos más de trecientos mil niños.

Cabe hacer la aclaración de que éste no fue exactamente un genocidio de hutus en contra de tutsis, sino que una parte radical y mayoritaria de hutus fue la responsable de preparar el exterminio masivo tanto de tutsis como también de hutus moderados que se oponían al régimen de Habyarimana y que también eran considerados simpatizantes del Frente Patriótico Ruandés (FPR). Por lo tanto, el genocidio no fue sólo de carácter racial sino también político. No hay que olvidar que también hubo entre las miles de víctimas ciudadanos hutus muertos a manos del FPR.

En curioso mencionar que mientras ocurría el genocidio en esta parte central de África, el mundo entero parecía ajeno a la masacre y no intervino para hacer un alto total al trágico conflicto. Fue el caso de los países de Francia, Bélgica y Alemania, todos con importantes intereses en la zona desde el siglo XIX, En palabras del general Roméo Dallaire describe la actitud de estos tres países antes, durante y después del conflicto, "Los franceses se mueven en la zona por la llamada francophonie, por el orgullo de controlar. E invariablemente ayudan a los hutus. Enseguida comprobé asombrado que tanto franceses como belgas y alemanes tenían allí consejeros a docenas. Ellos sí sabían lo que pasaba, pero ninguno proporcionaba a la ONU, es decir, a mí, su representante, la información que poseían. Y al mismo tiempo, esos países que estaban en

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