Genocidio en Ruanda

RUANDA

Los conflictos entre Hutus y Tutsis se remontan al período colonial, época en la que el dominador belga había puesto el país al mando de los Tutsis,  pero una vez independizado el país en 1962, los Hutus toman el poder al ser mayoría, y los Tutsis fueron perseguidos, casados y masacrados; huyeron a los países vecinos y crearon el FPR (Frente Patriótico Ruandés), movimiento respaldado por los Anglosajones, por lo que Francia se situó del lado de los Hutus. Durante el mandato del presidente francés, este le brinda apoyo al dictador hutu, lo que el documental explica como un apoyo interesado en las riquezas del zaire, lugar que estaba libre de colonizadores desde que los belgas se habían retirado, por lo que se garantizarían esos territorios para ellos mismos, logrando una victoria geopolítica.

El genocidio y el Imperialismo están relacionados porque Ruanda fue dominado por los franceses en consecuencia de este proceso llamado imperialismo (dominado primero por Bélgica, quien a su vez fue colonia francesa hasta su independencia). A partir de 1990 la cooperación de Francia con Ruanda se intensificó; se enviaron soldados, municiones, y se creó un programa intensivo militar para entrenar a los soldados ruandeses. Entre 1990 y 1993 se intentó salvar el régimen del entonces presidente/dictador de Ruanda, ante las ofensivas del FPR, pero durante este periodo el poder establecido organizo masacres contra civiles Tutsis, en las cuales se veían las complicidades del ejército, las autoridades locales, y las nacionales. En 1991 el jefe de la misión militar de cooperación en Ruanda advirtió a las autoridades francesas de un inminente genocidio, ya que el jefe del ejército ruandés le había pedido metralletas y municiones, porque tenían la intención de participar en la lucha contra los Tutsis, pero Francia hizo caso omiso ya que respaldaba a los Hutus, dejándoles claro que podían hacer lo que quisieran porque ellos mirarían para otro lado. Luego de la renuncia del jefe de la misión militar (ya que no escuchaban sus advertencias), el  estado mayor confirmó la entrega de armas en Ruanda. En 1993, cuando el régimen del dictador ruandés se debilito, Francia organizo acuerdos de paz entre ambos bandos, oficialmente los acuerdos evitaban una guerra civil entre Hutus y Tutsis, pero fueron percibidos como una traición por los Hutus extremistas, quienes los hicieron pedazos, y el 6 de abril de 1994, el dictador ruandés muere en un atentado contra su avión, el gobierno francés designa un gobierno interino, sin darse cuenta (o no queriendo darse cuenta) que aquellos que tomaron el poder son los extremistas, decididos de llevar a cabo la masacre, quienes le dan la orden al pueblo de matar a cualquier Tutsi que se cruzara por el camino. Uno de los líderes rebeldes Tutsis, quien luchaba contra el régimen genocida, intentó en repetidas veces persuadir al Gobierno británico de que actuara ente la ONU, pero llegó a la conclusión de que los funcionarios británicos veían a las víctimas Tutsis como poco más que basura. Tras dos meses de masacre (por día fueron asesinadas 10.000 personas aproximadamente), Francia obtiene un mandato de intervención en la ONU para realizar una misión que mantenga la paz, llamada Operación Turquesa, presentada como una misión humanitaria, pero en ella enviaron a las tropas de elite equipadas con las mejores armas, listas para el combate de resistencia pero no para los labores de ayuda humanitaria; los soldados franceses fueron llevados para luchar, pero el gobierno francés lo niega. Las fuerzas armadas ruandesas llevan a cabo el genocidio con ayuda de milicianos y soldados, y el ejército francés hace caso omiso. Tras darse cuenta de lo que estaba sucediendo realmente, las fuerza franceses se dedican solamente a la ayuda humanitaria para poner a salvo a las víctimas, pero expresaron que no podían arrestar a los miembros del gobierno interino ya que era “ilegal”, algo irónico ya que todos los estados miembros de la ONU están unidos en torno a las convenciones de 1948 sobre el genocidio, lo que obliga a todos a prevenir y reprimir el crimen del genocidio en todos los estados, pero en vez de eso, el gobierno francés provoca y organiza la huida de los genocida hacia el Zaire. Finalmente, después de algunos años, el Tribunal Penal Internacional de Ruanda condenó a diecisiete de los veintiún ministros del gobierno interino, en Francia se abrieron procesos judiciales contra varios responsables ruandeses acusados de crímenes de genocidio, pero también viven allí quienes  nunca pagaron por sus crímenes. Por otra parte, una vez acabado el genocidio en Ruanda, siguió habiendo problemas entre las etnias y se decían palabras ofensivas. Lograr que eso terminara costó mucho tiempo de lucha, aunque la gente sigue traumatizada.

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