Geografia De Una Desgracia
Enviado por cami.hs • 1 de Septiembre de 2013 • 2.892 Palabras (12 Páginas) • 329 Visitas
Geografía de una Desgracia
Introducción: Vemos un baño pequeño. La ducha cubierta con una cortina verde fosforescente circular; el lavatorio, el inodoro, el espejito botiquín y algunos elementos varios relacionados decoran el lugar. Entra al baño Santiago cubierto solo por una toalla atada a la cintura. Cierra la puerta, se quita la toalla, abre la ducha y espera a que esta se caliente. Hay una pequeña radio a pila que enciende para distraerse durante el baño; transmite música clásica que Santiago hace sonar a tope mientras empieza a afeitarse y el vapor crece. El canta sobre la orquesta inventando letras que encajen con la melodía. Se divierte con este juego.
En un momento la transmisión se corta y se escucha el sonido de una fuerte explosión. Santiago confundido y extrañado automáticamente apaga la ducha y trata de escuchar, pero la radio vuelve a funcionar y las cosas parecen normales. Retoma el juego de las palabras y la música al afeitarse. Al rato nuevamente la radio se apaga, otro tremendo estruendo, ya preocupado cierra la ducha para ocuparse en entender que es lo que está pasando… pero nada. Así queda unos instantes esperando una señal, algo que desde el exterior argumente las explosiones. De golpe el baño comienza a sacudirse logrando que las paredes amenacen con caerse. Santiago con mucha dificultad vuelve a atarse la toalla a la cintura mientras va atrapando los elementos que vuelan por el aire, tal cual un bravo terremoto. En un momento parece calmarse, la estructura deja de moverse y no se escucha nada aparentemente peligroso. Santiago hace una pausa; lo vemos con ese gesto que esculpe el notorio presentimiento de la desgracia y sale del baño.
Cuando Santiago abre la puerta y sale definitivamente del baño, este desaparece mientras se enciende un espacio arrasado. La imagen de una ciudad en ruinas, destrozada; pedazos de estructura desparramados por todas partes; cuerpos humanos, de animales. La devastación total. Humo. Gas. El aire es tóxico.
Santiago camina unos instantes sobre este verdadero desastre, ansioso, angustiado. Levanta algo del suelo, es una muñeca sin cabeza; la abraza como si fuera una persona, le besa el cuerpo y llora silenciosamente. Camina entre el desastre, cada tanto cae como en un vía crucis. Se sienta sobre la goma de un tractor, con la muñeca entre los brazos, se miran, se compadecen.
Santiago: (mientras la observa con cariño como si fuera realmente una persona a la que estima) hubiera sido imposible vivir con la incertidumbre de la muerte. Hicimos bien, nos quedamos tranquilos viviendo día por día… que tipos raros los aztecas… me quede pensando, ¿viste como son los cosas? (piensa) yo entré a bañarme como todas las mañanas; duchita, radio, afeitada, mate calentito con tostadas de pan negro y dulce de leche, beso a los pibes, a la patrona y a laburar que hay que pagar el techo, el vino y el asado.
Santiago que tiene a la muñeca en la mano la hace girar para que esta le de la espalda
Santiago: (a la muñeca) ¿qué te pasa?
La muñeca gira de nuevo, mirando sin la cabeza fijamente a Santiago
Santiago: (mas incisivo) ¿qué te pasa?
La muñeca vuelve a girar dándole nuevamente la espalda
Santiago: ¿pero que te pasa que giras tanto?, sos vueltera hé! (festeja su ocurrencia. Luego retoma con la tristeza)
En este momento se da cuenta que hay un mechón de pelo saliendo de un cúmulo de rocas. Comienza a sacar escombros apurado. Al rato da con la cara de una niña, sucia y lastimada. Intenta socorrerla pero cuando toma su cabeza para ayudarla a salir, la cabeza, literalmente separada del cuerpo, rueda por el suelo hasta alejarse. Santiago espantado la recoge del piso y la observa desconcertado, aterrorizado. En un impulso delirante intenta colocarle a la muñeca la cabeza recién encontrada, es brutal y asqueroso; el fracaso es inmediato y rápidamente suelta las dos cosas y comienza a correr gritando. Mas tarde, mas tranquilo, se sienta sobre una heladera vieja y oxidada tomándose la cabeza con las manos en una clásica expresión de tormento.
Cae la noche cuando Santiago intenta atrapar una lagartija para cenar; la tarea es sobresaltada, entre tropiezos, caídas, golpes y gritos Santiago puede capturarla y llevársela a la boca desesperado.
La noche cae; Santiago intenta dormir pero los aullidos de la oscuridad, como una orquesta de demonios, no dejan que el descanso sea posible. Se acurruca tapándose con la toalla su cuerpo desnudo. Tirita y sufre. Llorisquea. Intenta retomar el juego de las palabras ya sin música pero fracasa una vez mas.
Al rato el rayo de luz de una linterna lo sobresalta y se pone de pie rápidamente. No logra ver de quien se trata por la oscuridad y por la luz de la linterna que cada tanto lo encandila.
Santiago: hola, me llamo Santiago, Santiago Francisco Ramírez; mire, yo tenía una casa en esa otra cuadra, a la esquina del correo, pero no se que pasó, adonde fue a parar todo el mundo, que es lo que sucede… ¿podría decirme algo?, ¿usted quien es?... ¿sabe algo de lo que paso?...
No recibe respuesta. La linterna se apaga y la oscuridad vuelve a inundar todo
Santiago: ¡hola!, por favor, amigo, amiga, por favor (dando brazadas en la oscuridad) no se vaya por favor… (llorisquea nuevamente y así se pierde con la noche)
Lentamente empieza a clarear el día. Santiago tirado sobre una roca, desnudo y sucio, cubierto apenas con la toalla. Se despierta en un sobresalto, su aspecto es patético. Intenta arrastrarse por las ruinas buscando algo que llevarse a la boca. Esta vez la víctima es una cucaracha y luego un dedo gordo con la uña pintada.
Mastica sumido en una dolorosa soledad.
Escucha unos ruidos cercanos como de alguien rasguñado una pared. Santiago recorre todo cuanto puede hasta poder identificar de donde proviene el sonido. Se da cuenta que dentro de la misma heladera en la que está sentado, alguien trata de avisar que respira. Comienza a levantar el armatoste; lo abre desesperado, ilusionado de encontrar alguna respuesta; dentro encuentra a un hombre que a primeras se lo ve muy lastimado; intenta retirarlo del aparato para incorporarlo sobre su pecho. es un cura con su hábitos tradicionales.
Santiago: ¿cómo se encuentra?, ¿esta bien?... ¿sabe usted que pasó?... ¿me escucha?
Padre: (haciendo esfuerzos para hablar. En el tercer balbuceo vomita una gran cantidad de sangre) haaa… he… gracias… hee… ¿qué hora es?
Santiago: no lo se padre, ¿para que quiere saber la hora?
Padre: soy el padre Benítez, párroco de nuestra santísima, purísima y sacrosanta
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