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Globalizacion De Alfredo Guerra


Enviado por   •  26 de Mayo de 2015  •  6.355 Palabras (26 Páginas)  •  211 Visitas

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Globalización

Alfredo Guerra-Borges

El presente artículo describe el actual debate epistemológico sobre la globalización como atravesado por intereses sociales e ideológicos. Hay distintos paradigmas alrededor de los cuales se materializa la disputa. Se señala el eje con que se enfoca la cuestión y la categoría analítica en que se la encuadra. A modo de conclusión, una breve reflexión sobre lo que debe ser el buen uso de los paradigmas para beneficiarse de sus ventajas y reducir sus desventajas.

Pese a que la literatura sobre globalización, principalmente la económica, aumenta día tras día, no se cuenta todavía con una teoría general de este fenómeno. Se dispone de numerosas definiciones de globalización que van desde su reducción a una sola de las formas en que se manifiesta hasta las más «descriptivas» que comprenden sus expresiones más importantes, aproximándose de esta manera a la esencia del proceso. Pero es precisamen- te en relación con esto último, con la cuestión epistemológica de qué es la globalización, en donde la confrontación es hasta ahora irreductible. De allí deriva la dispersión de criterios sobre los que es su causalidad (¿el cambio tecnológico como factor monocausal o la combinación de varios factores inte- ractuando entre sí?); su trayectoria (¿un proceso histórico lineal hacia la eco- nomía mundial plenamente integrada o un proceso esencialmente contingen- te de desenlace impronosticable?); su periodización (¿fenómeno actual o de

Ordenar el debate y asignarle un imperativo ético

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siglos atrás, y en este caso desde cuándo); por último, el impacto de la globali- zación sobre el orden social y político, incluida la cuestión de la superviven- cia o el fin del Estado.

El punto de partida

Mediante los paradigmas condensamos en un conjunto de categorías e ideas básicas nuestra visión del mundo material y espiritual, que podemos emplear explícitamente para delimitar nuestro espacio de reflexión, como tenerlas a modo de trasfondo del discurso analítico a medida que nos adentramos en el conocimiento del objeto de estudio, deslindando lo que tiene relevancia de lo que no la tiene. El paradigma nos permite además disponer de un lenguaje compartido, que utilizamos como herramienta analítica o de comunicación. Junto a lo anterior, las desventajas de los paradigmas es que tienden a ignorar la investigación realizada desde otras posiciones paradigmáticas o a conside- rarla errónea y menospreciarla, lo cual si se lleva al extremo imposibilita la comunicación y clausura la posibilidad de retroalimentarse mediante un intercambio de resultados. (Sobre estas cuestiones y, en general, sobre la «glo- balización ideológica», cf. Martínez González-Tablas.) En vista de lo anterior, que es una argumentación atendible, nos parece la mejor opción el concepto kuhniano de paradigma científico. Según Thomas S. Khun, la evolución de la investigación científica sienta las bases teóricas y filosóficas del paradigma, las cuales por todo un tiempo son compartidas como matriz disciplinar común. En el proceso de las investigaciones con dicha matriz pueden evi- denciarse anomalías de diverso tipo, por lo que las teorías que condensa el paradigma sufren modificaciones mediante la adopción de hipótesis ad hoc, o bien en su relación con otras teorías. Cuando esas anomalías son muy impor- tantes, cuantitativa o cualitativamente, se abre un proceso de sustitución del paradigma para dar paso a uno nuevo, que tenga mayor capacidad expli- cativa, es decir, mayor capacidad para resolver los problemas concretos que constituyen el campo de estudio. Para algunos autores el paradigma antiguo no es sustituido por otro hasta que ya se cuenta con uno alternativo o al menos ya está elaborado en sus principales elementos.

Cualquiera que sea el caso, el concepto general de paradigma kuhniano es lo que para nuestro propósito interesa, con el agregado de que en nuestro pare- cer la aludida sustitución de los paradigmas puede no implicar el reemplazo total de uno por otro distinto, como ocurrió con el paradigma cosmológico del geocentrismo por el copernicano heliocéntrico, sino que en un número mayor de casos el paradigma sustituido no es otro que el anterior modificado

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sustancialmente por los nuevos aportes de la ciencia y de la praxis. En cien- cias sociales esto probablemente es más común que en otras ciencias.

Aceptado lo anterior, y adscritos los investigadores a una doctrina, cuerpo coherente de ideas o concepción del mundo, en suma, un paradigma, cree- mos que en la investigación académica, y con mayor razón en la práctica social, en vez de recluirnos con exclusividad en un paradigma debemos abrirnos a la comprensión de los demás, percibiendo en su distinta percep- ción de la realidad lo nuevo, lo paralelo, lo convergente, lo incorporable a nuestra propia percepción, cuya coherencia interna debe ser cuidadosamente preservada para no caer en el extremo del eclecticismo, que es una forma invertebrada de pensamiento.

Con tales premisas podemos decir ahora que el paradigma con que pensamos la globalización articula elementos como los siguientes: la globalización contemporánea existe y, por tanto, no es algo que solo en el pasado tuvo su esplendor; no implica necesariamente universalidad; es un fenómeno multi- dimensional y no un proceso exclusivamente económico; es un proceso propio del capitalismo y no anterior a éste; los Estados no son víctimas pasi- vas de la globalización sino agentes primordiales de ésta; la globalización no es un proceso inmutable sino susceptible a la acción correctora de la socie- dad. Conviene aclarar que si bien los Estados desempeñan un papel crucial en la creación de las condiciones para la globalización, ellos mismos sufren mutaciones en su institucionalidad y sus funciones. Por otra parte, al auto- limitarse mediante la creación de instituciones a las que dotan de la compe- tencia para emitir normas internacionales, restringen su autonomía nacional para tomar decisiones en materias antes reservadas a la soberanía. El para- digma que hemos esbozado somera e imperfectamente implica la elección de una categoría analítica, que en nuestro caso es el sistema. Concebir la globa- lización en forma sistémica es tomarla como totalidad que integra otros sistemas (ambiente, economía, política, cultura) que interactúan entre sí con intensidad variable en el tiempo y en el espacio. Esto introduce la noción de indeterminación de los resultados, que si bien admite el reconocimiento de tendencias de curso claramente predecible, excluye la predecibilidad teleológi- ca de la globalización

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