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Globalización


Enviado por   •  26 de Mayo de 2013  •  2.904 Palabras (12 Páginas)  •  244 Visitas

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Globalización, Petróleo y Política en la Venezuela que entra al siglo XXI

Carlos A. Romero

1. Consideraciones Generales.

En el marco de los cambios globales, la relación entre la política y el petróleo en Venezuela presenta cambios interesantes. La participación fundamental del Estado en la vida social y económica, tanto por la historia colonial hispánica cuyas instituciones privilegiaron el centralismo, como por el carácter rentista de la economía y la insuficiente autonomía de la sociedad civil, se ha conformado un tipo de vinculación entre el entorno externo y el entorno interno del país que hoy, a menos de siete años del nuevo siglo, presenta unos rasgos diferentes.

De esta forma, al analizar y proyectar las maneras por medio de las cuales Venezuela pueda adaptarse a esas nuevas condiciones, no se está realizando un mero ejercicio de conocimiento estéril o una multiplicación de un saber convencional que asuma conceptos y discursos de moda. Por el contrario, este ejercicio presupone una fuerte discusión y confrontación sobre la mejor forma de comprender las posibilidades y limitaciones que presenta esa relación entre los cambios globales, ese producto principal de exportación y el régimen democrático en Venezuela.

Un paso inicial para abordar esta problemática nos lleva a precisar al menos cuatro premisas teóricas indispensables en el desarrollo de este ejercicio, premisas que nos orientarán en la conformación de varias de las áreas de discusión que queremos presentar. En primer término, abordamos como algo necesario la tesis que estamos en un mundo en transición en el cual los criterios tradicionales para el estudio de la política limitan la comprensión de nuevas realidades y procesos. Llamamos criterios tradicionales aquellos derivados de la Edad Moderna, específicamente de la Ilustración, que se basan en la idea de el Estado como forma política fundamental, de la soberanía como la condición jurídica principal en las relaciones entre los Estados y sus ciudadanos, y de la racionalidad instrumental como el instrumento básico para regular las relaciones entre gobernantes y gobernados. De esta manera, se entiende que la política presenta dos fases diferenciadas. Aquella que establece un tipo de vinculación especial con el mundo exterior y que se concibe como las relaciones internacionales, y la otra, relacionada con la política interna, con lo doméstico.

Una segunda premisa descansa en la idea que ese mundo en transición se puede conocer solo a través de una visión amplia del fenómeno político que supere tanto la dicotomía entre lo externo y lo interno como la idea de un mundo solo de Estados y de instituciones amparadas por la ley. En este marco, resalta la teoría de la complejidad. En efecto, frente a una realidad fragmentada, confusa y llena de incertidumbre, surge la pregunta de cómo evaluarla. Como dice Rosenau, " Si las épocas anteriores se entendían en términos de tendencias centrales y patrones ordenados, la época presente parece derivar su orden de tendencias contrarias y patrones episódicos. Si una vez se pensó que las vidas de los individuos y las sociedades se movían en trayectorias lineales y estables, ahora los movimientos parecen no lineales y erráticos, con equilibrios momentáneos e interrumpidos continuamente por súbitas aceleraciones o cambios de dirección". (1). Por ello, frente a la simultaneidad y las interconexiones de los acontecimientos, se hace necesario realizar un esfuerzo de comprensión múltiple de partes relacionadas entre si, altamente sensibles.

Una tercera premisa permite precisar que el comportamiento de los decisores y de la masa, entendido este concepto en su dimensión sociológica, (por cierto olvidada por la presencia del individualismo), no se puede limitar a los criterios emanados de la racionalidad pura, sino que a la hora del análisis hay que tomar en cuenta todo un campo lleno de riqueza teórica que es el de la irracionalidad; los símbolos, los mitos, las creencias colectivas, las imágenes, lo virtual, todo aquello que sostiene el campo de las percepciones y de lo que llamo Popper, "el tercer mundo", aquel plano de la realidad que ni es propiamente material ni tampoco inmaterial. (2)

Una cuarta y última premisa que es necesaria determinar para abocarnos en esta tarea de relacionar la globalidad se basa en la idea de la importante degradación de la política como palanca fundamental para el ejercicio del poder. Esta degradación parte de la constatación de un crecimiento de otras esferas ,consideradas de baja perfil político, como la economía o el ambiente, de la competencia de otros actores distintos al Estado para dirigir las sociedades, y de un rechazo creciente a la manera de hacer política, tanto autoritaria como democrática, a través de los partidos y de las instituciones, eso que se ha llamado la anti-política, la política informal, o la post-política. (3). En referencia a este tema surgen los conceptos de sociedad civil, y las organizaciones no gubernamentales, así como también los temas del medio ambiente, la descentralización, los derechos humanos, la participación que, sin ánimo de desconceptualizarlos como provenientes de una raigambre liberal, nutren el discurso de la anti-política, altamente competitivo del discurso tradicional basado en ella primacía del Estado, los partidos políticos y el político como instrumentos claves del poder.

Con base en estas cuatro premisas, transición, complejidad, irracionalidad y post-política, consideramos posible abordar nuestro problema, tal es el de relacionar tres variables que se entrecruzan, los cambios globales, el petróleo y la política en un caso de estudio específico, el caso venezolano.

2. Globalización.

El término es confuso, pero al popularizarse sirve para identificar un proceso no uniforme, contradictorio y complejo, el proceso mediante el cual, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista económico, se observan profundos cambios en la estructura internacional contemporánea.

Desde el punto de vista político estos cambios se caracterizan por tres procesos fundamentales: se tiene en primer lugar la ampliación del número de actores internacionales que van más allá de los Estados. Esto no significa que el Estado desaparezca a corto plazo, pero tiene que convivir con un mundo con el cual se relaciona por varias vías, el mundo de los organismos multilaterales, y de las organizaciones transnacionales, el cual se ha denominado "la sociedad civil internacional", tanto las organizaciones no gubernamentales, como las empresas globales, como el mundo de los actores no legales, el narcotráfico como ejemplo, que como un todo conforman un mundo post-internacional. Por otra parte, la agenda de problemas mundiales se amplía hacia temas

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