Gobierno en el Perú

¿El sistema de gobierno peruano hace peligrar la democracia?

Palabras Clave

Separación de Poderes, Democracia, Gobernabilidad, Estado.

Introducción

La Constitución Política del Perú lleva 27 años de existencia, en los cuales la democracia ha ido configurándose como la forma de gobierno más aceptada por la ciudadanía. Sin embargo afronta grandes retos de cara a la opinión pública, en los últimos meses hemos vivido una seria de reclamos y exigencias hacia el Estado que dejan en evidencia la falta de decisiones representativas de la pluralidad que compone nuestra sociedad.

La intención de este trabajo es analizar si la visualización del sistema de gobierno a través de la separación de poderes en la Constitución Política del Perú supone un obstáculo para la gobernabilidad democrática al impedir la concepción de integración y cooperación para problemas de acción colectiva.

Además intentaré demostrar cuán importante es la separación de poderes para el régimen democrático peruano y que tan fuerte o débil hace al Estado.

Muchos de los trabajos relacionados al constitucionalismo son abordados desde la visión del Derecho, cuyo punto de partida son las posibles soluciones jurídicas adecuadas para los problemas que se presentan en la vida social. Siendo esto importante, creo necesario un punto de partida que contenga también una visión de la comprensión del fenómeno político que involucra el constitucionalismo en las democracias contemporáneas.

La importancia del tema no solo implica el uso de una nueva arista de análisis, sino también el hecho de que la gobernabilidad democrática sea un tema pendiente en la agenda de la mayoría de las democracias en la región andina.

Siendo así, esta investigación es de tipo exploratoria, con la intención de generar las primeras aproximaciones al estudio del caso peruano.

1. El Estado de la Democracia

En los últimos 30 años toda la región latinoamericana ha vivido en un clima democrático. La democracia parece haber encontrado por fin el estadio de naturaleza en la región y configurarse como la forma de gobierno más aceptada en los sistemas políticos. Si bien existen serios cuestionamientos a ciertos regímenes (el cas de Venezuela o el de Bolivia hasta hace poco) de manera general los gobiernos vienen siendo designados a través de procesos electorales, se puede decir que el inició de este proceso de consolidación democrática se inició precisamente con el proceso electoral ecuatoriano de 1978 y culminó con el proceso mexicano del 2000 donde el PRI es derrotado tras casi 70 años de permanencia en el poder.

Sin embargo las democracias en Latinoamérica se enfrentan a grandes problemas que van más allá del aspecto electoral. De hecho el mismo sistema democrático debe y exige ir más allá. Las democracias modernas tienen un estándar no solo para la elección del gobierno sino para el ejercicio mismo del gobierno. Es decir, las democracias se eligen y se gobiernan. Sobre el gobierno en democracia, Latinoamérica enfrenta el gran problema de la pobreza y desigualdad. Dos látigos que difícilmente pueden ayudar a la consolidación de una cultura democrática y que contribuyen a tener electores en lugar de ciudadanos, es decir, en Latinoamérica se configura en triangulo de la democracia, pobreza y desigualdad (PNUD, 2004).

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                         Fuente: Elaboración Propia (PNUD, 2004)

Lo que se quiere explicar con este gráfico es que la democracia en Latinoamérica es sostenida por altos niveles de pobreza y desigualdad, lo cual es bastante contradictorio pues es sabido que la democracia implica también ciertos niveles de desarrollo para poder consolidarse y hacerse fuerte. En Latinoamérica cohabitan las libertades políticas propias de vivir en democracia con las limitaciones materiales, que en muchos casos son básicas. Esto genera que en la región nos enfrentemos a una dicotomía democracia-pobreza/desigualdad que nos cambia el panorama, pues muchos latinoamericanos están dispuestos a sacrificar sus libertades y sustituir el régimen democrático por uno autoritario si esto significa la reducción de las brechas existentes de pobreza y desigualdad.

Aterrizando en el caso peruano, materia de estudio de este trabajo, el panorama no es distinto. Luego de finalizado el “Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas” se retornó a la democracia, y hablando en términos minimalistas, el régimen se ha mantenido relativamente estable. Siendo así es preciso explicar la década de los 90´, época que muchos peruanos consideran de dictadura. Lo que sucedió en el Perú durante el gobierno de Fujimori es lo que se conoce como “recesión democrática”, pues si bien existieron elecciones en las cuales Fujimori pudo mantenerse en el poder, ciertas reglas orientadas no a la elección del gobierno sino al ejercicio de este tuvieron regresiones autoritarias. Explicado esto, en el Perú venimos eligiendo a nuestros presidentes desde 1980 con elecciones libres y competitivas (con algunos cuestionamientos a la competencia durante la década de los 90´).

Como se puede observar en el aspecto electoral, nuestra democracia no enfrenta mayores problemas, pero al igual que la región nuestro déficit se encuentra en el ejercicio del gobierno, nuestros niveles de pobreza y desigualdad.

Cuadro 2-Niveles de Pobreza y Pobreza Extrema

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Fuente: Encuesta Nacional de Hogares 2009-2013, INEI

Cómo se puede observar del cuadro nuestro país aún no logra controlar la pobreza por debajo del 15% y la extrema pobreza aún sigue sin desaparecer de los informes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), lo que refleja el problema del triángulo que sostiene a las democracias latinoamericanas del que Perú no está exento.

Pero no es este el único problema con el que la democracia tiene que lidiar en nuestro país. Producto de la regresión que vivimos en los 90´ sufrimos ahora de fuertes carencias de institucionalidad, una de ellas son las consecuencias del colapso del sistema de partidos que aún tras más de 10 años no logramos reestructurar un sistema de partidos sólido y fuerte que permita la interacción entre la ciudadanía y el Estado. Existen pues problemas que requieren de reformas políticas importantes en el país como repensar las fórmulas de elección parlamentaria, el tránsito a una bicameralidad o el mismo proceso de descentralización que se ha visto seriamente cuestionado los últimos meses.

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