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Gárgolas en Santiago


Enviado por   •  7 de Julio de 2018  •  Informe  •  2.524 Palabras (11 Páginas)  •  186 Visitas

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Gárgolas en Santiago

                                                                      Alumno(a): Manuel Araya Ramírez

 Profesor(a): Soledad Rodríguez Sanhueza

Fecha: Martes 23 de Mayo del 2017

Desde lo más alto de iglesias y edificios importantes, seres con aspecto grotesco y endemoniado, custodian estos recintos día y noche sin moverse de su lugar. Monstruos de piedra, defensoras pétreas por encargo celestial, las gárgolas ahuyentan a cualquier indicio del mal.

Santiago es una ciudad muy grande y en constante desarrollo, a pesar de esto, conserva algunas de sus edificaciones más antiguas, bellas e importantes haciéndolas monumentos nacionales o transformarlas para darles otros usos, pero siempre conservando su estructura original. Si se es buen observador, puedes darte cuenta que muchos de estos edificios en sus fachadas, tiene figuras con aspectos demoniacos custodiando día y noches, estas son las gárgolas, pero para hablar de ellas primero debemos saber sus orígenes tanto mitológicos como arquitectónicos, además de sus utilidades y quienes fueron los propulsores de esta “moda” por decirlo de alguna forma, en Chile.

Origen Mitológico

Todo comienza con una antigua leyenda francesa la cual cuenta la existencia de un monstruo con forma de dragón, descrito como un ser con cuello largo y rectilíneo, hocico delgado con potentes mandíbulas, cejas fuertes y alas membranosas, que vivía en una cueva próxima al río Sena. Este ser, era conocido por su gran agresividad ya que se tragaba los barcos, destruía todo lo que se cruzara frente a su pestilente aliento y escupía la suficiente cantidad de agua como para ocasionar inundaciones y desastres de proporciones bíblicas.

Cerca de la morada de este dragón, se encontraba la ciudad de Rouen, donde sus habitantes como último recurso para apaciguar el mal humor de este ser, le hacían una ofrenda humana anual, la cual consistía en un criminal que pagaría sus culpas de esta forma, aunque dicen que el dragón prefería a las doncellas cual cuanto de hadas.

Durante el año 600, un sacerdote cristiano llamado Romanus, llegó a Rouen, el cual se ofreció a exterminar al dragón si los ciudadanos aceptaban ser bautizados y contraían una iglesia dedicada al culto católico. Para realizar esta labor pido la compañía de algún habitante, pero al negarse todos a cooperar no le quedo más opción que ir con el sacrificio anual, un condenado a muerte que, a cambio de ser su escudero, solicito su libertad. Equipado con las herramientas necesarias para realizar un exorcismo (campana, libro, velas y cruz) se dirigió a enfrentar este dragón. Una vez frente a él, con la simple señal de la cruz, el fiero animal se convirtió en una bestia dócil y atándolo con una cuerda, lo llevo a la plaza de la ciudad para así ejecutarlo frente a todos. Gargouille fue quemado vivo y de todo su cuerpo lo único que no fue consumido por el fuego era su largo cuello y cabeza, al ver esto dichos restos fueron puestos en el tejado del ayuntamiento como recordatorio de los angustiosos momentos vividos por los pobladores.

Con esta increíble leyenda podemos comprender medianamente el origen de las gárgolas ya que se nos revelaría el origen de su propio nombre el cual sería una variación de la palabra francesa Gargouille que significa, producir un ruido semejante al de un líquido en un tubo y también del griego γαργαρίζω que significa hacer gárgaras. Esto cabe perfectamente con la descripción del dragón el cual escupía el agua que fluía por su largo cuello como tubo además de que Gargouille era su nombre. Otro punto importante de destacar es que su cabeza se puso en el techo del ayuntamiento de igual forma que las gárgolas que estamos estudiando, por último, en la historia se puede apreciar por medio del sacerdote que extermino al dragón, la fuerte presencia de la religión en la edad media y que cuyas edificaciones presentan generalmente a las gárgolas en sus tejados y cornisas.

Las gárgolas no solo tienen forma de dragón o demonio, algunas presentan formas humanas o de animales, esto se debe a que tienen significados místicos o religiosos según el bestiario medieval, por ejemplo:

Águila: Valor y nobleza, representa a Cristo.

León: Nobleza y fuerza.

Cigüeña: Bien, representa la monogamia.

Grifo (una mescla de León y Ave): Bondad, belleza, son guardianes de las iglesias.

Ya en aspectos más negativos estarían:

Mono: Caricatura del hombre, signo negativo.

Conejo: Lujuria.

Cabra: Desenfreno.

Cerdo: Suciedad y pereza.

Serpiente: Pecado.

Dragón: Enemigo de dios.

Debido a estas connotaciones que se le da a la imagen de cada animal es que las gárgolas tienen distintas formas, representan distintos mensajes podríamos decir. No hay dos iguales, cada una de ellas posee su propia personalidad por llamarlo de algún modo, en una época en la que las imágenes tenían por misión un mensaje moral, religioso y docente. Entre las interpretaciones que se han atribuido estas estatuas de piedra destacan aquellas que las asimilan a representaciones del demonio, tan presente en el imaginario colectivo medieval, que recuerda al cristiano promedio la necesidad de seguir los preceptos religiosos si quiere escapar del infierno.

Otra historia, más bien teoría sobre las gárgolas es que son demonios que fueron convertidos en piedra mientras huían de la iglesia. Por otro lado, tenemos las gárgolas como elementos que sirven para proteger a las iglesias, y de hecho por su aspecto terrorífico sirven para poder ahuyentar a los espíritus malignos.

Origen Arquitectónico

Este origen es algo mucho más simple y corto que el origen mitológico, aquí se explica cuando comenzaron a aparecer, donde se colocaban y cuál era su utilidad.

Las primeras gárgolas aparecen a comienzos del siglo XII en edificios como las catedrales de Lyon y las de Nôtre Dame de Parísy, eran utilizadas como sistema de drenaje en las edificaciones, esta técnica era muy popular durante la época más alta del estilo gótico, donde los edificios se construían muy altos y en punta ya que simbolizaba una cercanía con el cielo, entre más alto mejor. Antiguamente solo se ponía un tubo para que el agua acumulada en los techos, callera hacia la calle hasta que se les ocurrió adornarlos poniéndoles estas figuras de piedra, generalmente el tubo pasa por el cuerpo de la gárgola y sale por la boca para simular que escupen agua. La realidad es que la idea de crear una escultura ornamental y decorativa para utilizarla como desagüe se venía practicando desde la antigüedad por griegos, etruscos y romanos. Así fue como, durante la Edad Media, esos canalones decorativos servían como sumideros para expulsar el agua de la lluvia evitando con ello el deterioro de los muros y la erosión de la piedra.

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