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Harry Potter y La Piedra Filosofal


Enviado por   •  18 de Febrero de 2013  •  Ensayo  •  1.177 Palabras (5 Páginas)  •  638 Visitas

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Hermione

¿Quién de nosotros no ha sufrido – o ha sido – aquel compañero insoportable en la escuela que siempre recordaba al profesor que tal día había examen o que no se había apuntado la tarea en la agenda? Este típico ratón de biblioteca es un clásico cliché en todo tipo de obra, y aunque no lo hayamos conocido realmente, sabemos exactamente a quién se refieren: a esos chicos con lentes gruesos, cabello grasoso y con corte estúpido.

Y si hablamos de Harry Potter, saben perfectamente a quién me refiero: Hermione Jane Granger. Claro, a simple vista ella encaja en la descripción física standard de un nerd: cabello castaño abundante y esponjoso, dientes grandes, hablar rápido y apariencia desarreglada y desgarbada, por la gran cantidad de libros que siempre carga en la mochila. Pero quienes conocemos de los libros, sabemos que esa imagen inicial se aparta bastante de la Hermione que se muestra poco a poco a través de los años.

“Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts. —¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.”

Harry Potter y La Piedra Filosofal, capítulo 6

Esta es la primera imagen que vemos de Hermione, y que se mantiene hasta la mitad del libro: aquella chica aislada que solo tenía por amigos – literalmente – a los libros, pegada con terokal a las reglas y tan estricta como una pequeña réplica de McGonagall.

Antes de ver su evolución, paremos un momento en esta imagen: ¿qué lleva a una niña a convertirse en una sabelotodo insoportable? Sus padres, ambos dentistas muggles, sacaron la idea de su nombre de la novela de Shakespeare “Una historia invernal”, pues querían demostrar con esto cuán inteligentes eran ellos y cuánto más lo sería su hija. Así, desde pequeña estuvo destinada a estudiar. Imagínense a una niña de 7 años que en vez de salir al recreo se queda en el salón a terminar la tarea de matemáticas. En estas circunstancias no es muy fácil relacionarse y hacer amistad con el resto de niños. No solo esto, sino que también se convierte en el centro de las burlas o de comentarios por parte de todos.

Ante una situación como esta, desarrollamos métodos de defensa. En el caso de Hermione fue el de la superioridad. Es verdad, no se juntaba con el resto de niños porque ella era mejor, más inteligente, más disciplinada y más segura; todo solo para esconder su propia inseguridad. Es este retrato el que vemos en la Hermione del primer libro: sin saber cómo hacer amigos y desesperada por destacar entre todos. Incluso, en las pocas ocasiones que la vemos tratando de ayudar a otros, como cuando trata de convencer Harry y a Ron de no ir al duelo a medianoche con Malfoy (PF, cap. 9) es en realidad a ella misma a quién está protegiendo (“¿No os importa Gryffindor; ¿verdad? Sólo os importa lo vuestro. YO no quiero que Slytherin gane la copa de las casas y vosotros vais a perder todos los puntos que YO conseguí de la profesora McGonagall por conocer los encantamientos para cambios.” ) Es SU casa, son SUS puntos ganados, y por lo tanto, nada que sea suyo puede perderse.

La forma en la que llegó a ser amiga de Harry y Ron no es la más convencional de todas, pero fue bastante efectiva. Ser rescatada de un troll (después de que se

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