Hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas
Enviado por Bayron Salvador Moran • 27 de Junio de 2019 • Ensayo • 570 Palabras (3 Páginas) • 163 Visitas
UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO
Facultad de Ciencias Sociales
Tema:
Hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas
Nombre:
Katherine Morales Mantuano
Catedrático:
Msc. Marcos Naranjo
2019
Introducción.
“Hay trees clases de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas (There are three kinds of lies: lies, big lies, and statistics)”. Frase que ha sido atribuida al primer ministro británico Benjamín Disraeli nunca se ha encontrado entre sus escritos ni en lo que se conserva de sus declaraciones públicas, a lo que hay que añadir que las primeras apariciones de la susodicha frase son posteriores a su muerte. Quizás Mark Twain fuera el responsable de todo ello, pues fue quien popularizó la frase en su autobiografía atribuyéndosela a Mr. Disraeli. También parecen ser apócrifas las atribuidas a otro preclaro premier británico, Winston Churchill: “Sólo me creo las estadísticas que yo, personalmente, he manipulado (I only believe in statistics that I doctored myself)”; o la más gráfica: “Las estadísticas son como un borracho en una farola: la hace servir más de apoyo que de iluminación (Statistics are like a drunk with a lampost: used more for support than illumination)”.
Desarrollo.
Las dificultades que distinguimos al enfrentarnos a la información estadística consienten la manipulación y provocan los malentendidos. Pero concierta distinguir entre mentiras, manipulación y errores. Si falseamos los datos (por ejemplo, omitiendo datos que contradicen nuestra hipótesis) o, directamente, nos los inventamos, estamos mintiendo. Aunque analicemos los datos e interpretemos los resultados del análisis de forma correcta, las conclusiones serán tan falsas como los datos de partida.
El saber manejar, ser un prodigio o un ser humano con conocimientos medios de matemáticas, no nos beneficia al momento de detectar mentiras, puesto que la autenticidad o simulación de datos no se deduce por medio de razonamientos matemáticos, pero la manipulación es diferente: en este caso se parte de datos verdaderos se realiza un análisis incorrecto (es decir interpretamos a nuestra conveniencia o de alguien más el resultados del análisis) dando como resultado datos que nos permiten concluir algo cuando, en la realidad, los datos no sustentan dicha conclusión.
En cualquier caso, independientemente estas frases expresan con claridad una parte de la realidad de las estadísticas: son fácilmente manipulables, y es imposible resistir la tentación de producir con ellas una falsa premisa en apoyo de una convicción personal habitualmente procedente de un sesgo sin fundamento en evidencia alguna. A buen seguro que su poder de engaño reside en su precisión aparente independientemente de que sea esa precisión la que limita la amplitud de su validez; tampoco se puede desdeñar el poder que les otorga lo arcano de sus procesos estocásticos, inaccesibles para casi todos excepto unos pocos; ni la facilidad con la que se ocultan esos procesos y la impudicia con la que se ofrecen sus productos envueltos en una falsa apariencia de simplicidad, transparencia y equidad.
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