Historia De Las Milicias En Medellín.

Esta oscura parte de la historia de Medellin hunde sus raíces atrás, en los años 50, donde la violencia en los campos hacía emigrar a los campesinos hacia las urbes, en busca de una oportunidad de empleo para dejar atrás esa vida de dolor. La mayoría de forasteros que llegan a la ciudad, se ubicaron en las zonas nororiental y noroccidental, que son zonas periféricas.

Hacia los años 80’s empiezan a formarse en Medellín las bandas criminales a raíz de tanta pobreza y falta de oportunidades que se presentaban en Medellín, además los jóvenes eran tentados por el dinero fácil que podían ofrecer algunos trabajos con narcotraficantes, haciendo que se conjuraran los elementos para que el orden de la ciudad se fuera saliendo del control de las autoridades estatales. Estas bandas fueron adquiriendo poder con el tiempo, el cual utilizaban para cobrar vacunas a los barrios para cuidar y proteger la virginidad de las jovencitas.

Cuando el narcotráfico llega a su auge en el país, y especialmente en Medellín, se empiezan a permear los combos delincuenciales con la venta de drogas, haciendo que ganen capacidad adquisitiva de armas y equipamentos. Ahora las bandas mas temidas secuestraban, atracaban bancos y textileras etc, creyéndose los dueños del mundo, además el valor de la vida en este tiempo fue devaluado, pues estos jóvenes llegaban a matar incluso porque los miraban feo, o porque los pisaban en un baile.

En 1989 empiezan a aparecer las primeras milicias en Medellín, en parte por el gran descontento que tenia la población frente a la situación a la cual eran sometidos por la gente de los combos. A diferencia de los combos, los milicianos tenían algo de formación militar, inclusive uno de los primeros milicianos, perteneciente al ELN, viajó desde el bajo cauca hacia Medellín para dar de baja a unos cuantos miembros de un combo, los cuales habían amenazado a su familia. Pero fue alrededor de un año después, cuando los milicianos empiezan a promover una forma de autodefensa en los barrios, trayendo algunas armas automáticas, y desde el principio estas milicias mostraron el ajusticiamiento como carta de presentación, pues en estos momentos en los barrios mas pobres, el estado ya no era garante de justicia ni legitimidad, ahora desde las discordias entre los vecinos, hasta la seguridad de los barrios, estaban a cargo de estos jóvenes armados. Esto trajo como resultado la desaparición de varios combos, y otros no tuvieron otra opción más que unirse a las Milicias Populares del Valle de Aburrá.

El declive de las milicias empezó cuando dejaron contaminar los grupos con drogadictos y delincuentes comunes. Hacia finales de 1993 se entablaron negociaciones con el Estado para la reinserción, y a principios de 1994 solo unos pocos milicianos de la zona de Moravia y El Bosque lograron un cupo en el proceso, y fueron llevados a Sucre. Por otra parte los que se quedaron en Medellín fueron beneficiarios

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