Huérfanos De Padres Vivos

Huérfanos de padres vivos

La ausencia física de los padres y sus devastadores efectos

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

Vivimos en un mundo donde cada día miramos mas violencia, vicios, crímenes y donde cada vez más los seres humanos estamos desorientados, desubicados, en una sociedad que nos conduce al vacío y a la soledad, donde no tenemos una identidad propia, en una sociedad egoísta, donde la familia no existe como tal, donde muchas veces los hijos son producto de la inexperiencia y del aislamiento familiar, donde no hay padres y madres sino procreadores que nos impulsan a vivir una vida efímera y sin un propósito específico, solo vivir por vivir.

La familia es un elemento fundamental en la estructuración de la sociedad, pues es el núcleo de la misma, es la célula básica donde se forma a quienes actuarán en el futuro dentro de la sociedad, aquellos que en algún momento tomaran las riendas del país en el desarrollo social, político, económico y cultural del mismo.

Cada padre y madre, forman a los hombres y mujeres que conformaran una nueva sociedad, por lo mismo es de suma importancia que dentro del seno familiar se le proporcione una educación con valores que impacte desde la niñez hasta la edad adulta, con la finalidad de que estos sean individuos ricos en seguridad emocional, alta autoestima, en amor, en respeto, en tolerancia y demás valores que forman parte importante en la conducta humana, es decir, un individuo útil dentro de la sociedad, con una vida plena y placentera, en familias bien constituidas, donde se formen hijos en un ambiente acogedor y amoroso, aprendiendo así no solo a comportarse en sociedad si no ha hacerlo cíclicamente.

Siendo la familia el primer agente educativo en la formación del individuo, es necesario que el padre y la madre den una estabilidad emocional y económica a su familia, pero por desgracia no basta con esta estabilidad, el individuo requiere de afecto, de apoyo, de reconocimiento y de un padre y una madre, de su presencia física y moral. Es en la familia, donde el ser humano, aprenderá lo que son los afectos y valores, de qué manera hay que manejarlos y qué es lo correcto a realizar y lo que no; la formación valórica de la familia, es irremplazable, eso no lo aprenderá en la escuela, sólo en su familia, núcleo de amor, afecto y comprensión, al igual, que escuela primordial de los valores y virtudes a seguir.

Como se ha mencionado anteriormente, la educación es factor importante en la formación de individuos integrales, pero es de suma importancia que la educación informal, aquella que se da en la familia, no sea reemplazada ni compartida con nada ni nadie. Si bien, la educación en el hogar inicia desde el nacimiento mediante la integración de valores y normas que lo conducen a ser considerado un ser socialmente integrado en un futuro próximo, educación que es crucial durante la adolescencia debido a los cambios físicos y emocionales, de organización y relaciones familiares que se sufren durante esta etapa.

Los adolescentes experimentan sensaciones de rabia o felicidad desmesurada, de amor o de odio, se sienten controlados, quieren más independencia, a veces se sienten dueños del mundo y otras veces les invade la inseguridad y la baja autoestima, se sienten orgullosos u horrorizados por los cambios propios de la pubertad, les cuesta concentrarse, se aburren con facilidad, desafían las reglas de la familia, de la escuela y de la sociedad.

Esta etapa se considera “incomprendida”, pues los padres sienten desconocer a este “nuevo” miembro de la familia, añorando al niño o niña de antes, que no saben o no quieren apoyar a su hijo, revuelo de hormonas que desea fervientemente tener mayor independencia. Padres temerosos de perder el control de la situación, del mundo de las drogas y el alcohol, sin saber negociar normas aceptables para toda la familia, pero también padres ciegos que le dan prioridad a la estabilidad económica de sus hijos los olvidados, los abandonados, quienes navegan sin rumbo fijo, sin dirección ni una mano guía que les de la seguridad de decir “NO” a muchas circunstancias con las que se enfrentarán, presas fáciles de las drogas, el alcohol, la sexualidad precoz y las consecuencias que de esta se derivan, como las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los embarazos no deseados, la nula información del tema que los lleva a un vacío que crecerá junto a ellos.

Sin restarle importancia a la presencia de los padres y madres en todas las etapas del desarrollo del individuo, es en la adolescencia donde es necesario profundizar por lo trascendental que es para la vida futura, por ser el periodo donde las decisiones que se tomarán serán parte agua de una adultez sana, armónica y plena, donde los efectos que deja la ausencia de los padres en los adolescentes pueden mutilar el desarrollo armónico de muchas generaciones.

En los últimos años se ha visto incrementado el número de adolescentes consumiendo drogas y alcohol, fumando, muriendo en accidentes por alta velocidad, embarazadas, desubicados y abandonados en una sociedad absorbente, misma que exige respuestas sobre las causas que motivan a sus hijos adolescentes a querer ser adultos, a no disfrutar de las cosas que le brinda la vida durante esta etapa, una sociedad donde la familia existe como membrete, pues la ausencia de padres y madres que solo se dedican a darles una estabilidad económica, olvidando las necesidades emocionales y afectivas, están provocando el deterioro social, pero sobre todo el fracaso inminente de sus hijos y tal vez de toda su descendencia.

Frente a esta problemática de los adolescentes abandonados por los padres y madres ante una sociedad nociva se plantea las siguientes interrogantes:

• ¿Cómo afecta emocionalmente la ausencia del padre o madre durante la adolescencia?

• ¿Cuál es el papel que desempeña el padre y/o la madre en el comportamiento de los adolescentes?

• ¿Cuál es el papel que juega la educación afectiva en la formación de los adolescentes?

• ¿Cuáles son algunas de las estrategias que utilizan los padres y/o madres para evitar ser padres ausentes?

ANTECEDENTES

Ser huérfano de un padre fallecido, es una ley de la vida con todo el dolor de vivir el duelo que esto significa. Pero ser huérfano de un padre vivo es algo extraño y aún más doloroso, el dolor no es el de la pérdida sino del destierro interno, de la ausencia y las consecuencias que esto trae, de la descalificación, de sentirse permanentemente solo y del abandono.

Esta situación se da más habitualmente de lo que se cree en muchas familias, en todos los países y en todas las lenguas, emocionalmente es igual, un abandono, más que una pérdida.

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