Identidad politecnica.

Identidad politécnica

La identidad politécnica, implica mucha carga personal y profesional, ya que es una institución reconocida a nivel mundial por su alto nivel académico. Ser un politécnico no es solo estar en sus aulas, o que te guste el logo del “Poli”, no es aprenderse la porra, no es saberse la historia de la mascota o la historia del lema, no solo es identificarse o estar de acuerdo con sus decálogos; porque si bien, éstos tienen un tinte bastante social, muchas veces nosotros en nuestra vida diaria no tenemos este sentido de ayudar a construir una sociedad más justa. O no nos preocupamos por idear o llevar a cabo proyectos necesarios para el fomento del desarrollo industrial y económico del país, que es el fin por el cual el IPN se creó.

Ser un verdadero politécnico es adoptar como nuestras las actitudes necesarias para explotar y definir las aptitudes y vocaciones que nos guiaran a nuestra educación “utilitarista y colectiva” con un alto sentido del “deber social”.

Ser politécnico, es saber aprovechar las herramientas y/o beneficios que nos ofrece la institución con el fin de encaminarnos al desarrollo académico; ofreciendo becas, bibliotecas y centros de apoyo. Incentivarnos el conocimiento de modernas técnicas de producción y explotación de los recursos; a través de la movilidad académica con programas de alcance internacional.

Ser politécnico, es ayudarnos entre las diferentes escuelas que conforman al IPN, es ser inclusivos, porque si bien adoptamos ese compromiso social, debemos hacer lo mismo con las escuelas hermanas ya que en un futuro serán de las que nos apoyaremos para llegar a los fines que el pueblo demande, y cito mi decálogo favorito; “para alcanzar las conquistas universales y ofrecerlas a mi pueblo”

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