Identidad

Un perfil idóneo para resumir el perfil o patrón de comportamiento de una persona es el de identidad. Erickson hiso los primeros análisis y descripciones de la identidad personal a lo largo del ciclo vital y, en particular, en el momento de la adolescencia. Ésta, para Erickson, constituye el estado clave y también critico de formación de identidad. Identidad es, en Erickson, diferenciación personal inconfundible; es definición o, mejor, autodefinición de la persona ante otras persona. La adolescencia es el momento evolutivo de la búsqueda y la consecución si va bien todo de la identidad del individuo y esta necesita tiempo, un aplazamiento en la entrada en el rol de adulto, porque todas las etapas de la vida pueden conocer crisis de identidad. La crisis de identidad en jóvenes y adolescentes es como otra crisis, evolutivamente necesaria, pero no siempre o necesariamente dramática. Pero la crisis adolescente suele estar hoy en día ahondada y transida por la crisis de identidad en la sociedad, en la cultura: por la fragmentación en los valores y por el veloz ritmo del cambio social. En la misma línea de Erickson, otros autores han profundizado y pormenorizado en sus análisis. Así, Loevinger (1976) ha elaborado e investigado el concepto de los “estatus” de identidad, concepto en el que reúne tanto el logro de la identidad cuanto sus diversas formas de fracaso o aplazamiento. El adolescente tiene gran necesidad de reconocimiento por parte de otros, sin tal reconocimiento y aceptación no puede alcanzar un buen concepto de sí mismo, una positiva autoestima. La construcción de la personalidad, de la identidad, que viene gestándose desde la infancia, ha de adquirir ahora un perfil no definitivo, pero si maduro.

Alfredo Fierro

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