Idiosincracia

Opinión:

Los mexicanos tenemos un sin fin de características que forman toda una cultura, por un lado el resultado del mestizaje puro entre conquistadores españoles y conquistados, mezcla no solo de sangre si no de culturas y creencias. Somos españoles denigrando a indios y somos indios odiando a los españoles.

La verdad es algo triste como muchos otros países tachan a los mexicanos que todavía nos vestimos con zarapes huaraches y ese tipo de cosas, cuando la realidad es otra. Es muy notorio como los otros países hacen esto, porque nos dibujan o cuando hablan de un mexicano así lo describen.

Y no simplemente en la apariencia sino también en las costumbres, cultura, entre otras cosas, tienen una idea muy errónea sobre nosotros.

Las típicas frases mexicanas: Será mañana, te juro por la virgen, mi abuela se murió, el tráfico estaba insoportable, después te pago y prometo cambiar, son sólo solo eso frases del ‘diccionario’ que los mexicanos transmitimos o recibimos de los demás, para ocultar indisciplina, irresponsabilidad e ineficacia. Lamentablemente así somos.

La manera de ser del mexicano es vivir en un completo desorden, la preocupación por el aspecto emocional y el espiritual de la vida se refugia en lo religioso, en el apego a las tradiciones.

El mexicano “trabaja para vivir” y no a la inversa. Esta es una frase realmente impactante, ya que es cierta, lamentablemente los mexicanos ya no vivimos para poder trabajar, sino los mexicanos trabajamos para vivir ya que la situación de muchos mexicanos es crítica en estos momentos.

Un jefe de cualquier empresa no tiene ni valores, ni virtudes cuando menosprecia a la mujer. La situación de la mujer en nuestro país, difiere de la del hombre.

Tradicionalmente se le ha inculcado a la mujer que su papel principal en la vida es ser madre. Más que compañera o esposa, debe ser buena madre, lo que significa tener hijos, amarlos, alimentarlos, cuidar de su salud, preocuparse por ellos y hacerles la vida más fácil. Así, se pasa toda su vida trabajando para ellos o para los hijos de sus hijos, porque de lo contrario pierde su razón de ser y de vivir.

Si tal situación se quedara en los límites personales, los daños serían una sumatoria de conflictos constreñidos, pero como afecta al ámbito general, la nación sufre de graves consecuencias en lo referente a la definición de proyectos sólidos de gobierno a largo plazo y con sustentabilidad probada, para que sus 112 millones de habitantes transiten sobre los cimientos de un desarrollo integral, tanto en justicia, equidad, libertad, economía sana y armonía social y política.

Finalmente, nosotros los mexicanos huimos de una realidad que no podemos manejar y entramos en un mundo de fantasía en donde el orgullo, el idealismo y el egoísmo social florecen con seguridad además de que la pasión domina sobre la razón.

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