Imperialismo Ecológico. “Antagonismo entre los hombres y la tierra”

IMPERIALISMO ECOLÓGICO

Liseth Camila Correa Acosta

Epistemología

UNIVERSIDAD DEL QUINDÍO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS

ECONOMÍA

ARMENIA

2016

“Antagonismo entre los hombres y la tierra”

En la vastitud del universo y quince mil millones de años de su existencia engendran historias de mundos irónicamente opuestos e inmersos en la plenitud del mismo; una condición extrañamente inteligible pero evidentemente posible en una dimensión de múltiples probabilidades, donde dos elementos, aparentemente indisolubles como las infinitésimas partes que conforman un átomo, finalmente se desprenden en una reacción catastrófica.

Siendo precisos, es el relato de la fatalidad de hacer el mundo de las ideas posible, la materialización de las distopías utópicas encarnadas en la maldición o bendición de la razón del ser humano, la justificación del fracaso al cual llamamos desarrollo, la separación de los hombres como hijos de la tierra, de la energía de la vida misma manifestada en todo lo que somos y admiramos al abrir los ojos, la extinción del hombre y todo lo que le rodea.

La disolución del ser humano y su medio es explicada mediante una relación de causalidad de la cual no tengo certeza si la cuestión es el hombre o el sistema económico creado por sí mismo, ¿Podría un hombre, haciendo uso de la razón, culpar a un ser inerte? ¿Podría Dios culpar a su creación o más bien podría la humanidad culpar a Dios de la desgracia de haberlo creado nosotros mismos? El imperialismo ecológico de Foster y Clark explica el antagonismo entre los hombres y la tierra como una “Escisión metabólica”, como una ruptura irreparable entre los elementos de un todo y la alteración del orden natural de estas cosas, de lo cual plantean más que necesaria, una restauración inmediata.

Este quebrantamiento de relaciones obedece a un origen histórico y a hechos socioeconómicos secuenciales y empíricamente intensificados en tres momentos: I. El período de cercamientos en Gran Bretaña, II. Desplazamientos humanos rural-urbano y finalmente, III. Acumulación de capital que refiere específicamente al período de auge de la industrialización o “acumulación originaria” de acuerdo con Foster.

Es evidente que con el fortalecimiento de sectores que hicieran posible el alcance de los intereses económicos particulares se acentúo la degradación biológica, por medio de la explotación desconsiderada del suelo, su capacidad de carga y los procesos de “colonización” o expropiación del territorio latinoamericano a sus comunidades ancestrales Como apertura hacia una alternativa sostenible “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en un coto de caza de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria.” (Marx)  

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