Incertidumbres a raíz del covid-19

Incertidumbres a raíz del covid-19

Sin duda la llegada de la pandemia mundial a raíz del coronavirus presentó un gran reto para la economía de los países y tuvo fuertes repercusiones especialmente en los países emergentes. En el informe anual que nos presenta el banco de la republica a inicios de 2021 se exponen y analizan los diferentes factores macroeconómicos tanto de Colombia como de otros países en el año 2020. Se puede observar que a raíz de lo sucedido en el año anterior es muy difícil poder predecir en la mayoría de los aspectos el futuro de la economía, presentando un panorama incierto sobre todo en la economía de nuestro país debido especialmente a los confinamientos, las reglas de bioseguridad, el distanciamiento social que se adecuan a los diferentes escenarios y el temor generalizado, fruto de la pandemia.

Los planteamientos anteriores resaltan la idea relacionada con que la economía tuvo un gran retroceso en el año 2020 y, el poder afrontar esta coyuntura depende de la disminución de los contagios a partir de la inmunidad general con una vacunación efectiva, situación difícil de lograr teniendo en cuenta el contexto del país.

En esta reseña se desarrollará especialmente el tema del comportamiento de la inflación y precios.

Resumen  

Según el Informe de política monetaria,  presentado por el Banco de la república (2021) En los últimos meses del año 2020, a pesar de un mejor dinamismo en la actividad económica, la existencia de una brecha del producto ampliamente negativa siguió traduciéndose en caídas o mínimos ajustes de precios para un conjunto amplio de bienes y servicios, como en trimestres anteriores, las presiones provenientes del tipo de cambio no se han traspasado significativamente a los precios, igualmente la inflación anual al consumidor mantuvo una tendencia decreciente, cerrando el año en 1,61% y con un nivel inferior al previsto en el informe anterior, este registro de diciembre, que fue considerablemente menor que el de un año atrás, refleja el fuerte impacto que ha tenido el choque de la pandemia en los precios, tal y como se ha venido documentando en informes anteriores.

     Este dato es, además, el más bajo para un final de año desde la existencia de información oficial y consolidada para el índice de precios al consumidor total nacional. Este fue el caso de los costos asociados con la disminución del aforo y los requerimientos de medidas mucho más estrictas de bioseguridad en algunas actividades económicas, los cuales habrían generado alzas de precios en algunos servicios, donde la interacción social es alta, esta debilidad de la demanda también explicaría, al menos en parte, que el traspaso de la depreciación nominal acumulada del peso a los precios haya sido relativamente bajo.

Por su parte la variación anual del IPC de servicios también se redujo de manera importante en el cuarto trimestre, como consecuencia de una recomposición del gasto de los hogares y de la debilidad de la demanda, factores que predominaron sobre el aumento de los costos de operación en algunos sectores, reflejándose en el descenso de la variación anual del IPC de servicios entre septiembre y diciembre; otro rubro que siguió presionando a la baja al IPC de servicios fue arriendos, cuya variación anual se redujo del 1,5% en septiembre al 1,3% en diciembre. Las anteriores presiones bajistas fueron parcialmente compensadas en los últimos meses por aumentos considerables en los precios del transporte intermunicipal y la variación anual de combustibles y del subgrupo «resto» no mostró cambios de importancia en el cuarto trimestre. Por su parte en el último trimestre del año el IPC de alimentos también presentó alzas algo mayores que las previstas, debido a presiones alcistas en los precios de los alimentos perecederos, en efecto, la variación anual del grupo alimentos aumentó entre septiembre y diciembre, tendencia alcista que lideró la evolución de los precios de los alimentos perecederos, cuyo ajuste anual pasó del -3,4% en septiembre al 2,5% en diciembre.

...