Instituciones y Gobernanza Europeas
Enviado por Carmen Lda • 22 de Diciembre de 2022 • Ensayo • 3.092 Palabras (13 Páginas) • 50 Visitas
Instituciones y Gobernanza Europeas
El euroescepticismo en su punto más álgido
Los desgastados encajes de la Unión Europea se han manifestado notablemente en el último tiempo. Esta demostración de deterioro de la institución no ha sido expuesta de forma casual, los últimos acontecimientos en torno a la comunidad europea han avivado este sentimiento de rechazo hacia la institución por parte de los conciudadanos europeos: el euroescepticismo se encuentra actualmente en su punto más álgido.
A pesar de lo equívoco en torno a la definición del término debido a la ambigüedad que este presenta, el euroescepticismo se ha definido como una postura que rechaza de manera parcial o total toda intención de un plan de integración europeo. La adopción de esta postura viene dada mayormente por parte de la propia población europea, pero tal y como se verá a continuación, son varios los grupos de actores políticos que mantienen igualmente esta posición euroescéptica.
Como bien es sabido, la Unión Europea fue creada con un objetivo final: el de promover la paz bajo la idea de un lazo europeo común. Desde sus orígenes, la comunidad europea ha tratado de fomentar los valores de democracia, igualdad, libertad, así como el respeto hacia los derechos humanos universales. A través del fomento de estos valores, la Unión Europea ha conseguido ganarse la confianza por parte de sus pueblos, lo que le ha ayudado posteriormente a ocupar una posición hegemónica dentro del plano internacional.
Este triunfo de puertas al exterior se ha ido debilitando con el paso del tiempo, la comunidad europea ha ido perdiendo su condición de supremacía frente al resto de potencias emergentes. Al mismo tiempo que estos hechos sucedían en el plano exterior, los ciudadanos europeos comenzaban a cuestionar la institución europea dentro del propio continente desde una posición más crítica. Es en este momento cuando aparece la eterna pregunta en torno a esta coyuntura: ¿A qué se debe este cambio de perspectiva en torno a la Unión Europea?
Se podría decir que esta paulatina pérdida de confianza y hegemonía hacia la comunidad europea no ha sido algo imprevisto. Sin necesidad de “señalar con el dedo” a determinados culpables, son varias las causas que se han unido de forma casi accidental provocando la aparición de esta desafortunada situación.
Esta coyuntura ha ido ganando peso debido al carácter “retroalimentativo” de los problemas presentados en torno a la comunidad europea. La Unión Europea está viviendo incansables acusaciones y críticas que sólo debilitan más a la propia organización. Posicionar a la comunidad como una mera víctima del mundo exterior sería caer en una trampa demasiado evidente: no debemos olvidar que la Unión Europea es presa de su propio destino. Con esto queremos decir que han sido sus propias decisiones tomadas a lo largo de este último tiempo las que han llevado a la institución a ganarse un puesto cada vez menor dentro de las estadísticas de apoyo por parte de la mayoría de la población europea. A continuación, se mencionarían algunas de estas decisiones tan perjudiciales tomadas por la Unión Europea con el objetivo de entender el porqué de esta alza del euroescepticismo.
Desde las raíces de la institución nos encontramos con una desigual distribución del poder entre los distintos países pertenecientes a la Unión. Ha sido esta desigualdad presente la que ha acabado afectando con el paso del tiempo a los cimientos de la comunidad europea. Así nos lo ha hecho ver la última encuesta realizada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en los 28 estados miembros de la Unión Europea. En ella se pueden observar las opiniones de 877 profesionales expertos en el ámbito de la comunicación, de los gobiernos y de la política europea.[1]
Será a través de esta encuesta donde se ponga de manifiesto este dominio hegemónico por parte de algunos estados miembros. Sin olvidar el papel de socio fundadores de algunos de estos estados, se podría decir que su posición dentro de la Unión siempre se ha visto beneficiada frente al resto de países. La mayoría de estos expertos encuestados coinciden casi de forma unánime en que sería el país alemán el que se sitúe a la cabeza como estado más influyente dentro de la comunidad, seguido del país francés. El informe obtenido a través de la encuesta de la que se hace referencia fue publicado en octubre de 2018, por lo que mantiene aún en este momento una disputa respecto al país que mantendría el dominio del tercer puesto como estado influyente dentro del club europeo. No obstante, adjudican esta medalla de bronce al que fuese en su momento un estado miembro más de la Unión Europea: Reino Unido. Tras su salida a través del Brexit, Inglaterra ha perdido para siempre la adjudicación de dicha posición. A pesar de su abandono, algunos estudiosos afirman que, si el país hubiese hecho un buen uso de su posicionamiento, la capital londinense se hubiese constituido como uno de los principales centros de gestión y poder dentro de la Unión Europea.
A esta desigualdad respecto del poder de algunos estados miembros se le suma la pérdida gradual de los valores fundamentales propulsados a lo largo del tiempo por la Unión Europea. Tal y como se ha mencionado con anterioridad, la Unión Europea tenía como uno de sus principales objetivos la promulgación de diferentes valores positivos con el fin de que estos fuesen asociados de manera simultánea a la propia comunidad europea. Serán de nuevo distintos acontecimientos históricos los que se han encargado de “desmentir” dicha ficticia promulgación de valores. Uno de estos valores a los que la comunidad europea le daba enorme importancia desde su origen, era el valor de la ansiada democracia, la cual parece que se ha ido olvidando y desgastándose con el paso del tiempo.
A día de hoy, la Unión Europea cuenta con un alto déficit democrático, lo que nos muestra la situación tan ambigua que se le presenta en la actualidad a la que fue en su día la unión de estados más fuerte del plano internacional. Si bien la Unión Europea cuenta con todo tipo de procesos democráticos que la abalan para ser considerada una organización más que democrática, ¿A qué se debe este déficit democrático? Muchos son los expertos que han tratado este debate a día de hoy. Algunos achacan esta falta de democracia a la debilidad que presenta el Parlamento Europeo frente a los parlamentos nacionales de cada país miembro de la Unión. La institución europea es vista como algo lejano para la mayoría de los ciudadanos que la conforman. Los ciudadanos europeos no creen que su opinión o su voto dirigido a las elecciones al Parlamento Europeo tenga significancia alguna dentro de los entresijos de la comunidad. Es este el problema que nos presenta la politóloga estadounidense Vivien A. Schmidt (2013), la cual ha defendido la existencia de un sistema que ella misma denomina como "politics without policies" a nivel nacional y de "policies without politics" a nivel europeo. Schmidt define al sistema europeo como un sistema de: políticas sin política. A través de esta cita, la politóloga critica la casi vacía función del sistema político europeo, el cual es capaz de crear infinitas políticas públicas sin sustentarse bajo una deliberación política real como indica el proceso democrático. A la misma vez, la norteamericana pone de manifiesto la situación contraria que se da a nivel nacional, donde persiste un continuo debate público político el cual rara vez acaba convirtiéndose en una política pública efectiva.
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