Integración Económica Regional, caso T-MEC y COVID-19

Integración Económica Regional, caso T-MEC

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte tuvo su ratificación hace dos años apenas y en muchos análisis se argumenta que la diferencia no radica en la estructura del documento como en la esencia del mismo, en una diferente naturaleza por la que se elabora. Esta presunción surge de la noción globalizadora que Estados Unidos busca compaginar en todos los Acuerdos o criterios que constituye con sus países vecinos en América del Norte, en una presunción muy apresurada, dado que el tigre asiático de China ha logrado constituir una dependencia inmensa de los países cercanos. El enfrentamiento que esto significa es una rivalidad mucho más agresiva que la que tenían solamente los dos países en un principio, es por eso que existe esta crítica a al constitución del nuevo Acuerdo del modo del que se ejecutó (Labonté et al., 2020, p. 2).

Al respecto habría de preguntarnos cual es la sustancia de la diferencia entre estos dos Acuerdos dado que su andamiaje conceptual y de atribución-obligación no varía tanto, de hecho pareciera solo una extensión del anterior en una razón innovadora; no obstante, el sentido o el modo en el que se caracterizan algunos puntos es la de la incorporación de un comité regulador del mismo acuerdo, algo que no sería sorprendente dada la naturaleza de un Acuerdo pero que en ese caso se constituye con la misma razón y ejecución que un Acuerdo más ambicioso y complejo que lo que apelaría el T-MEC, el Tratado Transpacífico (Labonté et al., 2020, p. 2).

Esta postura por la que el Acuerdo o T-MEC tiene en realidad la intención de convertirse en un nuevo paso para lo que sería en un futuro un Acuerdo que integrara la constitución de regiones económicas tiene mucho peso sobre la idea. La razón de que China haya ya ganado la posición económica que tenía Estados Unidos y que la región asiática esté dejando fuera del sentido competitivo en muchos sectores a lo que América podía alcanzar sin problema alguno, le preocupa a estas potencias, al modo en el que el acuerdo es como se desarrollo, quizás de manera discreta, con el fin de hacer y alcanzar una unión económica viable.

La integración económica por lo tanto está disfrazada de visiones progresistas o ajustes normativos al Acuerdo, en realidad viene en un acomodo estructural del mismo hacia las demandas que en el mercado se estén elaborando siempre en una referencia competitiva hacia Oriente y su cultura de la producción. Reconociendo los impedimentos que se ven al horizonte consecuencia de los estragos sociales del Covid-19, a su vez de la crisis económica que se presenta en un incremento de tasa de paro de muy altos niveles como con las deficiencias de inversión como de consumo, los gobiernos van a necesitar mucho más que e apoyo local y regional para mejorar las condiciones de cada país, independientemente la fuerza que tenga la región de América del Norte, cada uno de los países participa de una manera indirecta en los procesos

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