Introducción- EL CLIENTELISMO
Enviado por JOSEPHWALLS • 8 de Abril de 2018 • Ensayo • 2.581 Palabras (11 Páginas) • 303 Visitas
Clientelismo y Crisis Política en Colombia
Álvaro Ricardo Rivera Lasso y Andrés Darío Coral Rosero
Adriana del Rosario Larrañaga Mora y Francis Dayana Cornejo Nasner
Wendy Paola Zambrano Ossa y Mario Andrés Hidalgo Bucheli
José Ricardo Paredes Guerrero
Institución Universitaria CESMAG
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Programa de Derecho
Grupo 2E
Pasto, 2017
Tabla de contenido
Clientelismo y Crisis Política en Colombia 3
¿Qué es el clientelismo? 4
El clientelismo tradicional. 5
Clientelismo, estado y sociedad. 6
Clientelismo, corrupción y criminalidad organizada. 8
Lo patológico y democrático del clientelismo en Colombia. 9
Referencias bibliográficas 12
Clientelismo y Crisis Política en Colombia
El clientelismo político en Colombia es un fenómeno social de desigualdad que, en términos generales, puede ser catalogado como una relación de cambio, recíproca pero muchas veces no equilibrada, entre personas, bien sea que se trate de individuos o grupos por lo general de estatus socioeconómicos diferentes.
En efecto, en estas relaciones, los sujetos de estatus socioeconómicos superiores pueden prestar servicios que son esenciales a sus clientes, los sujetos de status inferior que viven en condiciones quebrantables, buscando a cambio ser reconocido por su patrón; en esta relación patrón - cliente se observa claramente que hay una dominación de clases, siendo el clientelismo sin lugar a dudas uno de los rasgos típicos del régimen político capitalista, que impide que exista una equidad social.
Ahora bien, se puede observar que, en las anteriores condiciones, en Colombia las relaciones clientelistas establecen identificaciones verticales puesto que las diferencias de estatus es un componente esencial y constitutivo de este tipo de intercambio. Estas identificaciones verticales impedirían el desarrollo de las "identificaciones horizontales" es decir entre sujetos del mismo estatus socioeconómicos.
Pitt Rivers (Citado por Powell D. J. 97) afirma “el clientelismo, es esa amistad desigual, que según la sugestiva fórmula, establece lazos e identificaciones que impiden la constitución de las clases sociales y la existencia de conflictos y de luchas de clases como momentos esenciales del movimiento social” (p. 412).
¿Qué es el clientelismo?
Se podría afirmar que el concepto es pluridisciplinario por cuanto se puede definir desde diferentes disciplinas, tales como la antropología, la sociología y la ciencia política. Pero es necesario resaltar que, son en las aproximaciones sociológicas y políticas en donde existen mayores coincidencias en la manera de abordarlo. En la primera de ellas, el clientelismo se ha considerado en cuanto a las relaciones sociales y la modernización, mientras que, desde la perspectiva política, se aborda desde los efectos que tiene este fenómeno en la política y en los sistemas políticos.
Por lo anteriormente planteado, podemos definir el clientelismo como aquellas relaciones informales de intercambio recíproco y mutuamente benéfico de favores entre dos sujetos, basadas en una amistad instrumental, de desigualdad, diferencia de poder y control de recursos, en las que existe un patrón y un cliente: el patrón proporciona bienes materiales, protección y acceso a recursos diversos y el cliente ofrece a cambio servicios personales, lealtad, apoyo político o votos.
Por otro lado, claramente se observa que, en la sociedad, uno de los factores claves que se presenta por la crisis política en Colombia es éste fenómeno social y cultural, el cual se define como “aquellas relaciones informales de intercambio reciproco y mutuamente benéfico de favores entre dos sujetos’’ (Cruz A y Jorge M, 2004, p. 127).
Igualmente hay que mencionar que, los autores expresan muy claramente que el término es muy conocido en nuestras labores diarias por cuanto se observa en las noticias, en la radio, en las redes sociales o en nuestro trabajo, y que tiende a ser definido socialmente como los favores que se realizan como pagos por ayudas políticas y se realizan en forma material, de protección, laboral, entre otros debido a las ayudas en campañas políticas y debido a nuestro sistema democrático es mucho más fácil que se presente.
Habría que decir también que, para nuestro contexto social colombiano, quien tiene el poder es quien puede hacer uso de este tipo de mecanismos, por agradecimiento de una lealtad política o de una ayuda y que nos muestra una práctica utilizada de forma inadecuada por cuanto se genera una limitación de vínculos y en otro de los casos un rechazo a personas que no fueron participes pero que pertenecen a mencionado partido político.
En relación con lo anterior, se puede observar que en la ciudad de Pasto es común que se presente este fenómeno, por ejemplo, en las elecciones de alcaldes, se observa con claridad, el cambio de personal en las instalaciones, cuando se posesiona el nuevo candidato ganador; personal que fue fiel a su campaña y que ocupa cargos en las instituciones gubernamentales, que inclusive muchos de ellos no se encuentran calificados, o no cumplen con los requisitos o la experiencia adecuada para ocupar mencionados cargos.
Es por este motivo que cada vez hay más crisis política y sobre todo más personal incompetente en nuestras alcaldías; ahora viene un interrogante, ¿cuantos favores más se tiene que pagar a costa de puestos o cargos de personas que si lo merecen y cumplen con los requisitos exigidos?
El clientelismo tradicional.
El clientelismo o alianza vertical entre patrono y cliente, ha generado diferentes acciones que conllevan a determinar la desigualdad social. Se genera al admitir la representación por parte de terceras personas, quienes intervienen para la solución de problemas, utilizando capitales, relaciones y sapiencias inaccesibles para los clientes (ciudadanos comunes), quienes, dado su nivel de subordinación, la conciencia de clase es anulada, propagando su pobreza, analfabetismo y aislamiento dentro de la sociedad. Con esta práctica los clientes alcanzan sus objetivos, al tomar unos recursos mínimos de sustento, sobre todo en momentos de dificultades y los patronos continúan con su hegemonía política.
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