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Investigación sobre la corrupción en México


Enviado por   •  8 de Agosto de 2023  •  Tarea  •  3.020 Palabras (13 Páginas)  •  164 Visitas

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TECNOLÓGICO UNIVERSITARIO PLAYACAR

ALUMNA: Jessica Vivian Fernández Reséndiz

DOCENTE: Elsy Amalia Tun López

MATRICULA: 4224

MATERIA: Metodología de la Investigación

TEMA: INVESTIGACIÓN SOBRE LA CORRUPCIÓN

Playa del Carmen, Solidaridad a 19 de mayo del 2023

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ÍNDICE

Portada

1

Índice

2

Introducción

3

Planteamiento del problema

4

Marco Teórico

5

Desarrollo

6

Conclusión

7

Referencias

8

INTRODUCCION

En esta investigación se abordará el tema de la “Corrupción” ya que es un tema que día con día vivo en mi vida profesional y que como ciudadanos siempre sabemos y conocemos, aquí abordaremos los temas que como sociedad nos han llevado a cometer actos de corrupción ya sea de manera consciente o inconsciente, la corrupción es un cáncer que está afectando en todos los rincones del país y que incluso si no se pone un límite podemos llegar a consecuencias muy graves.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La corrupción es un tema muy amplio en la vida social de nuestro México, una raíz tan profunda donde simplemente logramos quitar algunas ramas, pero jamás arrancar la raíz.

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MARCO TEÓRICO

¿Por qué persiste la corrupción en México? Gobiernos ineficientes o ciudadanos corruptos.

(Flores Llanos, 2023), Casi como en un relato interminable, la corrupción en México ha sido un tema que se presenta ligado al abuso del poder público o a una práctica social manifestada a diversas escalas. Es recurrente ubicar a México entre los países más corruptos, no sólo por aquellas mediciones nacionales e internacionales

que intentan vislumbrar las posibles dimensiones y niveles que adquiere el problema, sino por sus prácticas cotidianas que se desvelan ante nosotros con una familiaridad asida con la mano. “Dios mío no me des, ponme donde hay” o “Este es el año de Hidalgo y chin-chin el que deje algo”, son frases que revelan parte de la comprensión social sobre el ejercicio del poder y el aprovechamiento de la circunstancia para manifestar una conducta corrupta. En ésta no sólo los funcionarios públicos, sino el ciudadano común encuentra las formas para adaptarse a las circunstancias, darles vuelta a los problemas y asumir un comportamiento oportunista con la firme intención de obtener un beneficio, dejando al descubierto lo que la tradición ha dictado como “hacerlo a la mexicana”, que no es más que una forma de evadir la legalidad y la moral, con tal de obtener los beneficios esperados. En los años recientes diversos cambios institucionales han estado orientados a contrarrestar la fuerza con la que la corrupción se presenta en el país. Por ejemplo, las diversas reformas administrativas elaboradas cada sexenio en la administración pública, tales como la ventanilla única, la reforma a la transparencia y acceso a la información, las reglas para el ingreso y promoción en el servicio público, las leyes de responsabilidad de los servidores públicos, incluso aquellas de organización electoral y financiamiento a los partidos, han tenido componentes que tocan el tema de la corrupción. Sin embargo, los esfuerzos parecen ser aún escasos, ya que los niveles percibidos, así como diversos escándalos de corrupción parecerían mandar el mensaje contrario respecto de su posible control. Pero ¿Por qué no han funcionado estos esfuerzos? Como argumentaré, estos cambios no han ido suficientemente lejos en Fernando Ulises Flores Llanos 16 racionalizar y eficientar la burocracia mexicana. En vez de desperdiciar tiempo y dinero ateniéndose a reglas complejas, poco razonables y difíciles de cumplir, los ciudadanos prefieren, como coloquialmente se dice, aflojar una lana. Pero hay otra dimensión –la cultural– que las reformas ignoran casi por completo. La corrupción persiste porque los ciudadanos la toleran: los ciudadanos valoran la conveniencia más que la honestidad. De esta forma, las políticas públicas quedan incompletas por no voltear también hacia la dimensión cultural, lo cual

establece diversas manifestaciones y particularidades del fenómeno de la corrupción.

La corrupción generalmente está asociada con el abuso del poder público para obtener diversos beneficios bajo esquemas ilícitos, y dependiendo de su magnitud, amplitud y proporción, puede afectar alguna región de nuestro país, al país entero y, consecuente, nuestra nación podría ser un factor de desestabilización política, social y económica en parte del continente, amenazando, inclusive, a nuestra y a otras sociedades. (Naranjo, 2023)

(Almagro, 2023) Américas, nos debe constar a todos que tenemos un problema. Y que lo seguiremos teniendo. La corrupción es una enfermedad hereditaria, autoinmune, de cualquier sistema político donde los seres humanos son sus operadores. No reconoce fronteras de ningún tipo, ya sean ideológicas, de color político, incluso de niveles de fortaleza institucional. En años recientes, escándalos de corrupción en todo el continente han asomado el problema más a la superficie, dando la impresión de que el fenómeno es nuevo, o más pronunciado en contextos democráticos. Esto no puede estar más alejado de la realidad. La enfermedad de la corrupción, que destruye las partes sanas y bien intencionadas de la política, ha sido implacable y omnipresente en la historia, especialmente cuando se ha pretendido ignorarla. No es debido a la democracia, sino gracias a ella, que el problema se ventila hoy con mayor franqueza y nos obliga a encararlo. Lo que hay que combatir es la enfermedad, no el sistema. Cuando juzgamos a la corrupción, como se hace hoy en buena parte de nuestros países, el cuadro deja de ser tan pesimista. La intención aquí es ser realista. Se precisa de realismo respecto al problema de la corrupción para siquiera intentar abordarlo. Es necesario partir de una premisa esencial, cuya lógica robo del premio nobel de literatura, John Steinbeck: “No es que la cosa mala gane —nunca ganará— pero es que no muere”. La corrupción no se puede destruir completamente. No hay país en el mundo que Luis Almagro | 14 tenga corrupción cero. Unos tienen más, otros menos. Pero debemos ganarle. Y debemos ganarle en clave de democracia. La primera buena noticia, como señalé, es que la estamos enfrentando en todo el continente y se ha

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