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Juguete Rabioso


Enviado por   •  13 de Julio de 2015  •  393 Palabras (2 Páginas)  •  233 Visitas

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Silvio ahora tenía quince años, el episodio empieza con la mudanza de él y su familia a un barrio más pobre, pierde contacto con sus amistades y por cuestiones económicas la madre lo presiona para que trabaje.

…”Tenés que trabajar, ¿entendés? Tú no quisiste estudiar. Yo no te puedo mantener. Es necesario que trabajes”…

La reacción de Silvio es de condena, condenado a tener que trabajar para conseguir dinero.

…”Hablaba estremecido de coraje; rencor a sus palabras tercas, odio a la indiferencia del mundo, a la miseria acosadora de todos los días, y al mismo tiempo una pena innominable: la certeza de la propia inutilidad”…

Con quince años, y en la condición precaria en la que estaba era inevitable que la ciudad viniera a buscarlo y lanzarlo a la realidad. El destino más común para jóvenes de clase decadente como Silvio Astier que la metrópolis reservaba, era en manos de comerciantes ambiciosos y explotadores. Silvio consigue trabajo en una librería de un inmigrante italiano llamado Don Gaetano y su esposa María, tenía que humillarse sacudiendo un cencerro en frete del local para atraer clientes. Después de una discusión que tuvieron Don Gaetano (al que llamaba Dio Péntete) y su esposa, Silvio Astier busco a un teósofo que le había prometido conseguirle un empleo.

…”Escríbame una carta detallándome todas las particularidades de su carácter, francamente y no dude de que yo lo puedo ayudar. Cuando yo prometo, cumplo”…

Pero este lo recibe mal y lo trata con desprecio.

…”señor; no me moleste más con sus cartas impertinentes. Juan, acompáñelo al

Señor”…

Es una clara señal de las distancias entre las clases sociales. Silvio vuelve a la librería y se ve obligado a cargar cosas pesadas por varias cuadras mientras todos lo miraban, se siente humillado y totalmente desposeído.

…”Ahora íbamos por calles solitarias, discretamente iluminadas, con plátanos vigorosos al borde de las aceras, elevados edificios de fachadas hermosas y vitrales cubiertos de amplios cortinados

Pasamos junto a un balcón iluminado.

Un adolescente y una niña conversaban en la penumbra; de la sala anaranjada partía la melodía de un piano.

Todo el corazón se me empequeñeció de envidia y de congoja.

Pensé.

Pensé en que yo nunca sería como ellos... nunca viviría en una casa hermosa y tendría una novia de la aristocracia.

Todo el corazón se me empequeñeció de envidia y congoja”…

En otro fragmento, Silvio describe cómo ha sido afectado por la vivencia en el ambiente mezquino de la librería.

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