LA ADMINISTRACIÓN Y EL COMPROMISO SOCIO-MEDIOAMBIENTAL

LA ADMINISTRACIÓN Y EL COMPROMISO SOCIO-MEDIOAMBIENTAL

En la Administración es importante destacar la importancia del trabajo, no se debe creer que al hablar de los aspectos físicos, sociales y mentales hay una salud plena, porque al hacerlo estamos siendo muy psicorrígidos, incluso al hablar de una mente sana es algo más complejo que solo pensamientos que parecen algo normal para el común de la gente; y es que, el dicho “cuerpo sano, mente sana”, no es una regla infalible.

Hay quienes piensan que también la parte espiritual es importante, el tener un desarrollo en el cual la mente y el cuerpo interactúan de acuerdo a la creencia del ser, permite experimentar cierta actividad en la energía del cuerpo.

En cuanto a los aspectos sociales, si bien es cierto que están ligados con la mente y el cuerpo, y que son importantes para el desarrollo de un individuo, hay que destacar que la sociedad fue constituida por el mismo hombre así como sus reglas, por ende no podemos asegurar que una persona tiene una mente “sana”, si todo el pensamiento de esa mente “sana” deriva de varias formas de pensar diferente y que muchas de esas formas de pensar, en algún momento han contribuido con la decadencia.

Tal vez tal afirmación no sea agradable para ninguna persona, pero al hablar de sociedad lamentablemente hay que hablar de relaciones, las cuales cada en la humanidad nunca han sido perfectas, y más ahora con los avances tecnológicos como la internet. Es irónico usar un mismo medio para criticarlo, es divertida y a la vez aterradora esa observación.

Al hablar de equilibrio hablamos de lados iguales de la balanza, para que un individuo sea comprensivo debe interactuar con los diversos escenarios que se pueden presentar en su entorno, como la pobreza, la enfermedad ,el dolor, la infelicidad etc.; así como también, las experiencias contrarias. En estos momentos existen los escenarios pero la gente no está dispuesta a exponerse a ciertas condiciones por temor a enfrentarlas.

Existe el bienestar, propio y el común. Por ejemplo, el bienestar propio es cuando al pasar por la calle, alguien nos pide una colaboración, sacamos la primera moneda que hay en el bolsillo, se la entregamos a esa persona y fingimos que nada más pasó. Ahora bien, el bienestar común no se limita a pensar solo en uno mismo, sino en todo lo demás. En el ejemplo anterior no se ayudó a la persona, porque tal vez no era una solicitud encarecida de ayuda por parte de un tercero, sino más bien, una oportunidad de crecimiento personal. Hay una diferencia abismal entre dar una moneda y dar todos los esfuerzos posibles para colaborar. Entonces ¿dónde está el bienestar?, bien, pues está en la satisfacción de dar todo en una pequeña lucha que se presentó un día como cualquier otro, en la que no se ignoró un problema, tampoco se buscó, solo se le brindó solución y la satisfacción personal estará ahí.

No es verdad que nadie puede cambiar el mundo, ésta es una afirmación que cierra las puertas a las ideas positivas de la gente, si fuera cierto, el mundo, salvo los eventos naturales, seguiría igual de cuando comenzó.

La mejor solución es conocer nuestros problemas, meditarlos y enfrentarlos para tomar las acciones correspondientes. Sería bastante apresurado dar una o varias soluciones sin conocer los problemas de fondo.

Los seres humanos debemos reconocernos como individuos en extremo consumistas, debido a la ignorancia a la cual hemos sido conducidos. Con ignorancia me refiero no a la falta de conocimiento, sino más bien al mal hábito que tenemos de no querer saber nada sobre algo que nos perturba “la tranquilidad”. No existe tranquilidad o bienestar completo mientras estemos vivos, porque siempre existe la necesidad. Valor del ambiente existe…difícilmente podríamos decir lo hay ahora. Al inicio alrededor de éste planeta, se extendía una gama de innumerables recursos ambientales, al mismo tiempo tuvo sus inicios el individuo en extremo consumista, quien poseía ambas ignorancias. La idea más importante de éste ser siempre ha sido, el cómo valorar algo que no se puede medir ni contar, porque nunca se acaba. Pues con el pasar del tiempo y con la limitación cada vez mayor de los recursos, el individuo en extremo consumista,

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