LA CARTA ROLSTON

En esta carta escrita por el señor Rolston se exponen puntualmente las intenciones y objetivos, no solo del enclave bananero de los años 20, al cual pertenece el autor de esta carta, sino que también los del resto de las múltiples naciones “desarrolladas”, consideradas “grandes potencias mundiales”, que fácilmente se podría argumentar que han hecho su fortuna monetaria totalmente a costa de países como el nuestro, países “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo”. El señor Rolston inicia la carta hablando sobre como es necesario apropiarse de nuestro territorio nacional a todo costo para que su “inversión y sacrificios” no sean en vano. Como puede atestiguar la historia, este objetivo fue alcanzado con éxito: no solo se apoderaron de nuestros territorios nacionales sino que también monopolizaron por muchos años la vía férrea de nuestro país. Estos enclaves obtuvieron concesiones donde prácticamente se les entregaba nuestra nación - que irónicamente se dice llamar “libre, soberana e independiente”- en bandeja de plata a mano de hondureños corruptos, quienes incluso el mismo señor Rolston describe como faltos de convicciones, carácter y patriotismo. También en la carta se hace referencia a la concepción que tenían y hasta hoy en día mantienen muchos extranjeros de nuestra identidad nacional: “pueblo envilecido por el alcohol , asimilable para lo que se necesita y destina”. Este pensamiento se ha manejado deliberadamente con el propósito de hacernos a nosotros mismos creer esto. Nuestros opresores nos han hecho creer que es debido a nuestra naturaleza perezosa, inculta e incompetente que merecemos ser explotados y que no podemos hacer nada sin ayuda extranjera. Se nos adoctrina esta idea desde temprana edad. La autodeterminación de los pueblos es una idea comunista según nuestros adoctrinadores y como tal debemos rechazarla, por ejemplo. Es del interés de nuestros opresores mantenernos ignorantes y evitar sobretodo que pensemos libremente y que cuestionemos. No les conviene que cuestionemos el sistema capitalista, neoliberalista y totalitario que les permite explotarnos. Es mejor distraernos o cambiarle el nombre a las cosas por unos que “suenen mas bonitos”. Por ejemplo lo que han hecho con las “ciudades modelos” que en fondo no son mas que enclaves, pero debido a la connotación negativa que trae ese sustantivo, lo cambiaron a “ciudades modelos”. En conclusión, a pesar de que esta carta fue escrita a principios del siglo pasado, nuestra realidad como nación sigue siendo la misma. Nuestros opresores foráneos se arman de la intimidación, de la manipulación, de la ignorancia y de la ayuda de nuestros compatriotas corruptos y delincuentes para ejercer su falsa supremacía sobre nosotros y acabar con nuestros recursos. Es gracias a esta confabulación entre extranjeros y los “compatriotas” de la cúpula, que el pueblo esta como esta. No será hasta que el pueblo se eduque,

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