LA DISCRIMINACION

La discriminación: un mal a la sociedad y al individuo.

Qué entendemos por discriminación? A menudo entendemos como discriminación la libertad de ejercer la separación de un grupo de otro. Sin embargo, a pesar de este inocente juicio, la discriminación se puede degenerar en un acto de consecuencia devastadora. Por tal razón, consideraremos la discriminación como “dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.” A raíz de la anterior definición, demostraremos que este acto es en definitiva un mal contra la dignidad de la persona.

En primer lugar, la discriminación presupone el no reconocimiento del otro como un igual. Es evidente que todas las personas son diferentes en un centenar de características tales como la personalidad, el carácter, la nacionalidad o el color de los ojos, sin embargo, tal como establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” .Así, la digni¿dad es un valor que trasciende las diferencias circunstanciales de las personas y las deja en un estado de igualdad irrenunciable.

En segundo lugar, la persona está llamada a vivir en comunidad y se realiza a través del trato con el otro. Así, la discriminación deteriora las bases de la sociedad y atomiza al individuo, extrayéndolo de la comunidad humana y creando una serie de grupos de condiciones subhumanas que usualmente denominamos “guettos”. Un ejemplo claro de la formación de “ghettos” se puede observar en la excesiva segregación social que existe en Chile en todo orden de cosas: desde la educación hasta los hasta el mismo uso del lenguaje.

En tercer lugar, la discriminación impide el enriquecimiento a partir del otro. La diversidad, la interacción con otras personas nos enriquece día a día desde el ámbito cultural hasta el social, ampliando nuestros horizontes y abriéndonos al mundo. La diversidad nos permite conocer distintas costumbres o formas de pensar que, a pesar de que puedan diferir de nuestros ideales, nos permiten cuestionar nuestra realidad y aprender del otro como un ser único e irrepetible.

Finalmente, la discriminación ejerce un mal indiscutible sobre la dignidad humana porque impide el reconocimiento del otro como un igual, condiciona la relaciones humanas a estados asimétricos y anula el aprendizaje a partir del prójimo. La sociedad moderna a través del poder del estado y la sociedad civil tiene la ineludible misión de proteger la diversidad y condenar los intentos de homogeneizar a las personas. En esta línea, la democracia y el orden institucional cumplen un rol activo que debe ser reforzado por la concientización de la población en general.

Francisca Oyanedel Vial

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