LA INSEGURIDAD
Enviado por adolfobetancourt • 18 de Junio de 2015 • Informe • 390 Palabras (2 Páginas) • 272 Visitas
LA INSEGURIDAD
Existe en todo el mundo una fuerte represión que se opone a la vida espiritual y, por consecuencia, a la transformación de la humanidad. Hay también en él una falta del auténtico poder, el que debe ejercer todo ser humano y las comunidades que éste forma. Este vacío se agrava con las violaciones repetidas de los derechos humanos, que pasan “inadvertidas” a las “autoridades”. Este vacío de poder sólo puede conducir al caos y al dolor y, por ello, la humanidad debe redescubrir la verdadera espiritualidad. Pero el Poder oculto, mediante sus Estados, actúa para reprimir y desmovilizar la acción legítima de los seres humanos utilizando estrategias de manipulación, terror y represión.
Inseguridad y delincuencia son nuevas palabras promovidas por el Poder para esconder las consecuencias inmediatas de su política de dominación. La creciente delincuencia es sólo una consecuencia lógica de los altos índices de desocupación y de marginalidad. Convirtiendo este crimen social en sólo un problema de vigilancia, un tema de policía, disimulan su responsabilidad y la utilizan en su provecho.
El Poder asusta a las personas introduciendo en su imaginación la idea de que aumenta la delincuencia, que ésta va acompañada de una fuerte conexión entre ex subversivos, ladrones y narcotraficantes, que cada día ocurren delitos con mayor violencia y que cualquiera tiene un acceso más fácil a las armas de fuego y explosivos. Sembrar el miedo es la estrategia del Poder para implementar un “Estado Policial” dirigido a terminar no con la delincuencia, sino con cualquier intento de desestabilización del modelo de civilización impuesto. Con éxito instala la idea de que el gobierno ha fracasado en su lucha contra el delito, y que la “seguridad ciudadana” es la principal preocupación de la ciudadanía.
El Poder inserta en la mente y en el vocabulario corriente del rebaño el demonio del crimen. Y lo hace con el único objeto de controlarlo. Con el pretexto de la “ola de delincuencia” y la “inseguridad ciudadana” los Estados buscan apoyo social para su estrategia de “control social” y fortalecimiento de los aparatos represivos. Involucran al rebaño en la aplicación de leyes infames y métodos represivos que protejan y consoliden su poder. Tal es así que todo el mundo cree la necesidad de una policía más armada, más represiva y que no vacile en actuar en defensa del orden –un orden injusto, un verdadero “desorden”.
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